Menos de media hora después aparco frente al edificio de apartamentos que llevo años intentando llamar hogar. El trayecto hasta aquí ha sido silencioso y la atmósfera dentro del coche era bastante incómoda. Con un suspiro saco las llaves del contacto y se las devuelvo a Nat mientras bajo y abro la puerta trasera para que Bucky pueda salir.
- Ya hemos llegado. Es este edificio de enfrente -digo sonriéndole mientras señalo el edificio alto y gris cuya simetría sólo está rota por la escalera de incendios de un color rojo oxidado que recorre su fachada, llena de plantas que los vecinos han ido colocando en ella.
Él me mira y sale del coche, no ha hecho ningún movimiento extraño, pero sé que está en alerta constante. Si ya apenas confiaba en mí antes, ahora que sabe que soy el Capitán América no baja la guardia ni un instante.
Nat nos mira, analizando la situación, como siempre hace.
- Os acompaño -dice siguiéndome cuando me dirigo hacia la puerta del edificio-. Necesito hablar contigo -añade mirándome.
Asiento mientras saco las llaves del portal. Abro la puerta y Nat entra rápidamente seguida de Bucky, que no deja de mirar a su alrededor, probablemente en busca de alguna amenaza. Quisiera decirle que aquí está a salvo, que conmigo está a salvo, pero comprendo que no me creerá.
Los diez tramos de escaleras nunca se me habían hecho tan largos. Me paro ante la puerta verde de mi apartamento y me agacho para sacar la llave de debajo del felpudo. Si Furia supiera que esa es toda la seguridad con la que cuenta este lugar probablemente trataría de obligarme a vivir permanentemente en la base de los Vengadores. Nat alza una ceja con gesto escéptico, pero no hace comentarios.
Entramos los tres y, una vez en el salón, no puedo evitar pensar en lo extraño de la situación. Supongo que Bucky tendrá hambre, dudo que haya comido algo desde el desayuno.
- Sobre la encimera de la cocina hay un paquete de galletas. Ve y come algo si te apetece -digo mirando a Bucky, que, sin rechistar, se dirige hacia la cocina como si de una orden se tratase.
Cuando lo veo desaparecer saliendo del salón me giro hacia Nat.
- Siento no poder ofrecerte nada, te sorprenderá saber que aún no he podido hacer la compra -trato de bromear.
- No te preocupes -dice sonriendo-. Steve, sé que acabas de llegar, que estarás cansado y que apenas has debido tener tiempo para pensar pero, ¿qué piensas hacer con él ahora? Aunque ya no esté con Hydra no deja de ser el Soldado de Invierno. No puedes presentarlo en la base de buenas a primeras y esperar que lo acojan con los brazos abiertos -yo desvío la mirada.
No será fácil, pero espero que todos puedan comprender que Bucky solo hizo esas cosas porque estaba siendo controlado mentalmente por Hydra.
- ¿Crees que puedes presentarte ante todos, decirles que no es culpa suya porque estaba siendo controlado y esperar que todos se pongan de su parte? -la miro sorprendido, siempre me ha conocido mejor que nadie, nadie a excepción de Bucky, me recuerdo amargamente.
- ¿Estás segura de que Wanda no te ha transmitido algún tipo de habilidad mental? -pregunto intentando aligerar el ambiente.
- No Rogers, solo eres fácil de leer -replica riendo.
- Entonces, ¿qué sugieres? -dado que mi idea le ha parecido tan mala confío en que al menos ella tenga un plan.
- No lo sé, la verdad. Es una situación muy complicada. Desde luego tarde o temprano tendrás que traerlo a la base. Pero no creo que convencerlos de su inocencia vaya a ser tarea fácil, menos mal que siempre se te han dado bien los discursos.
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Hasta el final
Fanfiction"¿Me había recordado?" Hace dos días Steve estuvo a punto de morir. No pudo hacer nada para evitar caer de la nave pero Bucky, su mejor amigo, le sacó del agua. El único problema es que Bucky no recuerda a Steve, ¿o sí?