Capítulo 52

231 20 1
                                    

Llevamos días buscando sin éxito a los malditos Vengadores. Necesitamos saber dónde están, encontrarlos antes de que tengan tiempo de reorganizarse y tramar algo. Necesitamos pararles los pies antes incluso de que empiecen a moverlos. Pero no podremos hacer nada de eso si no los encontramos primero. Si alguno de nuestros espías hubiese conseguido algo de información, cualquier cosa nos habría bastado, cualquiera. Por supuesto, esperar que alguno de esos inútiles hiciese bien su trabajo era perder el tiempo. No tenemos informes posteriores al momento en que los refuerzos de Shield masacraron a nuestros soldados.
Dos golpes en la puerta de la fría y desnuda sala en que me encuentro me sacan de mis cavilaciones.
    - Señor, le esperan en la sala de reuniones -dice uno de mis subordinados sin llegar a entrar en la estancia.
Asiento con gesto serio y el hombre se retira. He juzgado necesario convocar una reunión estratégica antes de que mis superiores decidan reemplazarme tras haber fallado.
Por eso hemos tenido que venir hasta esta base semi-subterránea, escasa de personal y difícil de defender, alejada de todas las demás y a 100 kms de la población más cercana. Todo para asegurarnos de que la información tratada en esta reunión que, pese a que he sido yo quien la ha convocado, sé que está condenada al fracaso, no llegue a los oídos equivocados. Este es el único emplazamiento que mis superiores están convencidos de haber podido ocultar a Shield todo este tiempo. Pero venir hasta aquí ha sido una gran pérdida de tiempo, seguimos sin información y, así, poco podemos hacer.
Cuando entro en la sala de reuniones todos los presentes se levantan de sus asientos para saludarme.
    - Tomen asiento -indico con un ademán de la mano-. Comencemos con esto cuanto antes. ¿Habéis descubierto ya su paradero?
Todos intercambian miradas de un lado a otro de la mesa de madera oscura.
    - No señor, parecen haber desaparecido del mapa -se atreve a contestar, finalmente, uno de ellos.
    - ¿Lo que pretenden decirme es que tenemos a decenas de soldados infiltrados y, pese a todos sus esfuerzos, no tenemos absolutamente nada nuevo? -digo controlando el tono de voz, todos asienten- ¿ACASO ME VEN CARA DE IMBÉCIL?
Todos se tensan de pronto, sorprendidos por el repentino cambio en mi voz. Se quedan callados, conscientes de que es preferible el silencio a una palabra mal dicha. Los miro uno a uno, deteniéndome en todos sus rostros.
    - Parece ser que el grupo de Shield que combatió a nuestros soldados estaba formado enteramente por antiguos miembros, no contábamos con ningún infiltrado entre sus filas -se atreve a comentar otro, evitando mi mirada. Es evidente que sospechaban de nosotros se aseguraron de mantener esa unidad… pura.
    - De acuerdo, son inteligentes pero ¿acaso nosotros no lo somos más? -pregunto.
    - Por supuesto, señor -afirman varios al unísono.
    - Entonces, ¿cómo es posible que no los hayamos encontrado? -grito, con voz dura.
Iba a seguir hablando cuando, sin previo aviso, todas las luces se apagan y la sala, carente de ventanas, se queda completamente a oscuras. ¿Qué cojones está pasando ahora?
Se oye un gemido y un golpe sordo tras la puerta y enseguida me acerco, con cautela y me aventuro al pasillo.
La luz tenue y rojiza de las luces de emergencia me permite descubrir un cuerpo caído en el suelo. Reconozco de inmediato al soldado que ha venido a avisarme de que la reunión estaba lista. Sus cabellos, antes rubios, se ven ahora negros en la semioscuridad del pasillo, empapados en la sangre del charco que empieza a formarse bajo su cuerpo. Dejo escapar una maldición por lo bajo.
Se nos han adelantado.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora