Vircolac

Capítulo 24

Luego de la historia que padre me contó, él se fue a su habitación con toda tranquilidad. Mientras, yo me quedé en el mismo lugar pensando en la carga que ponía padre sobre mis hombros al darme tal responsabilidad.

La historia solo me sirvió para estar al tanto de la situación de mi padre, y posiblemente, de la mía también.

Me pasé la noche pensando en qué criterio usaría para decidir.

Si accedía a ir con ellos, Daniel sabría lo que padre y yo éramos; y también descubriría a Sam. Y también corríamos el riesgo de ser atrapados por el mismísimo Sinner. ¿Quién decía que no está por ahí buscando a su hijo, o peor aún, a mi padre? ¿Qué pasará con Rogue? ¿Ya no volveríamos a verlo?

Y si no accedía, simplemente nos quedaríamos en el bosque como si nada hubiera pasado. "Aunque padre parece querer ir", pensé. "suena atractivo ir a un sitio desconocido" ¿Pero y qué tal si ese hombre pasa por aquí?. Un profundo pensamiento se apoderó de mi mente, "no quiero ver morir a mi padre".

Me decidí por observar más de cerca a Sam y a Daniel para ver qué clase de personas eran en realidad.

Salí de la cabaña. Hacía un día agradable a pesar de estar en invierno. Me preguntaba en dónde se habían quedado durante la tormenta.

Mientras caminaba, debía de estar pendiente de encontrar a Sam o a Daniel; pero en lugar de eso, solo iba por el sendero siguiendo un rastro inexistente, con la mente completamente en blanco.

—¡Mi lady! —era Daniel. Se acercó corriendo hasta llegar a mi lado —ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos.

—Ah, sí, es cierto.

—¿Le gustaría una compañía para su paseo por este lugar? —preguntó señalando el camino con la mano derecha. No pude evitar mirarla con curiosidad.

—Claro —me ofreció su brazo, tímidamente me tomé de este y empezamos a caminar.

—Me gustaría saber un poco más de usted mi lady — dijo mirando el camino y sosteniendo mis manos con su mano izquierda.

—Bueno, ya te conté mi historia la otra vez, ¿por qué mejor no me cuentas la tuya? —propuse.

—No creo que a una señorita como usted le interese la historia de un cazador como yo.

—¿En verdad eres un cazador? —pregunté —¿O estás ocultando tu orígen? —Daniel me miró un poco sorprendido, y rió levemente —quiero saber cómo es que te hiciste amigo de Sam, quién es tu padre, de dónde vienen —bajé un poco la mirada —¿por qué traes ese guante siempre en una sola mano?

—Ciertamente es usted una señorita muy curiosa —dijo con un poco de nerviosismo en su voz —pero la complaceré. Aunque temo que no vuelva a verme de la misma manera luego de eso.

—Correré el riesgo —dije divertida.

—Nací en la capital.

—¿La capital? —Pregunté impresionada —nunca he estado allí ¿Qué clase de pueblo es? —Daniel rió levemente.

—No es un pueblo, es más, una ciudad enorme, poco menos que un reino en donde viven miles de personas.

—Waw, perdón. Continúa.

—Nací en la parte más dura de la capital, en "la académia de la cruz plateada". Mi padre la fundó hace unos veinte años, luego de que asesinaran a su hijo, mi hermano mayor. Aunque no me afecta ya que nunca lo conocí. En fin, mi madre murió cuando nací, y mi padre me dejó en manos de la iglesia, como un huérfano cualquiera.