15. Luna Llena

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Darling, me parece una chica interesante

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Darling, me parece una chica interesante. Pero la verdad es que no me llaman la atención suficiente como para decir que me gustaría conocerla en un plan de ser más que amigos.

Pero... Sí, siempre hay un pero.

Yo también sufrí, aunque la mayoría de personas creen que los hombres no sufrimos. No siempre el varón tiene que ser el malo de la historia.

Me enamoré perdidamente de una chica que solo quería mi dinero. Yo era un adorno para ella, yo pienso que si ella hubiese tenido la oportunidad de casarse con mi billetera, lo hubiese hecho.

Quizás como algunos dicen que fue el karma. Todo lo que hacemos mal, el karma se encarga de devolvernos el doble. Y ¿lo bueno?

Ahora la chica está casada con un señor de edad muuuy avanzada, con unos fajos de billetes a volar. ¿Estará enamorada?

Dudo mucho que sienta tanto amor en su vida. El tiempo se encargará de ponerla dónde debería estar. Y no es por ser resentido, pero ojalá se pudra en el infierno y que los fajos de billetes terminen de ahogarla.

Yo sé que Darling ni siquiera sabe de la posición económica que llevo. Eso me hace sentir aliviado, quiero que me conozca por como soy yo en realidad y no por un status social.

En la tarde, le pedí su dirección para cuando me anime a visitarla. Y esta noche con una luna llena, me hace sentir animado. Así que, voy hacia allá.

Me iré caminando, son las 8 pm ¿que podría pasar? Además, su casa está a unas cuadras de la mía, no hay problema, así hago ejercicio, del cual me he olvidado por completo de cómo hacer.

La persona que te quiere, te aceptará; con kilos de más, con kilos de menos.

Caminando me fijo en la luna, es tan hermosa en todas sus fases. Me gusta contemplarla, soy adicto a su luz y elegancia.

¡Llegué!

La entrada hacia la casa es hermosa, con estas flores color azul.

Al cruzar la calle, me percato que...

Uh, si. Es Darling, con su ¿amiga?
¿Ella está ebria? A penas puede caminar.

—Oigan, chicas. ¿Qué pasa? —grito al otro lado de la calle. Veo a Darling y...se tambalea, con su amiga ayudándola.

Y su amiga es demasiado hermosa como para no dejar de mirarla.

Me percato nuevamente de Darling y esta grita:

—Gonzalo...¡Que shorpeesa! —y con eso puedo deducir todas mis dudas, ¡está ebria!

—Bien, amigo —la chica me observa de pies a cabeza—. Si no vas a ayudar, mejor ponte más allá, que me estorbas —ella sonó algo renegona.

Levanto a Darling y me dirijo hacia la puerta de su casa —Bien, ¿así estuvo mejor? —le guiño un ojo y ella cruza sus brazos alzando las cejas.

Cuando la puerta se abre, salen dos pequeños y, a decir verdad, creo que son gemelos... No, ¿cómo se les dice? ¡Mellizos!

Se quedan impactados al ver a su hermana toda fachosa y babeando.

—¡MAMÁAAA! —gritan ambos al mismo tiempo.

Veo una señora que, por cierto parece joven y es muy bella, bajar por las escaleras, asustadísima.

—¿Qué pasa? —su voz a penas es entendible, pero yo pude entenderlo.

—¿Qué? —dice la chica, cuyo nombre aún no lo sé. Pero sigo pensando que está muy bonita, eh—. Perdón, señora Emi. Darling ha bebido mucho, pero aquí está sana y salva —sonríe forzosamente.

—Jess, gracias por traerla, sabía que ibas a hacer un buen trabajo de amiga, puedes quedarte hoy, si quieres —dice la señora, muy amable ella. Su mirada de dirige a mi presencia—. Soy la mamá de Darling, Emily. Y ¿tú eres?

—Mucho gusto, señora Emily. Soy Gonzalo, amigo de Darling. Vine a visitarla, pero no sabía que se encontraba así —encojo los hombros, aún cargando el peso de Darling.

Todos nos adentramos a la casa, bonita, ordenada y muy limpia.

—Mushas gashas, shicos —me da gracia como habla, quiero reír, pero me permanezco serio. Me despido ante todos y me voy.

La chica llamada Jess, también se despide, puesto que, cuando la mamá de Darling la invitó a quedarse, se negó porque tenía algunas cosas por hacer.

¿Ya les dije que está muy bonita?

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora