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Estoy impactada, llena de intriga y demasiado sorprendida.
He vivido toda mi vida engañada, ¿cómo es posible que hayan tramitado una adopción cuando en realidad me robaron?
Me siento triste, no quiero que lo noten los demás. Pero, vivir engañada durante años, eso sí que es demasiado tormentoso.
Por una parte, sería muy feliz con una familia como ellos. Lo que no me cabe en la mente, es porque me mantuvieron en secreto o ¿jamás intentaron buscarme?
No pude más y mientras comíamos, pregunté —Si yo soy hija de ustedes, ¿por qué me mantuvieron en secreto? ¿Me buscaron en realidad?
Veo al señor Sebastián levantar una ceja y... después de largos minutos en silencio, por fin responde —¿Tú crees que viajábamos con el fin de hacer crecer mi negocio? —me pregunta—. Lo mantuvimos en secreto porque fue lo que la policía nos indicó. Estuvimos desesperados por saber tu paradero, hasta que dimos de punto Pensilvania. En mi trabajo pedí de favor, para que me transfieran acá y, puedo decir que por fin, me siento aliviado. Y en el fondo, sé que eres mi hija —observo una lágrima caer sobre su mejilla.
—Coman —dijo mamá Emily, para que el mal sabor cese.
Todo es muy confuso, pero quiero saber la verdad, después de todo. También quisiera saber el por qué me robaron.
Al terminar la cena, todos cooperamos en lavar los platos, limpiar la mesa y arreglar las cosas. Con un apuro fatal, todos queriendo saber si soy o no soy.
—Ya acabamos, ¿pueden mostrarme la foto? ¿Por favor? —soné apurada e impaciente.
Poco a poco iba sacando la foto de su bolsillo, la entretuvo entre sus manos por largo tiempo, hasta que...
—Por laaa... Disculpen, disculpen —el celular de Darling había entrado en llamada, pero ella lo apagó—. ¿Qué me miran? —cuestiona—. Muestra la foto, pá.
Él abrió sus manos y...mostró la foto.
*Flashback*
—Hijita, te traje un regalo —papá me traía todos los días una flor de diferente.
—¡Es una orquídea! ¡Papá! ¡Te quiero mucho! —apenas tenía seis años.
—Te quiero mucho más mi pequeña, recuerda siempre eso—me acaricia el mentón —. ¿Pase lo que pase? —me brinda una sonrisa llena de vida.
—Pase lo que pase —lo abracé con tanta felicidad.
—¡Mamá! ¡Mamá! —grito emocionada, dando brincos—. Papá me trajo otra flor —le muestro y ella alza la mano y me empuja.
—Ah. Retírate, ¿no ves que estoy viendo mi novela? —me regaña.
—Hija, ven —dijo papá y me acerco lentamente.
—¿Si, papi? —yo entre sollozos, él me da un abrazo.
—Mañana te traeré una flor azul, te lo prometo —me muestra el dedo meñique, como muestra de una "pinky promise".
—¿De verdad, papi? —mi felicidad se notaba en mis ojos y en los suyos. Sus ojos color azul—. Mi color favorito, como el de tus ojos.
—Sí, mi pequeña. Aunque mi color favorito, son el de tus ojos —me pellizca la mejilla.
—¿Por qué, papi? —indago mientras le devuelvo un pellizco en la mejilla.
—Porque mi mamá me dio la vida, pero tú y tus ojos las ganas de vivirla —me acaricia el cabello.
—Tú eres lo que más quiero en esta vida, papi.
—Y tú, lo que más amo en esta vida, mi princesa.
Al día siguiente, recibimos la noticia que mi papá no pudo sobrevivir a cinco balazos de unos ladrones que estaban apunto de ser atrapados.
Era lo único que me hacía feliz, él.
—Mamá, ¿qué hora regresa papi? —pregunté.
El oficial que estaba conversando con ella, me dijo sin piedad la noticia:
—Tu papá está muerto, niña.
Lloré hasta quedarme dormida, como suelo hacerlo aveces. Hasta ahora.
Aún recuerdo que meses después, mamá trajo a su nueva pareja. Yo pensé que era bueno, pero cuando iba creciendo, él me miraba raro.
Cuando cumplí 16 años él me empezó a tocar.
A los 17 casi 18, me violó. Ese desgraciado, me arruinó la vida.
*Fin del flashback*
Todos esos recuerdo me invadieron la mente, lloraba sin parar. Recibía abrazos de los que estaba rodeada.
—¿Jess? —me saca de los pensamientos la voz de Marlon.
