Capítulo 41

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Pasamos la tarde hablando de esto y de lo otro, recordando el pasado y comentando el presente. La habitación, al igual que lo poco de las instalaciones que he visto, no tiene ventanas, pero el reloj me confirma que fuera ya debe hacer un buen rato que ha oscurecido. Bucky sigue mis movimientos con la mirada y debe llegar a la misma conclusión que yo.
    - ¿Dormirás aquí hoy?
Asiento en respuesta.
    - Duerme tranquilo, yo vigilaré -me acomodo en el sillón donde ya dormí la pasada noche.   
    - Tienes que dormir un poco Steve -me recrimina.
Pero no puedo, no soy capaz de dormir, atormentado por la idea de que algo le pueda pasar de nuevo.
    - Lo intentaré -miento.
    - Lo digo en serio Steve -su tono es severo-. No me vale un simple “lo intentaré” para que te deje en paz. Prométeme que vas a dormir, aunque sea un poco.
- Te lo prometo -claudico.
Me llevo una mano al pecho y alzo la otra, imitando el gesto de los boy scouts. Bucky sonríe y me da un suave empujón en el hombro que me arranca una breve carcajada.
- Buenas noches -dice antes de cerrar los ojos.
- Buenas noches.

~

Me desperezo lentamente y levanto la vista. El cuello me duele por la incómoda postura, pero al menos he dormido algo. Bucky aún duerme y procuro no despertarlo. Necesita descansar. Me quedo mirándolo. Cuando duerme parece estar en calma, en paz con el mundo y consigo mismo.
Dos breves toques en la puerta hacen que me levante con rapidez.
    - Buenos días doctor Hayes -saludo al abrirla.
    - Buenos días -saluda adentrándose en la habitación cargado con un portadocumentos y un bolígrafo.
Cierro la puerta y me acerco a Bucky. Le sacudo ligeramente el hombro para despertarlo y veo como su mirada asustada recorre toda la habitación hasta centrarse en mi rostro. Se calma de inmediato al ver que soy yo.
    - Buenos días -saluda de nuevo el doctor, esta vez a Bucky-. Vengo a hacerte una revisión rápida. Si todo va bien te quitaremos las vías y te desenchufaremos de las máquinas.
Durante los siguientes minutos el doctor Hayes se dedica a revisar los datos de todos los monitores y a compararlos con los de sus notas. Comenta que la herida parece estar curándose bien y supongo que Furia le ha contado un par de cosas, porque lo siguiente que hace es comentar que, gracias al suero de súper soldado que le administraron, se recuperará mucho más rápido de lo esperado.
    - Otros no tienen tanta suerte -comenta pesaroso. No me pasa desapercibido que lo percibe más como un regalo que como la maldición que en realidad es-. Varios agentes resultaron heridos ayer y estamos algo sobrepasados. El señor Barnes está evolucionando muy bien, así que creo que hoy podremos sacarlo de aquí y enviarlo a una habitación de verdad. Necesitamos las pocas camas de hospital que tenemos. Si les parece bien me pondré ahora mismo a organizarlo y esta tarde lo moverán a la tercera planta. Allí está la zona dedicada a los alojamientos -concluye dirigiéndose a la puerta.
Las palabras del doctor Hayes confirman mi sospecha, está instalaciones son pequeñas y no estaban ni remotamente preparadas para acoger a tanta gente de golpe. No he visto aún la tercera planta, pero sospecho que no será mucho más grande que esta.
    - Claro -susurra Bucky.
    - Si necesitan cualquier cosa pónganse en contacto conmigo -se despide.
    - Muchas gracias -decimos Bucky y yo casi al unísono.
El doctor sale y yo miro a Bucky en silencio. Ahora que ya no está conectado a todas esas cosas me siento más tranquilo. Sin las vías ni los cables casi parece que todo es normal. Casi.
Cuando la situación está a punto de volverse incómoda alguien llama a la puerta. Nat no se molesta en esperar una respuesta y entra directamente.
    - ¿Cómo estás, Bucky? Nos has dado un buen susto.
    - Bastante bien, dadas las circunstancias -responde él. Creo que se caen bien y, conociéndolos a ambos, eso es mucho.
    - Me alegro. He oído por ahí que esta tarde te mudas a nuestra planta -bromea ella.
    - Vaya, las noticias corren como la pólvora.
    - Digamos que es un sitio pequeño. Bucky, ¿te molesta si te lo robo durante unas pocas horas? -dice girándose hacia mí con una mano apoyada en la cintura-. Furia nos ha mandado a la base -explica-. Bueno, lo que queda de ella. Quiere que recabemos toda la información que podamos sobre el ataque. Nos vendrías bien, nadie rastrea como tú.
    - Por mí no hay problema -sonríe Bucky, cómplice.
    - No sé Nat, dudo que allí quede nada que merezca la pena ver -dudo. No quiero dejar a Bucky solo.
    - Eso no podremos saberlo hasta que no lo comprobemos -dice ella.
Bucky nota mi reticencia e interviene.
    - Ve, yo estaré bien y a tí te vendrá bien salir un poco.
    - ¿Estás seguro?
    - Claro. Además, el doctor Hayes estará por aquí si necesito algo.
    - Está bien -cedo-. Pero llámame si necesitas algo, ¿vale? -él asiente.
    - Venga Rogers que no tiene tres años, sabe cuidarse solo -Nat me mira con sorna.
    - Lo sé, lo sé. Perdona. Te veo luego, supongo que para entonces ya tendrás una habitación propia -le sonrío.
    - Ten cuidado -me pide.
    - Tú también.
    - Steve, un hospital es literalmente el último sitio en el que podría pasarme algo. Vete ya.
Cedo y acompaño a Natasha hasta el ascensor. Frente a él nos esperan los demás.
    - Vaya Capi, pero si sigues vivo. Empezaba a pensar que habías muerto y Shield nos lo estaba ocultando -saluda Tony- ¿Qué tal está tu amigo? -pregunta enfatizando la palabra amigo.
    - ¿Todo bien? -pregunta Sam ignorándolo.
    - Sí -respondo con gesto serio-. Gracias
    - Pongámonos en marcha -pide Natasha mientras entra en el ascensor.
Los demás la imitamos y vamos hasta el garaje por el que entramos, Sam y yo vamos con Natasha hacia su deportivo negro mientras Bruce y Clint siguen a Tony hasta un Lamborghini plateado.
Cuando salimos del garaje veo el sol por primera vez en dos días. No sé cómo serán el resto de las instalaciones, pero la zona del hospital no tiene ninguna zona con luz natural. Supongo que todo el complejo será totalmente subterráneo, por motivos de seguridad.
Me preocupa haber dejado solo a Bucky, aunque estoy seguro de que Furia se encargará de que no lo molesten.
No dejo de recordar la conversación que tuve con Nat mientras operaban a Bucky. Desde entonces no dejo de tener la sensación de que, quizá, lo que siento hacia él no sea algo tan normal entre dos amigos. Entonces, ¿me gusta Bucky?
Claro que no. No sé ni por qué lo pienso. Eso sería una locura. Además, incluso si me gustase, él estaría horrorizado con la idea. No puedo olvidar su reacción el día que vimos a aquella pareja de chicos en el metro. No sé por qué, pero algo parecido a la decepción se instala en mi pecho al recordarlo. Trato de apartar ese sentimiento, porque a mí Bucky no me gusta. No puede gustarme.
Llegamos a los restos de la base antes de que me dé tiempo de analizar demasiado qué es lo que me pasa.
Un equipo de Shield patrulla las inmediaciones, asegurándose de que todo está en orden.
Nos separamos y durante más de tres horas analizamos exhaustivamente todo lo que queda de la base, que no es más que restos de escombros cubiertos de polvo. Cuando volvemos a reunirnos en la entrada todos hemos llegado a la misma conclusión: aquí no hay nada útil.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora