Vircolac

Capítulo 46

No quise perder más tiempo con ridículas provocaciones. 

Tenía que vencer a Sinner antes de que la tormenta iniciara. Si no lo hacía, el ruido de los truenos haría que mis sentidos se entorpecieran dándole la ventaja. Estaba más que claro que no podía confiarme en ningún momento. 

Cerré mis ojos un breve instante, respiré profundamente escuchando cada ruido a mi alrededor, y cuando mis alas se abrieron hasta su punto máximo, las cerré de golpe para impulsarme hacia Sinner. Necesitaba tantear bien sus reflejos y habilidades antes de  pensar en atacarlo diréctamente.

—Ese fue un buen intento... —dijo después de esquivarme e intentar cortarme con una de las dagas —. Pero dudo mucho que sea suficiente para superar décadas de entrenamiento.

—Solo era una prueba —dije —Quería ver que tan "bueno" eras —me reí por el juego de palabras.

—Sé precavida —escuché la voz de Ram. No sabía muy bien en dónde estaba oculto; pero me alegré de saber que estaba bien —. Este tipo tiene una gran cantidad de trucos bajo la manga.

—Entiendo... —murmuré —. Sería de mucha ayuda que me las nombraras. No te preocupes por ser una distracción. Puedo hacerlo —di un salto hacia atrás para evitar que Sinner me apuñalara. A pesar de ser un humano, era muy rápido.

—No creo poder nombrarlas todas a tiempo. Solo cuida de no tocarlo si no es para atacarlo de forma certera. Hay una sola razón sobre el por qué Sinner no se ha quitado la capa para pelear; y es porque bajo esta, guarda todas sus armas. El sujeto en sí es un arma para cualquier criatura.

—Está bien, gracias Ram —lo escuché suspirar de forma dubitativa —. Solo hay una forma de ganar tu libertad y el perdón por el pasado. La decisión es tuya.

—Entiendo... 

Gracias a la información de Ram, tuve que poner aun más atención a los movimientos de Sinner, Realmente me igualaba en rapidez y era posible que fuera capaz de superarme en fuerza. Después de todo, ante él, yo no era más que una joven de quince años con evidente expresión de miedo.

—¿Sabes cuál fue la razón por la que dejé a esos fenómenos a mi servicio? —preguntó acercándose mientras buscaba algo entre su ropa. Yo retrocedí. No me iba a acercar sin ver lo que tenía ahí —. En poco más de 20 años he aprendido mucho de ellos —sacó una cuchilla plateada —. Fortalezas, debilidades. Qué tan inútiles son o... —se dio vuelta con velocidad y la lanzó —¡Qué tan cobardes! —Escuchamos un chillido —Poco a poco irán cayendo, bestia.

Me alteró un poco el saber que Sinner había herido a Ram sin mucho esfuerzo. Y me alteraba aún más el no dejar de retroceder por miedo a la evidente desventaja que tenía contra él al estar desarmada.

—Tengo que... —escuché decir a mi padre antes de ahogar un quejido de dolor.

—Quieto —dijo Farha —. Deja que tu cachorro crezca. Ni siquiera estás en condiciones de hacer nada a menos que quieras morir. Cualquier cosa que hagas podría matarte.

—Mi vida no importa con tal de mantener viva a mi hija—Escucharlo hablar así me hizo enojar de repente. —Tengo que...

—¡Cierra la boca! ¡Ya deja de decir eso! —le grité gruñendo  antes de tropezarme con mis propias alas. Escuché a Farha reír por lo bajo.

—Por cierto, tu hija está en esa etapa inestable de la adolescencia. En momentos, su sangre de lobo se vuelve más fuerte y. Es desagradáblemente irritable.

Sinner se abalanzó sobre mí de inmediato. Por más que lo intentaba, el miedo era más fuerte que yo a pesar de tener esos arranques de ira momentáneos.