Capítulo 42

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Al no saber el camino, dejé que los demás me guiaran. Ranch nos siguió a caballo junto a Daniel para luego desviarse en dirección al grupo que tenía a mi padre. Intentarían "reintegrarse" en él para después encontrarnos en el punto final.

—Daniel —lo hice detenerse y estiré mi mano —entrégale esto cuando lo veas —le entregué el collar que me dio el día que nos separamos —. Quiero que sepa que, ahora es mi turno de salvarlo.

Daniel asintió con la cabeza y se marchó a todo lo que daba el caballo. Mientras, nosotros seguimos nuestro camino.

Vimos salir el sol a medida que avanzábamos. Me puso nerviosa darme cuenta de que cuando el sol se ocultara nuevamente, el tiempo se habría acabado para todos.

—Tienes miedo —dijo Farha, sentado en mi hombro.

—Temo fallar... —respondí en un suspiro.

—Estás cargando con mucho, niña.

—Si fallo, todos morirán. Si lo logro... —guardé silencio.

—¿Si lo logras...?

—¿Podremos tener una vida normal? —bajé la mirada —. Nunca he tenido una vida "normal". Nunca salía de casa debido a que tenía una parte adicional que podía delatarnos. La única vez que salí, todo se arruinó y Sinner acabó por encontrarnos. Mi madre murió esa misma noche; y mi padre casi muere debido a la fatiga ocasionada por correr dos días sin parar en busca de un "lugar seguro" —acaricié el pelaje de Ram y apoyé mi cuerpo sobre él —. No puedo decir que he tenido una vida normal; me obligué a madurar un poco cuando apenas tenía 6 años para no ser una carga tan pesada para mi padre. Ya mucho tenía con la muerte de mi madre y no quería que... sufriera por mi culpa —cerré los ojos —. De por sí ya cargo con un secreto de mi madre para que no se sintiera peor por no poder proteger a toda su familia. Madre dijo que hablaría con él para decírselo... — comencé a sentir mucho sueño; pero la voz de Farha me mantuvo despierta.

—Pero la comunicación con muertos es solo entre vampiros —me sorprendí al oírlo; pero a la vez no. De alguna forma lo sabía. Sabía que al final tenía que ser yo quien se lo dijera.

—Lo sé... Solo esperaba alguna especie de milagro que me librara de ello... —volví a cerrar los ojos.

Me dormí sin darme cuenta. Pero de alguna forma estaba consciente de que estaba soñando. Sentí un poco de miedo al no poder hablar o moverme mientras escuchaba todo lo que pasaba a mi alrededor.

Vi fuego por todos lados, personas huyendo, hombres armados asesinando a otros. Podía escucharlos a todos. Sabía que no iban a salir vivos del lugar por más que intentaran huir.

Miré el lugar en el que estaba parada. Un montón de piedras que alguna vez formaron una estructura sólida. Algunas personas se transformaban en lobos para defenderse inútilmente de sus verdugos. Otros, se convertían en murciélagos para volar un poco antes de ser alcanzados por una flecha.

—¡Ayúdanos...! —una mujer tomó mi mano —. Por favor... —rogó antes de morir frente a mi a manos de un soldado que aparentemente me ignoró.

—Te estás acercando... —oí a alguien detrás; pero no pude voltear a verlo —Ellos necesitan una esperanza... —Su voz era muy parecida a la de mi padre. Tanto, que por un momento pensé que era él quien agonizaba —. Sabía que las acciones de Galba traerían consecuencias enormes al clan... No me arrepiento de haber exiliado a ese idiota... Al final, tanto Sam como Galba acabaron siendo la más grande decepción de la historia... 

De pronto, todo ese escenario que reacreaba la masacre de años atrás, desapareció. Seguía en el mismo lugar, solo que ahora, todo estaba desierto, silencioso. No había nadie más que ese hombre y yo. Respiré profundamente pensando en lo que este había dicho.

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