Capítulo 41

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Sujeté los brazos de Farha con fuerza por un largo momento hasta que el dolor comenzó a disminuir. Podía sentir esas cosas adheridas a mi espalda tocar la tierra.

—Puedo sentir con ellas... —murmuré para luego mirar a Farha —¿Por qué...?

—Ahora son parte de ti... —Respondió con voz sueva —Esto es lo que eres en realidad.

Miré hacia atrás sin poder evitar el pánico que me dio el ver esa extensión de mí. Y así como miré hacia atrás, volví a mirar el suelo sin ver nada realmente.

—Son... Tengo...

—Tienes alas —dijo Ranch.

—Pero... ¿Cómo...? —en verdad no podía creerlo —. Ni siquiera sabía como convertirme en eso sin...sin...

—Fue suficiente con que vieras la forma —dijo Farha a medida que me ayudaba a ponerme de pie —. Es imposible que a criaturas como tú se les enseñe a transformarse, porque ni siquiera sus padres pueden hacer eso. Si bien pudiste transformarte en lobo, no significaba que lo fueras del todo. Es posible que solo haya sido una reacción a la situación.

Recordé todos esos años en los que había intentado imitar a mis padres. Recordé la frustración de mi padre cada vez que no lo lograba. Y mi propia frustración por no poder conseguirlo.

—¿Puedes...? —preguntó Ranch, apuntando a mis "alas".

Sentí que Farha pasó sus dedos sobre ellas. Lo sentí. Sentí el tacto en esas nuevas extremidades.

Intenté moverlas y me sorprendí cuando éstas dieron un brinco. Ya no dolía en lo absoluto. Pero no dejaba de asombrarme al verlas.

Logré captar a lo lejos un aullido. Mi padre. Ahora estaba más lejos.

Rápidamente intenté volver a mi forma lobuna para responderle; pero no lo conseguí. No pude.

—¿Por qué...? —Miré mis manos en la tierra y volví a intentarlo otra vez. Y otra vez. Y otra vez —¡¿Por qué?! —alcé la voz completamente angustiada.

—Durante varios años fuiste "inestable" —dijo Farha con una expresión pensativa —. Mientras corrías, antes de caer. ¿En qué pensabas? —me miró.

—Pensaba... —recordé ese momento —. Pensaba en lo mucho que quería vengarme de Sinner por todo lo que le hizo a mi familia... —Sentí gruñir mi estomago; pero no le tomé importancia.

—¿Tienes hambre? —preguntó Farha.

—¿Eso importa? —respondí de forma cortante.

—Si llegas a un punto extremo, sí.

Por un momento estuvimos discutiendo sobre cómo íbamos a retomar nuestro camino ahora que no podía convertirme en loba.

—Quizás si hago que entren otra vez pueda...

—¿Y crees poder hacer eso así de rápido? No creo que sea así de fácil.

Ranch tenía razón. Demoré poco menos de 15 años en hacer desaparecer mi cola, ¿cuánto iba a demorar en hacer desaparecer esas cosas en mi espalda?

Sentí que Farha ponía su capa sobre mi espalda para luego caminar unos pasos hacia adelante.

—No dejes que las vea... —no entendí lo que dijo hasta que un ruido conocido entró por mis oídos. Estaba tan distraída que no los escuché antes.

—¡Arya! —sostuve la capa y volteé al verlo sobre el caballo.

—¡¿Daniel?! —No podía creer que estuviera aquí —¡¿Cómo es que nos...?!

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