Capítulo 43

144 34 2
                                        

Unas horas después, acabamos por detenernos en la orilla de un riachuelo. Farha se alejó un momento y volvió con una liebre en la mano.

—Come —dijo con la mano estirada hacia mí —. Lo vas a necesitar

—Pero ustedes...

—Estamos bien. No somos nosotros los que se enfrentarán al sujeto. Solo te abriremos el paso y nos ocuparemos de que nadie se interponga en tu camino mientras...

—Pelee con Sinner... —finalicé en un susurro antes de recostarme sobre el césped —Me pregunto si...

Volví a sentarme de golpe al percibir un ligero aroma. Me puse de pie dejando a Ram y a Farha completamente confundidos y comencé a correr en dirección al aroma.

Corrí a tropezones por culpa de mis alas; pero no dejé que eso me detuviera. Comencé a derramar lágrimas sin siquiera haber visto nada.

Estaba por llegar a las afueras del bosque en donde podía ver el brillo del sol. Estuve a punto salir del bosque cuando sentí un gran peso sobre mí que me hizo caer arrastrándome un poco por la tierra sin posibilidad de levantarme.

—¡Suéltame, Ram! ¡Quítate de encima...! —empecé a desesperarme.

—Contrólate, niña —apareció Farha junto a nosotros.

—¡Suéltame! —empecé a llorar y a arrastrarme un poco —Por favor... Déjame verlo. Prometo que no dejaré que me vean.

—Deja que se levante —Ram me liberó. —. Sé que lo dice de verdad —esbozó una sonrisa —. Desde el primer momento supe que no sabe mentir.

En cuanto Ram se quitó de encima, me apresuré a los arbustos y Farha se colocó junto a mí. Dejé salir un jadeo que silencié inmediatamente con mis manos.

Mientras nosotros estábamos ocultos en el bosque, del otro lado los hombres de Sinner marchaban en dirección a su ubicación.

—Padre... —susurré.

No pude contener mis lágrimas al verlo caminar rodeado de soldados que lo apuntaban con lanzas que tenían una punta reluciente a la luz del sol. Lo seguían a medida que uno de los hombres jalaba de las cadenas que estaban sujetas a su cuello y manos.

—Puntas de plata... —murmuró Farha. —. Un movimiento en falso y estará perdido.

En verdad quería salir de los arbustos y correr hacia él. Quería ayudarlo. Pero la gran cantidad de soldados complicaba la situación.

Farha y yo logramos ver a Daniel y a Ranch con el grupo. Parecía que el plan les había funcionado.

De pronto, vi a mi padre disminuir la velocidad de sus pasos y alzar la cabeza en varias direcciones. Reconocía ese movimiento a la perfección. Estaba olfateando.

—Por aquí... —dije con un hilo de voz.

—Quieta —murmuró Farha —. Esto es muy arriesgado.

Mi corazón pareció detenerse cuando mi vista se cruzó con la suya. Me había visto. Lo vi esbozar una ligera sonrisa; pero fue desecha por un hombre que lo empujó con un golpe para que volviera a caminar.

—Tengo que... —Farha me rodeó con sus brazos para evitar que me levantara.

—No lo arruines con tus arranques.

—Recibí tu mensaje... —me paralicé al oír su voz.

Volví a asomarme por los arbustos. Había vuelto a caminar y tenía la mirada fija en sus manos, las cuales besó como si tuviera un bebé en sus brazos. Él sabía que yo podría escuchar esos murmullos inaudibles para quienes lo rodeaban.

VircolacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora