17. Intoxicación

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Mi cabeza explota una vez más

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Mi cabeza explota una vez más.
No sé quién sea que me llame, pero lo mataré.

—¿Si? —contesto.

—Hola —no sé dónde escuché esa voz, trató de reconocerla hasta que...— Soy prima de Jess, no me cuelgues ¡por fa! Es de suma urgencia —suspira—. Jess está internada en el hospital del centro y...— no dejo que continúe y me pongo lo que vea primero.

Y, aquí estamos, todos, menos papá.
Donde sea que esté, le pido a Dios que lo cuide mucho.

Estoy agitada, la cabeza me duele...por un momento pensé que me iba a desvanecer, pero debo agarrar fuerzas para mi amiga.

No puedo soportar estar a lado de la persona que me sacaron los cuernos, aún me duele. Yo sé que ambos tienen la culpa, porque ella sabía que él tenía una relación.
Fue pues.

Los mellizos son tan idénticos hasta en la forma de andar cuando están nerviosos y aterrados.

Mamá está tranquila —Hija, iré por café, ¿desean? —nos pregunta, y si ustedes se cuestionan. Sí, estoy a lado de Alexa ¡qué va!

Ambas negamos con la cabeza ante la pregunta de mi mamá.

—Sé que no es un buen momento, pero... Quiero disculparme ¿si? Siendo sincera, no me gustaría que... —la interrumpo.

—Que te pongan los cuernos, sí —termino la oración.

—Aparte de ello —dice—. No me gustaría ser burla de un simple cobarde que no sabe lo que quiere. Y, tampoco de una chica que tampoco sabe lo que quiere, que soy yo —trata de sonreír—. Mis más sinceras disculpas, eres muy linda ¿sabes? Y te aseguro que encontrarás al chico ideal para ti, de aquí a unos meses o quizás años. Todos merecemos un amor bonito —nos quedamos frente a frente, observando cada diminuto movimiento— ¿Me disculpas? ¡Por fa! —hace un puchero y...bueno, de algo he aprendido que no se vive de rencores.

—Te disculpo —sonrío. Puedo notar el brillo en sus ojos.

Ella me devuelve la sonrisa. Por cierto, es muy bonita, tiene los ojos del mismo color que Jess.

—¿Familiares de Jess Morgan Pérez? —sale una enfermera, tras ella un doctor.

—Aquí —ya se imaginarán cuántas voces respondieron esa pregunta.

—Bien, chicos —dice mirándonos con un gesto muy extraño el doctor—. La paciente Morgan presenta síntomas de una intoxicación, al parecer comió o tomó algo que le cause eso. Le hicimos un lavado de estómago, ahora debe permanecer en reposo, después todo bien. El seguro se encarga de cubrir los gastos. Buen día —nos muestra una sonrisa y se va.

No saben la tranquilidad que corrió dentro de mí —aunque la resaca seguía—, debía estar al pendiente de mi amiga. Como les dije no sé qué haría sin ella, no crean que no me di cuenta de los mensajes eliminados en el chat de Adolfo, hasta lo bloqueó. Si es un buen paso para superarlo, pues bien.

Digo no me di cuenta, porque no me acuerdo de nada, absolutamente de nada.

Ahora solo quiero ver a mi amiga y darle un abrazo, hacerle saber que no está sola. Me tiene a mí, a mi familia que es como la suya y...bueno, a su prima también ¿no?

¡Que tal domingo! 

Con resaca, angustiada y en el hospital. 

¿Qué más podría pasar?

...

Creo que no debí decir eso...

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora