Arya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro.
Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...
Tal y como Farha lo había dicho, no muy lejos de nosotros había un grupo de hombres en la entrada de un bosque. Estaban colocando una soga en una de las ramas.
—Puedo oírlos —dije.
Podía escuchar a los hombres hablar a lo lejos. Hablaban sobre lo que harían después de "ejecutar al traidor" y de entregar al lobo.
—¿Entregar al lobo? —repetí —¿Mi padre está aquí?
—No —respondió Farha a medida que detenía el caballo —eran un grupo más grande, pero se dividieron para ganar tiempo. Tú padre y ese chico estuvieron juntos parte del camino.
Nos bajamos del caballo para acercarnos sin ser vistos. Farha se transformó en un murciélago bastante grande y comenzó a arrastrarse por la hierba. Noté que una de sus alas estaba desgarrada. No podía volar, pero aun así era muy rápido.
Yo me convertí en loba y seguí a Farha. Ambos nos acercamos rápido hasta quedar a un par de metros de todos. Me rompió el corazón ver el estado en el que estaba Rogue.
—Tengo que ayudarlo... —salí de la hierba sin esperar respuesta de Farha.
—Ya cuélguenlo —dijo uno de los hombres —. Quiero poder dormir bien al menos una noche y —el hombre me vio —. Se puede saber ¿qué hace una mocosa por aquí?
—Vengo a ayudar a mi amigo —sentí que mi instinto de lobo empezaba a crecer. Y sin querer, solté un gruñido.
—Atentos —dijo el hombre —es la niña que Sinner busca también.
—¿A...Arya...? —sentí furia en cuanto vi a Rogue tan mal herido.
—Esto no se los perdonaré —gruñí con más fuerza.
—¿Qué demonios...? —el hombre dio unos pasos atrás sin dejar de verme.
—Arya... —hasta Rogue se veía sorprendido.
—Eres un monstruo —dijo el hombre. Ahora, completamente aterrado.
Poco a poco, los hombres empezaron a caer muertos a manos de Farha. Era realmente hábil para ese trabajo.
—Sácalo de aquí y vete. Los alcanzaré en cuanto termine —lo escuchaba, pero mi cuerpo no respondía; y él se dio cuenta de eso —¡Mierda!
Al final, fue Farha quien liberó a Rogue, y fue él quien lo puso a salvo mientras yo me encargaba de los hombres de Sinner.
Apenas sí supe lo que pasaba. Para cuando me di cuenta, ya todos estaban muertos y yo tenía mis manos cubiertas de sangre.
Sentí pánico. Sentí miedo al no ver a Farha o a Rogue por ningún lado. Pensé que los había matado a ambos.
—¡¿Rogue?! ¡¿Farha?! —No me respondía nadie —¡Rogue! ¡Farha!
—Aquí arriba —era la voz de Farha.
No pude evitar ponerme a llorar al verlos a ambos sobre las ramas de un árbol como si escaparan de un animal salvaje.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó Farha con seriedad —Te di una orden y no me obedeciste.
—Te oí, pero...
—¿En qué te convertiste? —no entendí su pregunta —La forma que adquiriste en cuanto viste al chico ¿Qué era eso?
—Yo... No lo sé... —ni siquiera podía recordar que mi cuerpo había cambiado —¿Rogue? —Me asusté cuando no me respondió.
—Descuida —Bajó del árbol con Rogue sobre su espalda —Solo está inconsciente; pero te seré franco. Está muy mal —caminó hacia uno de los caballos que estaban ahí y puso a Rogue boca abajo —. Que sobreviva en ese estado, será cuestión de qué tanto quiere vivir.
Me transformé en loba y seguí a Farha de cerca mientras miraba a Rogue. Me dolía verlo en ese estado. De alguna forma, tanto mi padre como yo teníamos la culpa de todo esto.
—Nunca debimos dejar de correr —Acabé diciendo —. Nunca debimos creer que habría un lugar seguro para ambos. Fue algo muy estúpido... — Miré hacia la luna —Sinner matará a mi padre en tres días. Y no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo.
Dejé de caminar y me senté mirando mis patas. No entendía por qué, pero desde mi interior, sentí la necesidad de aullar. Y eso hice.
Emití un largo y fuerte aullido como nunca antes lo había hecho. En él iba toda la tristeza del momento. Cuando acabé volví a sentir el silencio.
—Sigamos —Dijo Farha.
Volví a caminar; pero apenas avancé unos metros, me detuve de golpe y guardé silencio.
—¿Eso es...? —Farha también lo había escuchado.
Era un sonido apenas audible; pero lo suficientemente claro como para no equivicarme. Volví a aullar en cuanto este se detuvo. Ahí estaba otra vez. Era él. Era mi padre quien respondía a mi aullido.
—Viene de allá —Miré en una dirección —. Tenemos que ir hacia allá... —Miré a Farha esperando una respuesta.
—Sigámoslo, quizás podamos alcanzarlo antes que llegue a Sinner.
—Sí —me sentí mucho mejor después de escuchar el aullido de mi padre. Era la gota de esperanza que necesitaba. Y ahora, me sentí con la fuerza suficiente como para continuar —. No importa lo que me cueste. Te voy a encontrar...
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