Capítulo 54

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Cuando el último soldado cae al suelo, inconsciente, todos seguimos a Steve hasta el interior de la sala. Entramos justo a tiempo de ver a Rumlow cerrar un mecanismo que estaba oculto en una de las paredes de la sala. ¿Qué era? ¿Qué ha hecho? ¿Habrá enviado algún tipo de mensaje? Se gira hacia nosotros con una sonrisa torcida que hace de todo menos tranquilizarme. Pero ahora está acorralado, no tiene vía de escape posible, ¿verdad?

- Puede que creáis que habéis ganado pero, cada vez que cortéis una cabeza, aparecerán dos más para sustituirla -dice con firmeza.

Su voz nos distrae del movimiento de su mano, que desaparece en uno de sus bolsillos. En cuanto nos damos cuenta de sus intenciones, todos nos lanzamos hacia él, conscientes de lo que pretende hacer. Pero ninguno llega a tiempo, sabemos que es tarde en cuanto comenzamos a movernos.

- ¡Heil Hydra!

Steve, que es quien está más cerca de él, lo tira al suelo de un empellón, pero cuando ambos golpean el suelo Rumlow ya está muerto y el olor a cianuro inunda mis fosas nasales.

- ¡Joder! -maldice Clint

Steve se levanta, tan frustrado que ni siquiera se preocupa de reprender a Clint.

- ¿Sabemos al menos que ha enviado antes de... ? -Natasha no acaba la frase

Tony, que ya estaba revisando la máquina, niega con la cabeza.

- Podemos intentarlo, pero no parece que vayamos a poder sacar nada de aquí -dice dándole un golpe con la mano.

El ambiente es... extraño. Hemos ganado, sí. Pero nadie parece satisfecho con nuestra victoria. Incluso si hemos tomado la base. Incluso si Rumlow está muerto. Incluso si desde nuestra sala ya podemos oír a los soldados de Shield. Incluso sabiendo todo eso, nadie está contento. Porque sabemos que él tenía razón. Cada vez que cortamos una cabeza salen dos. La única pregunta es cuanto tardarán en aparecer.

- No pasa nada -Steve me apoya una mano en el hombro, pero sus palabras se dirigen a todos-. Sé que parece que hemos perdido, pero no es así. Hoy teníamos una misión, y la hemos cumplido. Hydra tardará mucho tiempo en recuperarse del daño que le hemos causado y, cuando vuelvan a atacar, estaremos preparados. Nunca volverán a pillarnos por sorpresa. Sea cuando sea y estemos donde estemos.

Todos asienten, enderezando la espalda y yo vuelvo a asombrarme de la capacidad que tiene Steve de levantarnos el ánimo incluso en los peores momentos. Por eso es nuestro capitán, por eso sé que lo seguiría hasta el mismísimo fin del mundo sin que hiciese falta que me lo pidiese.

Cuando los agentes de Shield empiezan a llegar al pasillo nosotros salimos de la sala. Tony y Bruce discuten sobre el posible funcionamiento del aparato que dejamos atrás y yo oigo a Natasha comentarle algo a Clint sobre ir a buscar a Sam. Steve y yo salimos los últimos, sin que nadie nos preste demasiada atención.

- Ya ha acabado -dice junto a mi oído mientras me toma de la mano

- ¿De verdad lo crees? -pregunto inseguro- ¿No piensas que volverán a levantarse contra nosotros de nuevo?

- Puede que este no sea el final definitivo pero, al menos, podemos estar seguros de que pasará mucho tiempo antes de que vuelvan a intentar nada. Al fin y al cabo, ¿no nos merecemos unas vacaciones?

- ¿Discurso motivacional? -sonrío.

- Me parecía mal invitarte a salir mañana sin que estuvieses un poco más animado.

Mi boca se curva en una sonrisa burlona y voy estoy pensando alguna respuesta ingeniosa cuando una de las mujeres del escuadrón de Shield se acerca a nosotros. Bueno, de hecho, se acerca a Steve, así que yo me adelanto unos pasos para dejarles espacio.

- Capitán -saluda ella-. Vamos a revisar todas las instalaciones. Le enviaremos todo lo que encontremos.

- Perfecto, muchas gracias.

Ella se despide y se aleja mientras Steve se reúne conmigo en dos largas zancadas. Caminamos en silencio hasta volver a nuestra nave. Steve no deja de mirarme, con tanta intensidad que me pone nervioso.

- ¿Tengo algo en la cara? -pregunto mientras me paso la mano por los ojos. Él se limita a sonreír.

- No.

- ¿Entonces? -sonrío tímidamente.

- Nada, solo estoy esperando una respuesta.

¿De verdad quiere invitarme a salir mañana?

- ¿Me estás pidiendo una cita? -me burlo de él.

- Por supuesto -afirma, muy serio.

- Entonces estaré encantado.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora