Al día siguiente me mantuve en la cabaña; parecía un día agradable para disfrutar del hogar con la chimenea encendida, beber leche tibia, y oír la lluvia torrencial que chocaba contra la ventana por el viento.
—¿Crees que Rogue esté bien? — pregunté a padre mientras colocaba un tronco en el fuego
—¿Por qué no habría de estarlo? — respondió —es un muchacho inteligente y de espíritu casi inquebrantable. De seguro está en algún lugar lejos de la lluvia, no te preocupes por él.
A pesar de que estaba cómoda, el día fue totalmente aburrido. No veía la hora de que Rogue volviera y animara mi día. "Mañana vuelve", era en todo lo que podía pensar.
Durante la noche se me hizo imposible conciliar el sueño. Sentía que Rogue entraría a la cabaña en cualquier momento. Caminaba de un lado a otro de todas las formas posibles.
Cuando amaneció, ya había dejado de llover, y había asomado un poco el sol para hacer brillar el lugar mojado.
Salí de casa para recorrer el lugar y captar los olores de éste. El aroma a tierra mojada me encantaba, y más aún si me encontraba en lo más profundo del bosque, ya que allí se mezclaban los olores de todo, formando uno de los olores más agradables del mundo.
Mientras estuve allí, respirando el aroma a bosque después de la lluvia, me dí cuenta de que ya era más de medio día y comenzaba a sentir hambre. Decidí ir de cacería en lugar de volver a la cabaña ya que me encontraba más lejos de ésta.
Cacé un par de codornices en el camino, e hice una pequeña fogata para comerlas. Luego de eso me recosté sobre la rama de un árbol, me había llenado tanto que comencé a sentir sueño y simplemente me quedé dormida.
Al despertar ya era de noche, había luna nueva, y no veía casi nada; pero aun así intenté volver a casa por mi cuenta.
No podía valerme netamente de la vista, mis ojos no eran tan agudos durante la noche como los de padre. Tropecé varias veces hasta llegar a la mitad del camino. A partir de ese lugar, debían de haber al menos unas diez trampas esperando a que cayera en una de ellas.
—Bien, solo hay diez puntos de olor. Puedo hacerlo —dije mientras comenzaba a caminar lentamente — solo debo poner atención en cada paso que... —se activó una junto a mí —estuvo cerca —sorpresivamente resonó un trueno, y lo único que tuve de luz desapareció dejándome en penumbras —¡Rayos! mi vista nocturna es inútil. ¿Cómo se supone que saldré de aquí sin caer en una trampa? Es posible que Rogue ya alla vuelto a casa —me había olvidado por completo de él.
Tan pronto como se volvió a silenciar el bosque, comenzó la lluvia. Había olvidado los repentinos cambios de clima de invierno.
En poco menos de un minuto ya estaba completamente empapada; y por la forma en como había salido vestida, comenzaba a tener frío.
Estaba en problemas, no podía ver casi nada en mi camino, los olores perdían su fuerza con el agua y se mezclaban con otros, y el caer del la lluvia entorpecía mi aguda audición.
—Los murciélagos nunca salen con lluvia, y los lobos siempre encuentran su hogar —reflexioné —pero no soy ninguno de los dos —dejé de caminar —no soy un lobo como padre, no soy un vampiro como mi madre, y no soy un humano como Rogue.
Extrañamente comencé a sentir mucho calor a pesar de lo desabrigada que estaba, me sentí cansada, caminaba con pasos descoordinados, y mi respiración se volvió más rápida y forzada.
Continué mi camino sosteniéndome de los árboles, pero no llegué muy lejos; en unos de mis pasos inseguros pisé una trampa, me golpeé la cabeza, y sentí un ligero goteo más lento que la lluvia. Luché por no dormirme; pero cada segundo me sentía mas cansada.
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Vircolac
FantasyArya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro. Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...