Arya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro.
Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...
Corrí entre los árboles sin una dirección en particular. No podía perder de vista a padre, y estaba casi pisándome los talones.
—¡Vamos Arya, estoy por alcanzarte! —dijo mientras corría.
Intenté perderlo zigzagueando por los árboles, pero era totalmente inútil, no podía ni siquiera alejarme de él ni un solo centímetros.
Ya llevábamos casi una hora corriendo por el bosque, y comenzaba a cansarme. No sabía qué más hacer. Solo se me ocurría seguir corriendo, ya que no sabía cómo enfrentar a alguien.
—¡No puedes huir por siempre, Arya! ¡Cambia tu dirección!
No sabía a qué se refería al principio; pero luego entré en razón. Puse mis ojos en un árbol, y cuando me acerqué lo suficiente, salté sobre él apoyando ambos pies y ambas manos, mientras veía a padre arrastrar los pies y las manos para frenar. Gané tiempo y terreno al hacer un cambio de dirección tan bruscamente.
—¡Bien hecho! —dijo padre, ahora, más lejos de mí.
—¡Gracias! —dije mirando por el rabillo del ojo hacia atrás —aunque no sé por cuánto tiempo más pueda seguir. Nunca había corrido tanto —murmuré jadeando.
Ya estaba por alcanzar mi límite de resistencia; y en consecuencia, mis pasos comenzaron a volverse cada vez más lentos, y padre volvía a estar justo detrás de mí.
Mi primera opción era rendirme y dejar que me atrapara, pero a la vez, también era la última. Estábamos de camino hacia el río nuevamente; y entre los sonidos que oía, escuché el de la ruptura de una rama. No sé por qué ese sonido en particular llamó mi atención, pero lo ignoré.
Ya tenía el río justo frente a mí; era algo ancho como para cruzarlo de un salto, pero no perdía nada con intentarlo.
—Yo creo que no —susurró padre, y emitió un ruido.
Estaba llegando a la orilla, lista para saltar; pero antes de poder hacerlo, algo se enredó entre mis pies y acabé por caer al agua. El río me arrastró una cierta distancia hasta que pude alcanzar la orilla y salir de este recostándome de inmediato para recuperar el aliento.
Padre dejó de correr igualmente; recogió su camisa, y se puso sus zapatos nuevamente. No parecía para nada cansado. Caminando, se acercó a mí, y se sentó.
—Nada mal —dijo desinteresadamente —pero no sabes defenderte.
—Nunca he tenido que —respondí un poco más recompuesta —aún no puedo creer que me lanzaras una rama para hacerme caer.
—Lamento eso, me dejé llevar por el momento.
—¿Así te lo enseñaron a ti?
—Sí
—Así que entonces supongo que está bien —dije —. Aunque sigo sin entender el porqué te quitaste la camisa y los zapatos.
—Oh, fue simplemente por comodidad.
—Ya veo ¿y ahora qué?
—Continuaremos al anochecer, tienes varios aspectos que poner a prueba —explicó —ahora vamos a casa.
Ya de vuelta en la cabaña, tuve que buscar un cambio de ropa para que la que tenía puesta pudiera secarse. Sí tenía ropa; pero no otro cambio de calzado, por lo que acabé por ponerme el vestido que Rogue había traído para mí.
—Me pregunto cómo estará rogue.
—De seguro está bien. El muchacho tiene un fuerte espíritu de lucha.
—¿Cuándo volveremos a verlo?
—Dijo que el entrenamiento duraba un par de años.
—Ya veo —me sentí mal por no haberlo despedido ese día —¿ya nos vamos? —pregunté para apartar a Rogue de mi mente.
Comenzaba a caer la noche, y esta vez, nos internamos en el bosque, alejados del río. Esta vez, padre solo se quitó los zapatos. Nuevamente, iba enserio.
—¿Lista? —advirtió —Allá voy.
Me pareció muy astuto de su parte; "practicar en noche de luna nueva". Era evidente que él quería que usara mis sentidos, pero ¿Él los usaría también?
Nuevamente no tenía tiempo de nada; padre había comenzado a perseguirme, y con la poca visibilidad que yo tenía a mi alrededor, padre acababa atrapándome en poco tiempo.
—Te atrapé —dijo levantándome de la espalda del vestido.
—¿Qué esperas que haga? no tengo una buena vista durante la noche.
—¿Y qué me dices de tu oído? Escuchas mejor que cualquiera de nosotros en este bosque
—¿Nosotros? —pregunté creyendo que estaba equivocado.
—Huele a humo. Aún están aquí, pero no saben que nosotros también. Están muy apartados
—Entonces...
—Otra vez —dijo preparándose — solo que esta vez, intentarás liberarte de mí una vez que te haya atrapado ¿Correcto? —no estaba segura de qué debía hacer exactamente —. Ahora corre.
Y otra vez corría sin ver exactamente hacia dónde me dirigía, y ahora, con más precaución de no tropezar con algo.
El no ver casi nada, hacía que mis pasos fueran inseguros y torpes, pero aun así iba rápido. Aunque no a mi cien porciento.
—¡Vamos Arya! ¡debes pensar en algo más además de correr! —me decía padre.
Quería hacer lo mismo que hice la vez anterior, cambiar de dirección; pero para cuando veía un árbol, ya lo había pasado.
De pronto, recordé que padre había nombrado a alguien más en el bosque, pero no puse mucha atención a eso. Comencé a oír algo que se avecinaba a nosotros. Me desligué completamente de la práctica y comencé a detenerme. Y padre, que se había quedado más atrás para darme ventaja, continuaba acercándose. "Ahí viene", pensé. Me volteé para advertirle, pero en lugar de hablar, actué.
—¡Papá cuidado! —exclamé lanzándome hacia él y empujándolo hacia atrás.
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