Me doy prisa en volver a casa, me preocupa cómo estará Bucky, esta mañana le dolía mucho la cabeza, espero que, si el dolor ha ido a peor, al menos haya tomado un ibuprofeno. Entro en casa y cuelgo la chaqueta junto a la puerta. El apartamento está en completo silencio, así que supongo que Bucky habrá conseguido, al fin, conciliar el sueño. Veo que la puerta de su habitación está entornada y me acerco para cerrarla, no quiero despertarlo, pero, cuando me acerco, enseguida me doy cuenta de que la habitación está completamente vacía.
Intento no entrar en pánico mientras busco por toda la casa. No está. Ni en la cocina, ni en el salón, ni en el baño, ni en mi habitación, ni sentado en la escalera de incendios. No está y por mi mente pasan en un instante decenas de ideas, a cual peor, sobre lo que puede haber pasado. Intento convencerme de que solo ha debido salir un momento, pero me aterra pensar que Hydra puede haberlo capturado. A falta de un plan mejor, decido salir a dar una vuelta por la calle para ver si lo encuentro. Cojo la chaqueta a toda prisa y abro la puerta de un tirón. Me encuentro a Bucky frente a la puerta, buscando las llaves, en el mismo momento en que pongo un pie fuera de casa. Tras un breve momento de alivio en el que me siento tentado de abrazarlo, me sobreviene un profundo enfado. Empiezo a cansarme de su tendencia a salir a hurtadillas sin decirme nada.
- ¿Dónde te habías metido? -grito mientras hago que pase al salón-. Apestas a alcohol -me quejo.
- Me acuerdo - dice bajando la cabeza. ¿De qué habla? ¿De qué se supone que se acuerda?
- ¿De qué te acuerdas? -pregunto extrañado.
- Recuerdo quién eres, quién fui. Recuerdo muchas cosas, otras muchas no son más que una nube borrosa -explica.
- ¿Lo dices en serio? -intento no hacerme ilusiones.
- Tu madre se llamaba Sarah, y solías llevar papeles de periódico en los zapatos -sonríe con la cabeza aún gacha-. Recuerdo algunos momentos de mi infancia, otros son de la época de la guerra. Recuerdo cómo me salvaste de Hydra la primera vez
Cuando levanta de nuevo la cabeza, no puedo evitar que un sonrisa aparezca en mi cara. Me recuerda. Me recuerda de verdad. No puedo creerlo.
- Esto es... No sabes cuantas veces he imaginado este momento -soy incapaz de explicar lo que siento, tan solo puedo acercarme a él un par de pasos-. ¿Cómo ha pasado?
- No lo sé -confiesa-. Estaba buscando un ibuprofeno y entonces encontré sin querer una foto en la que salíamos los dos y... simplemente... lo recordé -calla de repente.
Alzo los brazos, dudoso, como toda respuesta. Necesito abrazarlo, sentir que no es un producto de mi imaginación que desaparecerá en cuanto me acerque demasiado. Parece comprender lo que pretendo y asiente con energía. Da un paso adelante y es él mismo quién se abraza a mí. No me pasa desapercibido el movimiento con el que intenta esconder su brazo izquierdo, el de metal. No voy a permitir que piense que su brazo me disgusta. Nada de él podría disgustarme nunca. Por eso cojo su brazo y rodeo con él mi cintura.
Al principio su agarre es suave, temeroso, pero se afianza en cuanto yo mismo lo rodeo con mis brazos. Bucky entierra la cabeza en la curva de mi cuello y mi barbilla descansa sobre su cabeza. Nunca había sentido tanta necesidad de contacto físico como ahora. Dios, cómo lo había echado de menos. Nos quedamos un rato abrazados en silencio, quiero hablar, preguntar muchas cosas pero decido que no es el momento. Nos abrazamos casi con desesperación, intentando recuperar el tiempo perdido, como si temiésemos que en cualquier momento uno de los dos fuese a desaparecer de nuevo. Un rato después Bucky se separa ligeramente de mí.
- ¿Por qué no me lo contaste? ¿Por qué me lo ocultaste? -pregunta, enseguida se me hace un nudo en el estómago.
- Nunca parecía ser el momento oportuno -intento explicarme-. No quería presionarte y pensé que sería mejor si lo recordabas por tí mismo, aunque a veces tenía miedo de que me hubieses olvidado para siempre -la sola idea me atormenta.
- No podría hacerlo -asegura y vuelve a abrazarme-. Tú fuiste el único capaz de hacerme reaccionar, cuando estábamos en aquella nave, cuando intenté matarte -suena afligido.
- Nada de eso importa ya, lo que importa es que ahora estás aquí y me recuerdas- afirmo de inmediato, no quiero que se atormente por ello.
- No lo recuerdo todo -se disculpa-. Ojalá pudiese, pero hay muchos fragmentos en blanco.
- No te preocupes -lo consuelo mientras me alejo lentamente de él-. Poco a poco todos tus recuerdos volverán, solo es cuestión de tiempo, y yo te ayudaré en lo que necesites. Nunca has tenido demasiada paciencia.
- Y aún así siempre he tenido más que tú -se burla. Una sonrisa de oreja a oreja aparece en mi rostro ante esa simple broma que evoca nuestro pasado.
Sé que Bucky tendrá muchas cosas que decir y qué preguntar, que estará confuso y puede que asustado, pero estoy seguro de que debe estar agotado después del día que ha pasado.
- Ve a descansar -sugiero. No quiero presionarlo para que recuerde-, ha debido ser un día duro para tí.
Asiente en respuesta y se encamina a su cuarto.
- Mañana podemos tomarnos el día libre -digo antes de que entre. Necesito poder hablar con él tranquilamente-. Tenemos mucho de que hablar. Sólo si te apetece, claro -añado. No es mi intención imponerle nada que no le apetezca
- Me encantaría -dice-. Gracias por todo Steve.
- No necesitas agradecerme nada - aseguro, y lo digo de verdad-. Buenas noches
- Hasta mañana -se despide finalmente cerrando la puerta.
Yo me dejo caer en el sofá. Aún no me creo del todo lo que acaba de pasar, me parece demasiado bueno para ser cierto. No obstante, algo, un pensamiento, se abre paso a través de mi alegría: la culpa. No parece que Bucky haya recordado lo que pasó en aquel tren, cuando cayó al vacío por mi culpa, pero estoy seguro de que cuando lo haga no querrá volver a saber nada de mí. Me levanto del sofá y entro en mi habitación dispuesto a seguir mi propio consejo e irme a la cama.
Sé que mañana tendré que explicarle muchas cosas, pero no estoy listo para que me odie. No cuando acabo de recuperarlo.
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Hasta el final
Fiksi Penggemar"¿Me había recordado?" Hace dos días Steve estuvo a punto de morir. No pudo hacer nada para evitar caer de la nave pero Bucky, su mejor amigo, le sacó del agua. El único problema es que Bucky no recuerda a Steve, ¿o sí?