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HORACIO

Ya no escuchaba nada, solo sentía como una lágrima corría por mi mejilla, recordaba cada uno de nuestras risas, abrazos, momentos serios y tensos, mientras sentía un dolor en el pecho y el aire se acumulaba en mis pulmones sin dejarme respirar, ni siquiera podía tragar saliva, era tan agobiante, quería gritarle que se callara me estaba pinchando el corazón con cada palabra tan calmada y fría que salía de su boca, mis pies fueron los primero en reaccionar dando media vuelta y saliendo de ahí dejando al comisario con las palabras en la boca, ¿Que más daba ya?, Gustabo me tomo del hombro sin éxito pues su débil agarre se soltó cuando comencé a correr sin pensar fuera de la comisaría llevándome de encuentro a varias personas, entre ellas Conway. - ¡Capullo!, ¿¡A dónde crees que vas!?- lo escuché tras de mi - ¡Horacio!, ¡¡Horacio!!... ¡CUIDADO! - un rechinido de llanta me ensordecido y solo cerré mis ojos cubriendo inútilmente mi cuerpo con mis brazos, los gritos de Gustabo se iban haciendo cada vez más débiles mientras sentía el mismo dolor de mi corazón en mi pierna izquierda para pasar a todo mi cuerpo, escuche a Conway a lo lejos maldiciendo cada vez más despacio y después todo se volvió negro.


DRA. COVARRUBIAS

Todo estaba mal en aquella mañana, mi carro no funcionó, llame un taxi para poder llegar al hospital y a una cuadra de comisaría a este se le poncharon las llantas, con algo de fastidio pero sin hacérselo notar al chófer pues de este suceso no era culpable baje del auto y busque en mi cartera para pagarle lo que el taxímetro marcaba, le di las gracias y comencé a caminar mientras llamaba a quien iría a cubrirle el turno. -No te preocupes, solo llega con bien, te esperamos- dijo mi compañero, le agradecí y colgué la llamada alzando la mirada a tiempo para no chocar con un policía que salía corriendo de la comisaría siendo perseguido por otros dos hombres que gritaban, mientras todo al rededor paso muy rápido, el oficial no se percató de carro que circulaba a gran velocidad y lo impacto con fuerza haciendo girar sobre el asfalto, pronto la gente de comisaría salió corriendo al escuchar el estruendo así como los gritos de los hombres, hicieron un gran tumulto al rededor del oficial. Mi corazón dio un vuelco al escuchar gritar a alguien dentro de la multitud, me abrí paso entre la gente empujándolos un poco para poder pasar, me arrodille a un lado del joven herido y del caballero quien estaba muy nervioso viendo la sangre del joven manchar sus manos mientras le daba un par de cachetadas leves –Caballero, caballero.- tome su mano para intervenir en la tanda de cachetadas que estaba surtiendo –Horacio, Horacio, abre los ojos, Horacio...- decía despacio hasta que noto mi tacto, volteando a verme como si saliera de algún trance. -¿podría ayudarme con su compañero?- dije ladeando la cabeza hacia donde el otro policía que trataba de bajar al conductor a punta de macana gritando palabras ofensivas a todo pulmón, el hombre solo asintió y me dejo continuar, mire la situación en la que chico estaba, tenía herida leve en la ceja izquierda, su brazo derecho tenía una gran quemadura por el asfalto, pero lo que más me preocupaba era su pierna izquierda donde había recibido el impacto de lleno, sin duda estaba fracturada y la sangre no dejaba de brotar de una herida. Sin pensarlo más me desate la pashmina que llevaba sujeta a mi cintura y la utilice para hacerle un torniquete express así evitando más sangrado, me puse cerca del chico y coloque dos dedos en su cuello, tenía pulso, suspire.



- ¡Te voy a empapelar hijo de puta! - gritaba el hombre mientras conseguía arrestar al causante de aquel suceso. -Y cuando salgas yo mismo me convertiré en tu sombra, para cuando hagas cualquier cosa mal empapelarte otra vez. - escuche hablar al otro oficial cuando se abría paso entre la gente curiosa, tome mi móvil y marque a urgencias – Clemente! Necesito una ambulancia urgente... No yo estoy bien, hubo un accidente frente en de la comisaria, por favor Clemente deja de hacer preguntas y date prisa, el joven ha perdido mucha sangre. - Colgué. - ¿Ya viene la ambulancia? - me hablo un tercer oficial mientras se quitaba los lentes oscuros y miraba al joven con angustia plasmada en su semblante, asentí comenzando a hablar lo más alto que podía - Si fueran tan amables de darnos espacio, la ambulancia está por llegar y necesitamos vía libre, por favor necesitamos espacio, vuelvan a sus cosas, por favor- una que otra gente retrocedía con la mirada aun puesta en el joven. - ¡Ya escucharon a la señorita, mover el culo de aquí de una puta vez o les lloverán porrazos de toda mi malla entera, mover el culo, ahora! - El caballero se acercó con porra en mano mientras gritaba a la gente desde las escaleras de la comisaría la gente reacciono de inmediato y se comenzaron a dispersar, escuche la sirena de la ambulancia cada vez más cerca – Y tu... ayuda a Greco con la distribución de la malla. - freno su paso quedando a un lado del joven sin lentes sin quitar la mirada del chico en el suelo. - Pero...- hablo el chico mirando al recién llegado. - Ni miau, ni pollas, Gustabo y yo acompañaremos a Horacio, cuando tengamos respuesta les avisaremos a todos por radio... ahora, fuera de mi vista. - el chico se retiró sin decir nada y el segundo oficial bajo corriendo las escaleras – Doctora, ¿Cómo está mi hermano? - pregunto acercándose a mí, no tuve tiempo de explicarme pues la ambulancia comenzaba a estacionarse. - ¿¡Pero qué ha pasado!? - Escuche decir a un camillero. - No es hora de preguntas, a trabajar - Clemente y su acompañante comenzaron a inmovilizar la pierna lastimada del joven para poderlo subir a la ambulancia, la camilla estaba rodando para entrar al vehículo me gire hacia los hombres. - No podrán ir con nosotros en la ambulancia, no hay cupo suficiente para los tres. - el más joven corrió hacia el estacionamiento de la comisaria sin decir nada. - No hay problema, nosotros los escoltamos para no tardar en llegar al hospital. - asentí mientras subía de un brinco a la ambulancia, me senté a un lado del acompañante de Clemente mientras tomaba la radio y daba instrucciones para la llegada del paciente y no demorar más, todos afirmaron que estarían atentos a la ambulancia 113.




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¡Hola!, me anime hace unos días a hacer esta historia... tengo un par de ideas en la cabeza que quise sacar por aquí.

No soy tan grande escribiendo como muchas personas de por aquí, pero haré mi mejor esfuerzo por que necesito sacarme esta ansiedad por escribir algo de esta pareja que amo desde el inicio.

Cambiaré las edades :B

Horacio, 27 años

Gustabo, 28 años

Conway, 42 años

Volkov, 33 años

En mi vida he usado Wattpad... así que desde ahorita les pido una disculpa tamaño DINOSAURIO por lo feo, por lo errores de ortografía y por escribir esto X'D nos vemos después, cuídense mucho, un besito y estoy abierta a comentarios.



Le toca a él...  VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora