Capítulo 36

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Por la expresión de Farha, supe que sabía lo que significaba aquella frase. Sus ojos habían dejado de ser rojos y su mirada había dejado de ser tan pesada.

—"Espectrarum ite mirat vampire" —repetí.

—¿Dónde aprendiste esa frase? —preguntó con seriedad —. Ni siquiera sabes sobre tu herencia.

— Mi madre me la dijo —Yo aun sostenía la mirada amenazadora —¿Qué significa?

—Significa "Vampiro, déjame ver tu espectro" —respondió.

—¿Es posible hacer eso? —pregunté.

—Sí. Pero es una práctica que se creyó perdida hace siglos.

—Farha... —comenzaba a sentir que me calmaba —. Déjame hacer que vuelvas a ver por ti mismo —me acerqué a él —. Déjame ayudarte.

Farha me miró como si desconfiara de recibir ayudar. Pero en cuanto toqué sus manos, pareció volver en sí.

—Sigamos.

—"Espectrarum ite mirat vampire" — volví a decir.

—No.

—¡"Espectrarum ite mirat vampire"!

—¡No lo haré!

—Hazlo. Quien sea que te esté guiando no lo hace bien.

—¡Ya basta!

—¡Un padre no guía a sus hijos a la muerte! ¡Los ayuda a vivir como sea sin importar las circunstancias! —sentí ganas de llorar —Sinner tiene a mi padre. Ayúdame a salvarlo.

—No puedes —guardé silencio — Quién cae a manos de Sinner, ya está muerto, niña.

Guardé silencio un largo momento hasta que me di cuenta de que había abofeteado con mucha fuerza a Farha.

Debería darte vergüenza... —era mi voz, pero no era yo quien estaba hablando —Nunca había existido un vampiro que valiera tan, pero tan poco como para darle la espalda a los suyos y a sí mismo... —mi madre estaba hablando a través de mi. ¿Cómo era posible eso? —Mi hija tiene razón. El espíritu que te encamina no es alguien que tú conozcas. Te crees fuerte con tu pasado; pero eres tan débil que dejas que te guíen a una muerte segura.

Cuando dejé de sentir que mi madre controlaba mi voz, vi a Farha esbozar una sonrisa y empezar una risa suave hasta convertirla en carcajadas. Luego me miró con los ojos rojo y una mirada aplastante.

—¿Y qué si estoy guiando a este estúpido a la muerte? —dijo mientras reía —. La era de los vampiros y esos perros acabó hace mucho tiempo. Es mejor dejarlo de una vez y dejar de nadar contra la corriente ¿no lo crees?

¿Quién eres? —sentí un poco de miedo.

Solo soy un servidor que está dispuesto a ayudar a otros en su camino. Pero este tipo es muy cabeza dura a pesar de que le hice creer que era su padre —volvió a reír —. Siempre supe que tarde o temprano los humanos se desharían de nosotros a pesar de que todo estaba "bien" —sonrió mientras se ponía la mano en el pecho —yo sé lo que va a pasar con todos. Lo que yo vea, se cumplirá. Y no puedes cambiar nada.

—Deja a Farha. Déjalo en paz —entendí que mi madre no le había hablado a Farha. Le había hablado al espíritu que lo guiaba.

Está bien. Pero antes...

Después de que la sonrisa se deshizo en su rostro, Farha cayó de rodillas al suelo con las manos presionando su cabeza mientras gritaba.

—¡Ya déjame!

Sentí mucho miedo al verlo en ese estado. Parecía estar luchando con él mismo. La saliva caía por su boca mientras gritaba.

—¡Basta! —volvió a gritar —¡No quiero ver eso! ¡Basta! ¡Ah...!

Dejó de gritar y cayó de boca al suelo. Me apresuré y lo puse de espalda para intentar despertarlo. Se había desmayado por lo que sea que eso lo hizo pasar.

—¡Farha! ¡Farha! ¡Despierta! —vi lágrimas caer de sus ojos.

—Yo... —Volvió en si mismo —. Yo...

Comprendí que todo esto debía de ser muy difícil para él. Haber creído por tanto tiempo que su padre lo guiaba para luego saber que no era él, podía hacer llorar a cualquiera.

Luego de un momento se sentó en el lugar y se cubrió la cara con una mano. Yo me senté a su lado y abracé su brazo. Quería que sintiera que no estaba solo en esto. Que lo apoyaba.

—Todo este tiempo...

—No es necesario hablar de eso no quieres hacerlo —dije sin mirarlo —Entenderé si no quieres ayudarme...

—Ese espíritu me mostró todo... —puso su mano sobre la mía sin mirarme —Sé dónde está Sinner. Sé dónde está tu padre. Pero antes tenemos que hacer una parada en el camino.

Se volvió a poner de pie y me levantó de la cintura para sentarme sobre el caballo. Luego se subió él y volvimos a ponernos en movimientos. Esta vez, en la dirección correcta.

—Sinner no verá a tu padre hasta dentro de tres días en el antiguo hogar de los lobos. Si nos apresuramos, quizás podamos... —se interrumpió —Hay un muchacho no muy lejos de aquí. Están a unas horas de ejecutarlo por traición. —estaba casi segura de quién se trataba.

—¿Cómo lo sabes...?

—Ese maldito me mostró lo que pasará —me miró por el rabillo del ojo —. Tendrás que descubrir tus habilidades por ti misma en el camino. Esperemos que eso sea suficiente como para cambiar todo de aquí en adelante.

 Esperemos que eso sea suficiente como para cambiar todo de aquí en adelante

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