Capítulo 6

491 52 2
                                        

Tendido en una camilla oigo una voz gritando órdenes. No entiendo lo que dice pero, pese a su irritante tono de voz todos parecen obedecer. Me agarran con unas correas. No me resisto. Estoy débil. Me inyectan algo en un brazo. Dolor. Siento como el líquido me abrasa las venas a su paso. Grito. Me amordazan. Me inyectan algo en el otro brazo. Me duele. Grito. Me revuelvo. Intento soltarme pero no tengo fuerzas. Veo un hombre bajo y con gafas. Se me nubla la vista y me desmayo.

Despierto dentro de un escáner gigante. Una luz blanca me ciega. Me vuelven a inyectar un líquido. Me vuelve a doler. Me vuelvo a desmayar.

Despierto de nuevo. Me duele todo. No sé qué han hecho conmigo. Oigo pasos. No me muevo. Un hombre rubio entra. No puedo distinguir su rostro. Está borroso. Me alegro de verlo. Su presencia me tranquiliza pero también me desconcierta. Él no debería estar aquí. ¿Qué hace aquí? "No pienso dejarte solo" me asegura. Me levanta y me saca de allí. Ha venido a buscarme. Corremos. Huimos. Me guía y yo confío en el. ¿Cómo no iba a hacerlo?

Aparece un hombre. Solo que no es un hombre. Su cara es una calavera roja. Me asusto.

El rubio me dice que me vaya. Me niego. No puedo abandonarlo.

¿Por qué no puedo dejarlo aquí?

Corremos. Juntos. El suelo se desmorona pero yo ya estoy a salvo.

El rubio salta. Nerviosismo.

Con un golpe sordo cae a mi lado. Lo ha conseguido.

Alivio.

Juntos salimos de este lugar. Me agarra el hombro derecho y sonrío relajado.

Me ha salvado.

~

De pronto, jadeante y sudoroso, soy ligeramente consciente de mi entorno. Entre la bruma de los sueños lanzo un manotazo al aire de forma instintiva, me revuelvo.

Todo ha sido solo una pesadilla. Nadie viene a por mi.

Dos manos me agarran con suavidad y yo, inconscientemente, me relajo de inmediato. Mi percepción se vuelve borrosa de nuevo. Siento como alguien me tapa con una manta y en seguida me sumo de nuevo en un intranquilo sueño.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora