Capítulo 42

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- Nos vemos en 5 minutos en la sala de reuniones del tercer piso -dice Nat palmeándome la espalda cuando llegamos de nuevo al parking.
La decepción es palpable. Supongo que en el fondo todos esperábamos encontrar algo, lo que fuera, que nos ayudase a la hora de enfrentarnos a Hydra.
Cuando salgo del ascensor en la planta del hospital, el doctor Hayes me recibe.
- Ya está instalado en su nueva habitación del cuarto piso. Es la número 22 -dice refiriéndose a Bucky-. Todo está perfectamente, no tiene de qué preocuparse.
- Muchas gracias -contesto antes de dirigirme rápidamente hacia la sala donde ya deben estar esperándome los demás.
Entro en silencio al darme cuenta de que ya han empezado. Furia preside la mesa con gesto serio y Tony está haciendo un resumen bastante desalentador de nuestra situación mientras Bruce, cruzado de brazos junto a él, asiente con aire ausente. Clint despliega un mapa y, con ayuda de Nat, marca todas las posibles rutas de acceso a la base.
Son demasiadas.
Es imposible que averigüemos de dónde salieron los soldados de Hydra.
Estamos tratando de calcular la ruta más probable cuando María aparece en la puerta.
- ¿Habéis conseguido algo? -pregunta- Entonces creo que deberíais ver esto -prosigue ante nuestra negativa.
Nos hace un gesto para que la sigamos y nos apresuramos a ir tras ella. Intercambiando miradas de curiosidad.
- A mí no me miren -dice Furia-. Yo sé tanto como ustedes.
María nos guía a través de las instalaciones, hasta una amplia sala que hace las veces de laboratorio y se detiene junto a una mesa.
- Creo que esto podría ser la solución a nuestros problemas -dice mientras sostiene entre su dedo índice y el pulgar una pequeña bolsa transparente que contiene un pequeño chip-. Después de recoger los cadáveres tras el ataque a la antigua base los trajimos aquí y uno de nuestros médicos, que estaba encargado de revisar los cuerpos, se dió cuenta de que todos tenían la misma cicatriz en el antebrazo derecho. Les hicimos una radiografía y descubrimos que todos llevaban implantados estos pequeños chips localizadores. Nuestro equipo de técnicos informáticos ha estado trabajando con ellos. Parece ser que se activan con el calor de la sangre del soldado y con el movimiento del cuerpo, de modo que, si éste fallece, se desconectan solos.
- Entonces, ¿ahora mismo Hydra no puede recibir ninguna señal de ellos, verdad? -inquiere Sam.
- No, nos hemos asegurado de que estén totalmente desactivados. Esperaba que vosotros -dice refiriéndose a Tony y Bruce- pudieseis ayudarnos a invertir la señal o algo similar que nos permita descubrir dónde está Hydra.
- Quizá podamos triangular la señal del equipo receptor de la información enviada por los chips.
- No sé Tony, estará cifrada -cuestiona Bruce.
- Nada de los que Jarvis no pueda ocuparse -sentencia Tony cogiendo la bolsa de manos de María y dirigiéndose a uno de los equipos informáticos de la sala, equipada con la última tecnología.
Bruce lo sigue y los demás nos limitamos a verlos trabajar, pero pronto nos damos cuenta de que aquí lo único que hacemos es estorbar.
- No os preocupéis, pronto tendremos esto solucionado. Id a cenar, os avisaremos cuando tengamos algo -nos despide Tony sin levantar los ojos de su tarea. Nosotros nos miramos y decidimos hacerle caso.
- ¿Vas con Bucky? -me pregunta Sam cuando salimos al pasillo de nuevo.
- Sí, no lo veo desde esta mañana y quiero asegurarme de que todo está bien.
- Estaremos en las cocinas del primer piso -declara Nat poniéndose a nuestro lado-. Pero si fuese tú no tardaría mucho en subir, igual te dejamos sin cena.
- No seréis capaces de dejar a vuestro Capitán sin cenar -bromeo.
- No nos tientes -ríe Sam.
Suelto un suspiro fingido y me separo de ellos para ir a la habitación.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora