Capítulo 15

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En cuanto el hombre cae al suelo, muerto, miro a Bucky. No sé qué le ha dicho el hombre que ahora yace junto a la alfombra, pero lo ha dejado pálido. Me acerco a él y apoyo las manos en sus hombros. Le hablo pero no procesa mis palabras, tiene la mirada perdida. Zarandeo sus hombros y vuelvo a hablarle, esta vez algo más fuerte.

- ¡Bucky! - exclamo- ¿Estás bien?

Su respuesta es un triste intento de golpearme los brazos. El golpe no tiene la fuerza suficiente para apartarme, pero capto la idea y me alejo un paso para dejarle espacio. Asiente brevemente en respuesta a mi pregunta y, dándose la vuelta, se dirige hacia la puerta. Lo sigo hasta el umbral, me preocupa que se escape, pero veo que se sienta en el bordillo entre dos coches. Me doy cuenta de que ahora mismo necesita un poco de espacio y decido no ir tras él. No quiero agobiarlo aún más. De pronto soy consciente de la situación, tengo una sala llena de cadáveres y sangre que limpiar. Supongo que lo mejor será llamar a María, no podré hablar con Furia sin que me someta a un auténtico interrogatorio para el que ahora mismo no tengo ganas ni fuerzas. María responde al tercer tono y, si está sorprendida por mi llamada, no deja que lo note.

- Capitán Rogers, cuanto tiempo. Furia estará encantado de saber que sigue vivo -detecto una leve burla en su voz.

- Agente Hill, necesito un favor.

- Dígame, ¿qué puedo hacer por usted?

- Necesito una unidad de limpieza de emergencia.

- ¿Coordenadas?

- Se las enviaré en un mensaje por la línea segura.

- De acuerdo. Cuente con la unidad.

- ¿María?

- ¿Sí?

- Cuento con su discreción al respecto.

- Por supuesto señor.

- Gracias -me despido.

- No tiene por qué darlas -cuelgo.

Menos de media hora después, una furgoneta negra aparece frente a la puerta. Tres hombres bajan y me apresuro a mostrarles el desastre del salón.

- Capitán -saludan-. 15 minutos y lo dejaremos impoluto -me asegura el que parece ser el jefe del equipo.

- Asegúrense de dejar la puerta abierta cuando salgan -les indico.

- Descuide.

Me despido con un gesto de la cabeza y voy a buscar a Bucky. Cuando llego me siento junto a él en el bordillo sin decir nada. Después de un rato en silencio le propongo la idea que lleva rondándome por la cabeza desde esta noche.

- Tengo que volver a Nueva York, con mi equipo, ya llevo fuera demasiado tiempo. Quiero que vengas conmigo -las palabras se atropellan al salir de mis labios y me reprendo mentalmente por haber ido tan directo a grano. Tengo que volver, Nat tenía razón sobre eso, pero no puedo dejar a Bucky aquí después de todo lo que me ha costado encontrarlo. No sé quién envió a los hombres que nos atacaron, pero sospecho que Hydra está después de todo esto. ¿Quién sino? Tan solo ellos y Shield conocen la existencia del Soldado de Invierno. Me giro hacia él, que parece estar sopesando seriamente mi propuesta.

- Mi equipo puede ayudarnos con Hydra -añado con la esperanza de haber acertado con lo que le preocupa.

- Yo -algo parecido a la esperanza se instaura en mí cuando comienza a hablar. Después de una pausa prosigue-. No lo sé. No sé quién eres realmente y no me refiero a tu nombre -desearía poder contárselo todo, pero sé que tanta información junta probablemente le asustaría y saldría huyendo. Además, probablemente ni siquiera me creería cuando se lo contase. Tan siquiera me recuerda-. No sé nada de tí. No sé cómo me has encontrado ni el motivo por el que me estabas buscando -vuelve a hacer una pausa-. No sé por qué me ayudas sabiendo quién soy y lo que he hecho ni por qué pareces conocerme desde hace tiempo. No sé por qué te importa que siga con vida y creeme, ninguno de los motivos que se me ocurren es bueno. No sé si me estás engañando y esto no es más que una trampa o si eres sincero. No sé-

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora