Capítulo 26

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Un mes, ha pasado un mes desde que el Soldado de Invierno escapó antes nuestras propias narices y todavía nadie ha logrado dar con él. Llamo con los nudillos a la puerta del coronel. No es habitual que me llame a su despacho, así que supongo que estoy aquí por un tema realmente serio. Cuando me autoriza a pasar, giro la manija de la puerta y me adentro en el suntuoso despacho.

- Coronel -digo a modo de saludo.

- Buenas tardes teniente -levanta la cabeza de una gran pila de archivos que está firmando sin apenas revisarlos ¿Cómo puede este hombre ser uno de los más altos cargos de Hydra? No es más que un títere influenciable-. Tan solo le he hecho acudir para informarle de que, a partir de este momento y con efecto inmediato, queda usted oficialmente a cargo de encontrar al Soldado de Invierno. Espero que así pueda solventar su propio error.

- Cuente con ello señor. Solucionaré este incidente de forma rápida y discreta -aseguro, convencido de que podré llevar la misión a cabo sin mayor complicación.

- Tenga -dice alargándome una carpeta de entre todas las que cubren su mesa-. Aquí encontrará las claves para solicitar en el archivo todos los datos referentes al Soldado de Invierno. Se trata de información clasificada. Creo que no necesito decirle lo que eso significa.

- No señor.

- Puede retirarse teniente.

Estoy a punto de salir por la puerta, dispuesto a bajar directamente al archivo, cuando el coronel me llama de nuevo.

- Una cosa más teniente -dice cuando vuelvo a estar frente a él-. Espero resultados pronto. Dispone de un mes para averigüar algo, de lo contrario habrá consecuencias. Ahora sí, retírese.

Tras un asentimiento, salgo cerrando la puerta a mi espalda y me dirijo hacia la sala de archivos donde me recibe una secretaria a la que juraría no haber visto hasta ahora. Ella me mira, como evaluando las razones que me han llevado a bajar al sótano donde se halla la sala de archivos.

- ¿Puedo ayudarle en algo señor?

Le tiendo la carpeta que me ha dado el coronel como única respuesta. Tras comprobar rápidamente los datos en su ordenador deja la carpeta sobre la mesa y se levanta.

- Haga el favor de acompañarme -para cuando quiero darme cuenta sus tacones ya repiquetean en el suelo de uno de los pasillos llenos de cajones metálicos de distintos tamaños cerrados con llaves que forman esta sala.

Se detiene frente a uno de los cajones, que abre con una llave que saca del enorme llavero que lleva colgando de un bolsillo.

- Tenga -dice tendiéndome una carpeta ligera pero de gran tamaño-. Se trata de un archivo clasificado, autorizado tan solo a personas del más alto nivel, por ello tiene prohibido hacer cualquier tipo de copia o sacarlo fuera del edificio, ¿comprende?

- Por supuesto señora.

- Necesitaré que me lo devuelva dentro de dos horas, pero puede volver a llevárselo otro día si le fuese necesario.

- Muchas gracias, cuente con ello.

Ansioso, me dirijo a mi despacho. Estoy deseando saber que contiene la carpeta de modo que, en cuanto me aseguro de que nadie me interrumpirá, me siento y abro la carpeta:

Nombre: James Buchanan Barnes

Nacimiento: 10 de marzo de 1917. Brooklyn, Nueva York

Ocupación: Soldado estadounidense del Regimiento de Infantería 107. Miembro de los Comandos Aulladores.

Relaciones: Steven Grant Rogers, alias Capitán América (amistad).

Comprendí, de pronto, que el puño de Hydra, el asesino fantasma, el famoso Soldado de Invierno, no era otro que el mejor amigo del Capitán América, su querido Bucky que había fallecido durante la Segunda Guerra Mundial. Solo que nunca falleció, Hydra dió con él y lo convirtió en lo que es hoy: un arma.

Dejo la carpeta sobre mi escritorio y reflexiono sobre la situación. Algo debió de desencadenar la huida del Soldado de Invierno, probablemente un recuerdo. Si estoy en lo cierto, si ha recordado, tan solo hay un lugar al que él iría, tan solo hay una persona en quién podría confiar: Rogers. Cuanto más lo pienso más plausible me parece. Leo el resto de las fichas y me levanto cuando ya he tomado mi decisión, iré a Nueva York y usaré al Capitán América para llegar hasta el Soldado de Invierno, eso si, al buscar al primero, no encuentro también al segundo.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora