Lo vi ahí, en el suelo, frente a mí mientras jadeaba haciendo leves expresiones de dolor que poco a poco se iban apagando. No sabía qué hacer. No sabía cómo ayudarlo. Todo esto era mi culpa.
—¡Mierda! —gritó Sinner con frustración al ver a mi padre herido de esa manera —¡Pero qué hiciste! —caminó hacia nosotros. Hacía él —¡Ni creas que voy a dejar que mueras así de fácil!
Sinner me apartó de un golpe y levantó a mi padre del suelo haciéndolo soltar un gemido de dolor.
—Maldito estúpido. Ni creas que voy a dejar que mueras de una manera tan pacífica —Parecía un demente por la rabia de no haber logrado todo lo que tenía en mente —. Quiero escucharte gritar en tus últimos momentos. Quiero verte sufrir hasta que no puedas más. Quiero que supliques clemencia.
Estaba a punto de saltar para intentar ayudar a mi padre; pero me paralicé al oír a mi padre reír débilmente mientras se aferraba al brazo de Sinner con la fuerza que tenía. Lo ví esbozar una sonrisa y fijar la mirada en él.
—Nunca me vas a escuchar gritar, ni pedirte clemencia —dijo con dificultad; pero manteniéndose firme —. Ni creas que... te voy a dar ese maldito gusto.
—Claro que lo harás... —aseguró.
No tuve tiempo de reaccionar cuando vi que Sinner soltaba a mi padre con la intención de que cayera de espaldas para que fuera atravesado por la estaca en su espalda; pero antes de que pudiera tocar el suelo, alguien se abrió paso entre los demás hombres para atraparlo y arrastrarse de espaldas por el suelo.
—¡Farha! —corrí hacia ellos.
—Suerte que llegamos a tiempo. Mira que dejarnos atrás para irte por tu cuenta —me dijo mientras se quitaba a mi padre de encima con algo de cuidado —. No voy a mentirte, amigo perro. Pero esto te va a doler —no le dio tiempo de contestar y sacó la estaca de su espalda —. Esto se ve mal... —vimos que la punta de la estaca estaba bañada en plata.
Al momento de quitarla, mi padre se aferró a mí con fuerza y ahogó el grito de dolor, apretando los dientes con fuerza hasta que soltó un jadeo y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Me sentí tan mal por no haberlo podido ayudar, que lo único que hice fue romper en llanto mientras lo abrazaba con fuerza mientras le pedía perdón por ser tan inútil, por haber causado todo eso, por haber hecho que lo hirieran de esa forma.
—Arya...
—Suficiente —dijo Farha con seriedad, interumpiendo a mi padre —. Ya basta de comportante como una cría... — levanté la mirada. Apenas podía verlo a traves de mis lágrimas.
—¿Pero qué tenemos aquí? —Sinner llamó nuestra atención —. El vampiro que se convierte en rata y que no puede pasar un día sin estar borracho. Nunca creí que te vería ayudar a un lobo.
—No creas que lo hago por gusto —le respondió poniéndose de pie delante de nosotros —. Pero si con eso podemos ser libres de una maldita vez —me miró por el rabillo del ojo un momento —, supongo que vale la pena el sacrificio.
—¿Y qué te hace pensar que pueden vencerme? te recuerdo que no pueden acercarse a mí sin morir en el intento... —se burló —. Además... si tanto querían libertad, solo tenían que pedirlo... —chasqueó los dedos y uno de los hombres le cortó el cuello a otro hombre con una daga —. En cierto modo, les hago un favor al hacerlo rápido —dijo mientras el hombre acababa de ahogarse con su propia sangre —. Bueno, casi —volvió a reír.
—Miserable desgraciado... —Farha apretó los puños por la impotencia.
Por un momento sentí que el tiempo se detenía para que pudiera mirar el panorama frente a mí. Farha tenía razón, no podía comportarme como una niña asustada que solo esperaba que su padre la protegiera de todo. Se suponía que yo lo haría esta vez; y aun así había fallado. Y ahora, mi padre estaba mal herido, y Sinner estaba matando a todos uno por uno como si fuera lo más divertido del mundo. Tenía que hacer algo, o todo lo que hice no habría valido la pena y la muerte de Rogue, Sam, y todos, habría sido en vano.

ESTÁS LEYENDO
Vircolac
خيال (فانتازيا)Arya es el fruto de un amor prohibido. En su interior corre la sangre de un hombre lobo y la de un vampiro. Un acontecimiento lamentable hizo que perdiera a su madre. Y diez años después, otro evento se repite haciendo que ella y su padre tengan que...