Arya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro.
Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...
Volver a sentir el aroma de Rogue fue muy agradable. No sabía que lo extrañaba tanto hasta que su aroma inundó mi mente.
—¿Qué fue lo que pasó aquí? —pregunté volteando a ver el cuerpo de Sam —¿Por qué Rogue estaba aquí? ¿Qué fue lo que Sam quiso decirme...?
—Andando —lo miré —. No podemos quedarnos aquí por más tiempo. Hay un lugar al cual debemos llegar.
—No quiero dejarlo aquí.
—No podemos cargar con él.
—Sam era parte de mi familia. El hermano de mi padre —Miré a Farha —. No voy a dejarlo aquí como si fuera un animal cualquiera.
—Los hombres o incluso el maldito de Sinner podría estar pisándonos los talones. No podemos llevarlo como si nada.
Odié admitirlo, pero Farha tenía razón. No podíamos simplemente llevarlo y esperar no llamar la atención.
Por Sam, hice lo que me hubiera gustado hacer con mi madre. Cavé una tumba para él, y dejé la espada a modo de lápida.
—Descuida, te prometo que todo acabará. Daniel estará bien, le entregaré tu collar para que siempre estés con él —me puse de pie —. Yo... no dejaré que la muerte de todos sea en vano.
—Suficiente... —dijo Farha —. Vámonos...
—Me hubiera gustado haberte conocido más, y que me hablaras de mi padre... —puse mi mano sobre la tierra —. Te prometo que no dejaré que nadie más muera por causa de Sinner.
—Promesas vacías... —dijo Farha sobre el caballo.
—Claro que no...
—No puedes prometer algo como. Mucho menos tratandose de un hombre como ese.
—Puedo y ya lo hice —dejé salir un gruñido.
—Cuidado, niña. Mantén tus emociones a limite o te pondré un bozal —Estiró su mano —. Ya vámonos.
—Bien... —tomé su mano y me senté detrás de él.
Tuvimos que seguir el camino hacia el lugar que conocía Farha. Aunque no sabía nada al respecto. Parecía intentar no hablar de eso.
En todo el camino guardé silencio y miré el collar que Sam traía en su cuello.
—Agárrate bien. Tendremos que apresurar el paso.
El caballo comenzó a trotar. Mientras, intenté responderme a mí misma sobre porqué Rogue había estado ahí, qué fue lo que pasó, qué intentó decir Sam. Él nombró a Sinner y a mi padre; pero por lo que sabía y había visto, era imposible que mi padre y Sinner estuvieran en el mismo lugar, y mucho menos ahí, con Sam.
—Arya... —oí mi nombre. Estaba algo somnolienta.
—¿Escuchaste eso? —Le pregunte a Farha.
—¿Qué? —preguntó algo irritado.
—Cariño... No sigan...
—¿Mamá...? —no me di cuenta cuando me dormí —¡Mamá! ¡Ryas!
—Cariño, no vayan a ese lugar... —dijo mi madre —. Nada bueno sale de ahí... Y él lo sabe.
—Hermana —dijo Ryas. —Sinner tiene a nuestro padre —creí que mi corazón se detenía al oírlo —. Es lo que tío Sam intentó decirte.
—¿Cómo...?
—Galba cayó en una trampa al tratar de ayudar a ese chico con el que creciste —continuó mi madre —. Los hombres de Sinner usaron a ese chico para atraerlo.
—Pero Sam...
—Fue casualidad que sus caminos se encontraran... —dijo mi madre —. Al verlo, intentó ayudar a Galba y al muchacho, pero...
—Murió... —dije —Lo dejaron morir de la peor forma...
—Hermana, el sujeto que te ayuda no es malo, pero está cegado por el odio de su pasado. De su propia existencia. Ayúdalo a ver. No lo guían correctamente como madre lo hace contigo.
—¿Cómo? Farha no querrá escucharme.
En ese momento, madre se acercó a mi y susurró algo a mi oído. Una frase en un idioma extraño.
—No la olvides. Dícela. Él sabrá lo que significa —sonrió —Ahora ve y hazlo entrar en razón. De otra forma, ambos morirán —me abrazó.
Desperté de un salto haciendo que Farha detuviera el caballo rápidamente. Luego volteó a verme. Aún estaba procesando un poco lo que madre y Ryas me habían dicho.
—Ahora qué...
—No debemos seguir... —Murmuré.
—¿Qué?
—Mi madre dijo que si vamos allá, acabaremos muertos.
—No sabe de lo que habla.
—¿Cómo sabes de ese lugar? ¿Quién te dijo de ese lugar? —su mirada lo delató — Ni siquiera sabes a qué vamos realmente. No sabes qué buscamos...
—Ya te lo dije. Ahí esta la respuesta de tu existencia.
—¡Ni siquiera sabes si hay alguien esperándonos! ¡¿Qué tal si es una trampa?! ¡Tu padre quiere que mueras para salvar la poca dignidad que te queda! ¡Dijiste que no lo escuchabas, pero lo haces de todos modos!
—¡Suficiente! —me sentí exageradamente furiosa sin saber por qué.
Los ojos de Farha se colocaron rojos; y en ellos, vi reflejados los míos. Estaban igual de rojos. Era como si en cualquier momento fueramos a tener una pelea en medio de la nada.
—No lo sabes —me reí a modo de burla sin saber por qué. Debía ser eso que Farha dijo sobre la edad.
—Más te vale calmarte —parecíamos tener una pelea de miradas. La de Farha parecía ser más pesada que la mía. Más intimidante.
Recordé la frase que mi madre me había dicho. No sabía lo que significaba; pero estaba segura de que él sí lo sabría.
—"Espectrarum ite mirat vampire"
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