Capítulo 16

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Una vez en la entrada del pueblo, la luna ya estaba alta y solo faltaba cruzar el bosque para llegar a casa.

Cuando nos adentramos en el bosque; padre se transformó en lobo, y se recostó para que subiera a su lomo.

Miré el horizonte de su lomo, y él me miró. No pude subirme, y solo me limité a acariciar su pelaje con la punta de los dedos hasta que simplemente no resistí más y me dejé caer frente a él cubriendo mi rostro mientras sollozaba ahogando mi llanto.

—Lo siento —dije al fin —lamento haber dicho eso. Yo... yo...

—Shh... calma...calma —murmuró acariciando mi cabeza. Había vuelto a ser humano —no es tu culpa. Lamento no haberte dicho nada sobre lo de Rogue.

—Pero, aún así no debí decirte esas cosas.

—Arya, dime una cosa ¿Te has culpado de lo que ocurrió todo este tiempo? —sentí que no podría decir nada, así que emití un sonido como signo de aprobación, y padre me abrazó con fuerza —. Cariño, no puedes hacer eso. No fue tu culpa lo que ocurrió. Tu madre y yo no tomamos todas las precauciones necesarias, y tú solo eras una niña inocente que no sabía nada del mundo —se quedó en silencio por un momento —. Ambos le hicimos promesas a mamá; pero no recuerdo haberle prometido cuidar y amar a mi propia hija. No necesito prometer eso para hacerlo, y tu nunca me decepcionarías.

—Lamento haber armado un escándalo.

—Descuida, ya todo pasó.

—Y gracias por hacer que ese chico se fuera —dije avergonzada.

—Siempre estaré ahí para ti, no lo olvides nunca —dijo separándose para mirarme a los ojos.

—¡Te quiero! —le dije volviendo a abrazarlo.

—Y yo a ti. Recuerda que ahora tú eres mi todo, y que sin ti, no seré nada.

Luego de que dejara de llorar, padre secó mis lágrimas, se levantó, y me tendió su mano para que me levantara también. Volvió a convertirse en lobo, y esta vez me subí a su lomo, me aferré a su pelaje, y nos fuimos a casa a paso lento.

La noche estaba cálida; pero había humedad en el aire. Era evidente lo que ocurría. Se avecinaba una tormenta.

—¿En cuánto crees que llegue? — pregunté asumiendo que sabía de lo que le hablaba.

—Yo diría que en un par de días — respondió —. Por ahora solo habrá viento, luego vendrá la lluvia, pero quién sabe hasta cuando dure.

—Ya veo...

Al llegar a casa me sentí un poco vacía, odiaba el silencio que se formaba. Ahora solo éramos mi padre y yo, en una cabaña casi oculta en el bosque, y alejada de la gente.

Me encerré en lo que ahora era mí habitación sin decir una palabra. Me deslicé por el marco de la puerta hasta sentarme en el piso; y por el otro lado de la pared, padre hizo lo mismo.

—¿Quieres hablar de algo? —preguntó del otro lado de la pared.

—No, no lo creo —respondí como si estuviera en frente de mí —. Solo quiero estar aquí un momento.

—Comprendo. Si me necesitas, sabes donde encontrarme...

Padre se levantó y se fue a su habitación, cerró la puerta suavemente, y oí el crujir de su cama. En cuanto a mí, me quedé en la misma posición durante mucho tiempo.

Esa noche, me ocurrió algo extraño; mi madre apareció en un sueño. Estaba en medio de un bosque, con un  lobato que corría a su alrededor.

Madre... — dije asombrada.

Mi Arya... —dijo abriendo sus brazos.

Me quedé paralizada al verla, mis piernas comenzaron a moverse por sí mismas hasta llegar a ella.

Madre me abrazó acariciando mi cabello mientras el lobato me olfateaba los pies. No entendía nada de lo que estaba pasando.

Has crecido mucho, mi pequeña flor salvaje.

Madre, estás...

No, cariño.

—¿Estoy soñando? —asintió con la cabeza, miré hacia el suelo —Él es...

Su nombre es Ryas.

El Lobato levantó la mirada, y se transformó en un niño de ojos claros y cabello negro que me dedicó una inocente sonrisa. Uo.le devolví el gesto.

Papá estaría orgulloso de él —dije —yo en cambio, ni siquiera puedo ocultar mi cola.

Cariño, tu padre te ama con todo el corazón —me tomó de ambas manos —sé que nuestra separación fue muy dura para ambos, en especial para mi Galba.

—¿Por qué? ¿Por qué estoy hablando contigo como si estuvieras viva?

Criaturas como nosotros tenemos la capacidad de guiar a los vivos cuando ya estamos muertos; pero al parecer lo descubres cuando ya eres parte de este mundo.

Entonces, ¿ya has hablado con mi padre?

Aún no es el momento.

¿Y por qué es el momento para mí? —Ryas tiró de mi ropa para que le prestara atención.

Quiero ayudarte en tus habilidades —dijo Ryas. Miré a madre sorprendida, y ella sonrió.

Ryas es un chico muy observador. Ha estado observándote desde hace mucho —explicó —. Observando a tu padre aprendió a transformarse; pero disfruta más de ver a su hermana mayor, disfruta verla intentando hacer feliz a su padre cada vez que puede, o hacer que se moleste por diversión —sentí un poco de vergüenza y sonreí culposamente.

Hermana —dijo Ryas —, se cuál es tu problema.

—¿De verdad?

Haces todo bien, pero no confías en que puedes lograrlo. Si no tienes confianza, no solucionas tu problema.

Pero soy capaz de ocultar mis orejas, colmillos, y cambiar el color de mis ojos. ¿Por qué no puedo ocultar mi cola?

Porque no lo haces porque enserio te crees capaz de hacerlo, lo haces porque quieres mostrarle a nuestro padre que eres digna de llamarlo por lo que es.

Ah... yo... yo no...

Arya —dijo madre —desde que eras una niña te veías preocupada por complacernos, intenta hacer esto por tí esta vez.

Está bien.

Ryas tomó mi mano e hizo que me sentara frente a él.

Has lo que siempre haces —cerré los ojos y relajé mi respiración —. Ahora, concéntrate en lo que quieres lograr, y no pienses en nadie más que en ti.

 Ahora, concéntrate en lo que quieres lograr, y no pienses en nadie más que en ti

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