Al salir de la habitación, vi a padre, aun sentado con la cabeza sostenida entre sus manos y con la misma expresión pensativa de antes. Levantó la mirada hacia mí, y puso las manos sobre la mesa.
—Antes de tomar alguna decisión, quiero que me expliques algo —padre me miró un poco tenso, como si supiera qué era a lo que quería —¿Qué le pasó al hijo de Sinner? ¿Por qué te odia a muerte? —soltó un suspiro y desvío la mirada —dime, quiero saberlo. Dices que no fue tu culpa. Si es así, no deberías tener problemas en decírmelo.
—Bien —dijo —. Siéntate —parecía nervioso al momento de iniciar.
—Descuida, no te juzgaré —dije con una sonrisa compasiva, y él me mostró otra, aunque preocupada.
—Fue diez años antes de que conociera a tu madre —inició —mi padre me entrenaba para liderar a la manada para cuando llegara el momento de sucederlo. Tenía 20 años en ese entonces, y solo quería disfrutar de mi vida como un hombre lobo "normal", así que un día escapé junto con mi hermano de nuestro territorio. Y no muy lejos de allí, estaba un muchacho de más o menos la edad de Sam, meditando a orillas de una laguna. Ambos lo observamos ocultos entre los arbustos por un largo rato. Y al caer la tarde, el chico se marchó...
Al día siguiente, volvimos a escabullirnos, y fuimos al mismo lugar, él no estaba allí. Y de repente apareció justo detrás de nosotros.
Como Sam siempre fue impulsivo, el chico nos descubrió de inmediato; pero no huyó de nosotros. Nos preguntó qué hacíamos vigilándolo y... —me miró de repente y se rió bajando la mirada —bueno, al fin y al cabo terminamos volviéndonos buenos amigos. Set era su nombre. Conocimos a Sinner, y él nos aceptó como iguales. Pero, años después, Set se mostró diferente con nosotros. Parecía más tenso, y paranoico con todos y todo. Sinner nos dijo que sólo estaba pasando por un trauma, que en el tiempo en el que no nos habíamos visto, sufrió un accidente en un viaje y que se había golpeado la cabeza.
Padre parecía dejarse llevar por sus recuerdos, por más que lo intentara, le era imposible ir directo al grano. Dejé que se tomara su tiempo, parecía un poco preocupado, o tal vez le dolía recordar esa parte de su vida. Pero necesitaba que me dijera qué era la que había ocurrido.
—¿No es curiosa la existencia de cada uno de nosotros? —preguntó Set — ¿Cuál es el propósito de cada ser? —me miró con una sonrisa inquietante —Yo ya descubrí el mío. Y es limpiar al mundo de todo lo que no sea humano. —De su bolsillo sacó una daga que resplandecía con la luz de la luna un color plateado —Y empezaré por ustedes.
—Set, cálmate —le dije —baja eso.
—Ni lo intentes —dijo riendo.
—Solo provocarás problemas entre los tuyos y los nuestros. Además, nunca hemos atacado a un humano.
—¡Callate! ¡Solo lo dices para salvarte! ¡¿Cómo sé que no vas a traicionarme un día de estos?!
—Set —dije con tono nervioso. Estaba asustado —nos conocemos desde hace ya 4 años. Nunca te traicionaría, solo quiero ayudarte. Desde que tuviste ese accidente has estado actuando extraño.
—¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! —dejó caer la daga para poner sus manos en su cabeza y comenzó a sollozar —. ¡No importa lo que digas! ¡Yo acabaré con todos ustedes!
—Set —intenté acercarme con un brazo estirado, pero él me aparto de un manotazo y se echó a correr. No lo seguí.
Sam llegó minutos después; pero no le dije lo que había ocurrido. Solo le dije que no se sentía bien y que había tenido que irse. Y antes de irnos nosotros también, guardé la daga que Set había dejado caer. No era de plata, de haberla usado, no nos habría hecho un gran daño.
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Vircolac
FantasíaArya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro. Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...