Enamorada del hijo de mi profesora❤Justin Bieber y tú❤

Capítulo 69❤

Narra ____:

-¡Bienvenida a París!

¿París? ¿Es enserio? ¿París?

-¿Me estás bromeando?

-No princesa, mira-me volteó y vi la Torre Eiffel a lo lejos.

Lo abracé, mi Justin es el mejor del mundo.

-Te amo.

-Yo te amo más.

-Ven princesa, vamos al hotel.

Tomamos un taxi que nos llevara al hotel, yo no sabía hablar francés en lo absoluto, pero Justin si.

Nos ibamos a hospedar en el Four Seasons Hotel George V París. Llegamos y me sorprendí era muy lujoso y hermoso.

Nos instalamos en la habitación, todo parecía de ensueño, me había enamorado completamente de ese hermoso lugar. Salí al balcón y no podía creerlo, se veía la Torre Eiffel. Me encantó la vista.

-Es precioso.

-Sabía que te gustaría.

-Me encantó.

Lo besé, y el me abrazó por la cintura.

-¿Quieres hacer algo princesa?

-Ahora quiero descansar, el viaje me dejó agotada, ¿Sabes?

-Está bien princesa.

-Me iré a duchar, pide algo de comer al restaurante del hotel.

-Si mi cielo.

Tomé mi ropa de la maleta y la guardé en el armario de la habitación. Después tomé mi pillama y me metí al baño. Estaba hermoso, parecía el mismísimo baño de alguien de la realeza. Había un jacuzzi, me encantó.

Me metí en el jacuzzi para relajarme, cerré mis ojos y me quedé ahí un buen rato. Esto era lo mejor del mundo. Después de alrededor de media hora, tomé una toalla que se encontraba ahí. Salí y me vestí.

Escuché la televisión prendida, me acerqué a la cama, dónde estaba dormido mi Justin; estaba boca abajo, con su respiración tranquila. Me dió pena despertarlo, se veía tan tierno. No había pedido comida, pero no tenía mucha hambre. Me quise acostar yo también y me dormí.

*Al día siguiente*

Me levanté porque los rayos del sol entraban por el gran ventanal. Justin seguía en la misma posición, se veía adorable, cómo un niño pequeño.

Me levanté para ducharme, tomé mi ropa y me metí rápidamente a la ducha. Duré alrededor de 10 minutos y salí envuelta en una toalla. El clima estaba normal ni frio, ni caluroso. Me puse un vestido negro, mis vans negras y mi chaqueta de mezclilla. Me cepillé el cabello y mis dientes.

Salí a ver a Justin, y ya no estaba acostado, seguramente, se fue a bañar. Me senté a ver la televisión un rato, estaba aburridísima. Minutos después, Justin salió del baño, con una toalla envuelta en su cintura, su cabello se veía alborotado y mojado. Las gotas de agua escurrian por todo su cuerpo, yo me mordí mi labio, es tan jodidamente sexy. Nunca me han gustado los chavos por su físico, pero vamos, Justin es tan perfecto en todos los sentidos.

-¿Te gusta lo qué ves?

-¿Eh?-me despertó de mis pensamientos.

-¿Estabas admirándome?

-Eres un egocéntrico.

-Igual me deseas.

-¿Qué?

-Te vi mordiéndote el labio.

-Esta bien, me rindo-sonreí-si estaba viéndote.

-Tu también estás guapísima.

-Pero no tanto cómo tú.

-Mentira, somos unos guapos los dos-él dijo riéndose y yo también.

-Apúrate amor, quiero salir, visitar, y conocer-dije cómo una niña con un juguete nuevo, Justin rió. Si ya sé, estaba actuando como niña, pero vamos, no todos los días estás en la Ciudad del Amor con tu prometido.

-Ya voy.

El se alistó, y después de 15 minutos, salimos a la recepción. Tomé un folleto dónde decía qué lugares visitar. Iríamos a La Plaza de la Concordia, que es la segunda plaza más grande de Francia.

El taxi nos dejó y Justin pagó. Nos tomamos fotos y paseamos alrededor de la plaza. Era hermoso ver a parejas igual de bonitas cómo la nuestra.

Es fantástica ésta experiencia. Toda mujer en su vida sueña con visitar París. Y bueno, aún no creo que esté viviendo una experiencia así de bonita con mi novio, ahora prometido. Y lo más hermoso venir a la Ciudad del Amor con el amor de tu vida.

Después de haber pasado un rato bonito en la plaza, quise visitar otro lugar, el Jardín de las Tullerías. Casi era el atardecer y por lo que había entendido al guía turístico, se veía precioso con el sol.

El Jardín de las Tullerías, es como un pasillo con árboles en los dos extremos del pasillo. Por las ramas de estos, pasan los rayos del sol del atardecer, era más que hermoso.

Caminé con Justin, agarrados de la mano. Él en seguidas ocasiones besaba mi cabeza de forma dulce.

-¿Bebé?

-Mande mi princesa.

-Te amo mucho, gracias por este viaje.

-Te amo más princesa, es tu regalo de Graduación.

-Es que eres simplemente increíble.

El camino era largo, pero lo disfrutaba en compañia de Justin.

Se hizo de noche y quisimos regresar al hotel. Más bien, al Palacio en el qué nos estábamos hospedando.

Llegamos algo cansados y pedimos algo de comer al restaurante del hotel.

-¿Te gustó el paseo de hoy?

-Me fascinó.

-Qué bueno princesa, mañana será mucho mejor.

¿Habría algo mejor que lo de hoy?