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Cuando Gonzalo vino a casa, una noche antes de su accidente. Pude notar que es un buen chico, también sentí su nerviosismo.
Solo bastó esa noche para identificar que es un buen amigo. No habló mucho, pero pude ver que acompañó a Jess. Ella misma nos contó que la acompañó hasta su departamento.
En un cerrar y abrir de ojos, ese muchacho llegó a su último día. Hoy vamos hacia su entierro...
Ustedes se deben admirar por como acogemos y damos bastante confianza a alguien que lo hemos conocido poco. Basta conocerla en un minuto para saber que te miente o no. Bueno, eso sucede en mi caso.
¿Les cuento otra cosa? Es un secreto mío, ni siquiera se lo he dicho a Joseph. Pienso que papá nos esconde algo, no lo pienso mucho, pero sí lo siento.
Darling nos lleva de su mano, ha sido una larga caminata. Cuando llegamos al cementerio, pude notar la tristeza en muchas de las personas que se encontraban ahí, me incluyo.
La partida de Gonzalo fue muy pronta.
Hasta luego, amigo.
—Adiós, vaquero —decimos al unísono, Joseph y yo—.Esta frase es de una película, una de nuestras favoritas. No imaginábamos usarla tan pronto —Joseph se dirige a todos con estas palabras, así ambos colocamos una flor...una dalia azul, como las que tenemos en el jardín. Queríamos tener un toque especial, darle como regalo una esencia representativa a lo que es el amor de familia. El amor que no dudamos en brindarle.
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—No imaginábamos usarla tan pronto— digo, tras colocar una dalia azul, junto con Marlon en la tumba de Gonzalo.
Este momento me genera un nudo en la garganta... Mi familia piensa que yo no sé que Marlon no tiene suficiente tiempo de vida.
Ha sido mi compañero desde que nací, no me cabe el sentimiento para poder explicarlo.
Gonzalo, nos hizo reír mucho antes de su partida.
Mi mamá me dio la vida, Marlon me dio las ganas de vivirla... ¿Se imaginan que...la vida te lo arrebate así como así?
Abrazo a mi hermano, y nos sentamos junto a papá y mamá.
Darling y Jess se acercan para poder brindar unas palabras....
El intento es inútil, ambas caen en sollozos, colocan una dalia azul cada una y se retiran.
Las palabras del Señor Frank, guían a una buena reflexión. Mientras que la señora Oriana, no pudo dirigir ninguna palabra.
—Se supone que la ley de la vida es; que los hijos entierren a sus padres. Esta vez tocó, que los padres entierren a su hijo —Fueron las últimas palabras del señor Walker.
Louis solo se acercó para colocar una foto y una rosa.
Por consiguiente, nos tocó presenciar lo más doloroso: enterrarlo.
Toda tu vida piensas que, el tiempo transcurre y no ha cambiado nada. En realidad, es importante saber que no importa cuántas veces planeas algo, va a llegar cualquier obstáculo ante esos planes, eso no significa que te dejarás caer.
Deberías levantarte, mostrar a los demás y a ti mismo, que sí puedes. Gonzalo debió luchar bastante para poder despertar, él no se rindió y nos brindó unas horas antes. Cumplió su propósito y, aunque él no tuvo planeado morir, se fue...
Por eso, te digo. Amigo, si tienes algo planeado ¡Haz lo!
Uno nunca sabe cuando te tocará decir adiós.
Si fallas en el primer intento, vuelve a intentarlo.
Haz lo que te gusta, lo que te apasiona. Lo que sinceramente sientes, grita hacia el mundo lo que más anhelas, haz lo hasta tu último día.
