36. Fantasía

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Quince días han transcurrido después de la prueba de ADN, aún faltan cinco días más para saber el resultado

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Quince días han transcurrido después de la prueba de ADN, aún faltan cinco días más para saber el resultado. Estoy muy ansiosa lo que ese resultado pueda decir...

Admiro la capacidad de que mis padres hayan tomado cordura durante esos años en busca de su hija; de mi hermana. 

Que bien suena eso.

Conocer a tu mejor amiga y que en realidad resulte ser tu hermana, la hermana que siempre quisiste.

Durante estos quince días han pasado muchas cosas.

¿Se acuerdan de la llamada perdida? Sonará loquísimo, pero fue el repartidor de comida quien me llamó. Es guapísimo, pero se nota que es una buena persona.

Quedé en verme con él esta noche, es una ¿cita? Podría decir que sí, eso espero...

—Hola, Darling ¿Estás lista para esta noche? —se le escucha emocionado.

—Más que lista, joven Andrés Valles.

—Ya te dije que no me gusta que me llames por mi segundo nombre —tenía razón, cuando empezamos a hablar, me lo dijo. Su primer nombre es Fernando. A mí me gusta más Fer, pero le digo Andrés para molestarlo.

—No te enojes, Fer —le dije tranquila y algo pícara.

—Contigo, es imposible. Hasta suena bonito cuando lo dices tú —¡Caray! Ese chico es demasiado coqueto, me quiere hacer competencia.

—Bien, Andrés —me río—. ¿Tú estás listo para esta noche?

—Depende, ojalá que te guste la sorpresa que tengo preparada para ti. Me ha gustado conocerte durante estas semanas —puedo escuchar su respiración preocupada.

—Que chico tan galante, eh. Quiero decirte que a mí lo único que me haría feliz es tu lealtad y tu tiempo —suspiro—. Pero, si a ti te parece bien darme una sorpresa, será bienvenida. Como tú, en mi vida —¿En serio dije eso? ¡Ay! Debió sonar algo ¿cursi? ¡Qué horror!

—Me admira tu sencillez, eres maravillosa, Dar —me dice con un tono suave.

—Tú también eres maravilloso —puede sonar loco, pero he conocido a un chico genial. Podría jurar que me está empezando a gustar, no sólo por su físico, su personalidad me está volviendo loca.

—Mi tiempo de descanso ya terminó, tengo que volver a trabajar. En la noche te veo, muero por verte. Un beso, Dar —se despide y corta la llamada.

Su voz me hacía estremecer el cuerpo, las palabras que salían de él. El brillo de mis ojos y mi piel me están delatando.

—Daaaaarrrrr —el grito de Jess me asusta y me hace levantar de la cama de un salto.

—Niña, ¡me asustas! —le reclamé.

—¡Qué va! No se me olvidó que hoy es tu cita, pillinaaaa —está más emocionada que yo, de hecho lo está, se le nota en su enorme sonrisa—. ¿Ya sabes lo que te pondrás? Te la pasas con pantalones, polos o cosas flojas. ¿Por qué no pruebas con un vestido? —dice y al mismo tiempo abre mi armario.

—Si quiere algo serio conmigo, me tendrá que querer como soy. ¿Qué hay de malo salir a una cita con jeans? —encojo los hombros.

—¡Bu! Yo digo que debes probarte un vestido —insiste.

—¿Cuál? —levanto una ceja.

—Este —saca del armario un vestido que Adolfo, mi ex, me regaló. Regalo que jamás usé. Es un vestido color azul noche con un escote de espalda, y el largo es hasta la rodilla.

—No, de ninguna forma —le dije.

—¿POR Qué? —grita—. Juro que te verías aún mucho más hermosa de lo que ya eres. ¡Anda! ¡Prueba el vestido!—sigue insistiendo y le digo la verdad del por qué— JAJAJAJAJAJA... —la interrumpo.

—¿Qué es lo que te causa gracia? —dije enojada.

—Lo que me causa gracia es que te lo regaló ese tarado. Sería un buen karma que él te vea con ese vestido y en una cita con un chico doblemente mejor que él —saca el vestido del sujetador y me lo da— ¡Pruébatelo!

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora