18. Caos

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Veo pasar una camilla y, en ella Gonzalo

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Veo pasar una camilla y, en ella Gonzalo. Sí, es él...

¡Está sangrando! No entiendo nada...

—¿Qué está pasando? —pregunto sin obtener alguna respuesta —¿Podrían decirme, por favor, qué es lo que pasa? —ruego.

—A este chico lo atropellaron sin piedad, el chófer se dio a la fuga. ¿Lo conoce? ¿Conoce a sus familiares? —niego conocer a su familia, pero coincido en conocerlo —Va a entrar en emergencias, nos hará de útil ayuda si puedes contactarte con algún pariente. Este chico está entre la vida y la muerte.

Mi corazón se achica un poco, late a mil por minuto, como si estuviera apunto de estallar.

No conozco a su familia ¿cómo hago para...

—Ese chico se llama Gonzalo ¿verdad? Gonzalo Walker —me confunde un poco lo que acaba de decir Alexa.

—No, se llama Gonzalo Rivera —ella niega con la cabeza.

—Claro que no, se apellida Walker. Yo si sé quién es su familia y, su hermano es amigo mío, le avisaré —asiento y ella se va para hacer la llamada.

¿Por qué Gonzalo mentiría sobre su apellido? No entiendo...

Miles de dudas pasan por mi cabeza o, ¿es que trataba de ser otra persona conmigo?

—Ya lo avisé, me dijo que estará aquí con sus papás en unos 10 minutos —la voz de Alexa me saca de mis pensamientos, ~Darling, te hacen un llamado a la tierra~.

—Gracias —es lo único que puedo decir.

Mis hermanos y mamá, siguen sentados en la sala de espera. Me dirijo hacia ellos y es lo único que me consuela.

—¿Qué pasa, pequeña? —me pregunta mamá.

—Un amigo, mamá. Ha sido atropellado... —por alguna razón siento que lo conoce.

—Ah, tu amigo, ese que te trajo anoche junto a Jess ¿ese chico? —su mirada cambia— ¿Cómo pudo suceder eso? Tiene que estar bien, todo estará bien hijita, ven —me da un abrazo y... Sí, me desmoronó, con mis lágrimas que no demoran en salir.
Que día tan fatal...

Esperen...¿El que te trajo anoche junto con Jess?

¿Escuché bien?

¿En qué momento? ¡No entiendo!
No vuelvo a tomar, les juro...bueno, no, sólo es un decir.

Veo una pareja de esposos y un chico entrar, me supuse que eran los parientes de Gonzalo. 

Pues, supuse bien, son ellos. Claro que en suponer cosas, soy experta.

Alexa se acerca a ellos, me quedo observando. Pienso que debo esperar acá, porque no conozco a su familia, no quiero verme muy confiada o atrevida.

El doctor que estuvo al pendiente de lo de Jess, se acerca hacia nosotros y nos dice que podemos pasar a verla.
No me di cuenta que desde que estamos aquí, pasó unas 3 horas.

Llamo a Alexa y nos sigue hasta el cuarto donde está ubicada Jess.

—Hola, intoxicada —dice Alexa, vaya humor negro que tiene. Jess se limita a reír, que locura. Tenían que ser primas.

—Hola, perr... —no completa la frase al ver a mis dos pequeños hermanos, los cuales van de una a darle un abrazo—. ¡Chicos! —se ríe, y nos dirige la mirada—. Hola, Dar —me saluda—. Hola, señora Emi. Gracias por estar aquí, a todos. Me siento privilegiada al estar con ustedes aquí. Al parecer no fue tan grave ¿si o no? —los mellizos no se despegan de ella. Le han tomado mucho cariño y, cuando decimos a alguien ~estás en tu casa~ es porque estás en tu casa y te vamos a querer como a uno más en la familia.

Con este momento de muchas emociones, no puedo dejar de pensar en Gonzalo y las palabras del paramédico: este chico está entre la vida y la muerte. ¿Quién querría hacerle daño? Y ¿por qué? 

Aún sigo con la duda, del por qué me mintió sobre su apellido.
La cabeza me sigue doliendo, un leve sonido, me hace querer tapar los oídos.

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora