5. Incondicional

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—¡Psss! ¡Psss! Marlon ¿Estás? —Mi hermano acaba de desmayarse y no tengo ni idea de lo que debería hacer

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—¡Psss! ¡Psss! Marlon ¿Estás? —Mi hermano acaba de desmayarse y no tengo ni idea de lo que debería hacer. 

Empiezo a gritar —¡Mamá! ¡Papá! Marlon se ha desmayado... ¡AYUDAAAA!

Veo a mamá acompañada de Darling bajando las escaleras, se las ve horrorizadas... ¿Se imaginan cómo me debo ver yo? Me orinaría en los pantalones ahora mismo.

Papá las sigue, asustadísimo. Al parecer se estaba dando un baño.

Le da las llaves a Darling, por consiguiente, es la encargada de llevarnos hasta la clínica.

Estoy horrorizado, lo veo tan pálido. Estoy a punto de llorar.

Es difícil poder controlar los sentimientos ahora, porque lo que tengo es miedo ahora mismo.

Cuando teníamos 5 años, a Marlon le detectaron una enfermedad cardíaca, no recuerdo bien el nombre, pero... Esta hace que el ritmo cardíaco sea anormal, podría causarle ataques o algún accidente cerebrovascular.

<Insuficiencia cardíaca: el corazón no es capaz de bombear la sangre suficiente y esta no llega en la cantidad necesaria al resto del organismo. Las enfermedades coronarias, la hipertensión o la diabetes son algunas de las causas de la insuficiencia cardíaca.>

Las palabras quedan como un eco en mi cabeza cuando el doctor lo menciona.

—¿Cómo está Marlon, doctor? —preguntamos en coro.

El doctor nos mira serio, no sé si eso sea malo o bueno —Marlon es muy fuerte, ahora está descansando. Sólo que hasta mañana no pueden verlo, lo entienden ¿verdad? —me mira fijamente, alzando una ceja.

Estaba a punto de contarle todo a mi mamá, cuando escuchamos a Joseph decir que Marlon se había desmayado

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Estaba a punto de contarle todo a mi mamá, cuando escuchamos a Joseph decir que Marlon se había desmayado. Nos preocupamos mucho porque a Marlon le habían detectado unos años atrás una enfermedad cardiovascular.

Papá me dio las llaves del auto para llevarlos a la clínica.

—Me cambiaré, y los veo ahí ¿entendido? —fue lo único que papá pudo decir, porque yo salí corriendo a por el auto.

Pero estando allí, toda espera se volvía una eternidad. Era como si el reloj solo avanzará 1 segundo cada minuto.

Joseph está con el terror en los ojos. Ellos son tan pequeños para entenderlo, pero él sabe que está enfermedad es grave, porque en cualquier momento puede que Marlon se nos vaya.

De tanta espera el médico nos dijo que Marlon se encuentra bien, que es muy fuerte. Pero por el momento nadie puede verlo. 

Llevé a Jos hasta la casa. Solo mis padres se quedaron para alguna novedad y mantenernos al tanto.

Yo tengo muy claro que Marlon no estará con nosotros mucho tiempo. Es decir, que en cualquier momento se nos irá. Eso no lo sabe Joseph, ¿te imaginas que tu hermano con el que has compartido mismo vientre, pero diferente placenta, la vida le diga adiós?

Son mis hermanitos, por ellos daría la vida. Hasta le donaría el corazón si fuese necesario, pero los doctores nos han dicho que el trasplante de corazón no es una buena idea, ya que Marlon es de defensas bajas y en la operación algo podría salir mal.

Ahora mi mundo está patas arriba. Tengo un nudo en la garganta y quiero llorar, pero no puedo, no, no en delante de Joseph.

—Jos, ve a darte un baño y descansas. Ya es un poco tarde —le ordeno, porque, en realidad ya eran las 11:56 pm—. Yo no he dormido nada desde ayer. Necesito un descanso también —Joseph asiente con la cabeza y me despide con un abrazo fuerte.

 Necesito un descanso también —Joseph asiente con la cabeza y me despide con un abrazo fuerte

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Me despierto al sonido de la alarma. Me quedé dormida, pensé.
Y, sí, me quedé dormida entre sollozos y lágrimas. Todo una mezcla amarga y nostálgica.

Me levanto para ver si Jos se encuentra en cama. Dicho y hecho... se lo ve tan tierno cuando duerme, eso no quita que al despertar también lo sea.

Papá y mamá, no están en casa. Son las 5 am, tengo 2 horas para alistarme e irme a la universidad.

Llamo a mamá, para saber qué hacer con Joseph. Me dijo que lo lleve a la clínica y lo deje ahí con ellos.

Un cuarto para las 7.

Por lo que me acerco a la clínica donde se ubican mis papás.

—Les hice un desayuno, ¿cómo está Marlon? —permanezco angustiada.

—Al parecer aún sigue sin reaccionar, por la anestesia, pero, los doctores nos dicen que está bien —se escucha ronca la voz de papá, eso quiere decir que ha estado con un nudo en la garganta que se le es difícil pronunciar alguna palabra.

Joseph aún no despierta del todo, no puede jactarse del momento que estamos pasando ahora. Algo somnoliento saluda a nuestros padres y se echa en la banca, usando de almohada las piernas de mamá.

Con la angustia me dirijo a la universidad. Es un poco tarde, ojalá me dejen pasar.

—Señorita Méndez, no me interesa cualquier justificación. Usted no me entra, son 20 minutos tarde.

Bien, el profesor no me dejó entrar. No queda de otra que esperar a la siguiente clase. Ya veré cómo me pongo al día, ojalá que uno de mis tantos compañeros quiera apoyarme dándome los datos del tema en clases.

Qué agotador hacerme amiga de mis compañeros...

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora