Capítulo 35

295 24 1
                                    

“¿Acaso eso no está… mal?” La pregunta de Bucky me descoloca hasta que recuerdo que el último contacto que tuvo con la sociedad fue en los años treinta, claro que piensa que la homosexualidad está mal. Cuando éramos jóvenes ser homosexual estaba penado con la cárcel. A nadie se le habría ocurrido jamás hacer la más mínima muestra de cariño en público, porque se arriesgaba a que alguien le diese una paliza. Recuerdo que cuando desperté me sorprendió lo abierta que se había vuelto la sociedad, aunque la gente de hoy en día se centra en todo lo que aún queda por conseguir, yo no puedo evitar compararlo con antes y ver cuanto ha mejorado el mundo. Ahora es un lugar más amable.
Pero claro, eso Bucky no lo sabe.
    - No está mal -digo con contundencia tras un breve silencio-. Ahora no está mal -explico-. Sé que antes algo como lo de hoy habría sido inconcebible, pero, aunque aún queda un camino muy largo por recorrer, las cosas han cambiado. En general, en la mayoría de los países ya no debes tener miedo a mostrar tu orientación sexual.
Bucky se ha quedado callado, parece pensativo. ¿Él aún creerá que está mal? No puedo obligarlo a aceptarlo, supongo que es un cambio muy grande de repente. La tolerancia es algo en lo que supongo que tendremos que trabajar.
    - Sé que es probable que no lo entiendas pero… -la frase muere en mis labios, no sé que puedo decirle para ayudarle a comprender.
    - Está bien -dice aún pensativo- ¿Tú lo aceptas? -la pregunta parece habérsele escapado sin querer porque enseguida baja la vista. ¿Cree que voy a juzgarlo por no pensar como yo? No sería capaz. No puedo pretender que de repente olvide todo lo que le inculcaron de pequeño.
    - Sí -afirmo sin vacilar-. Para mí también fue algo muy sorprendente, pero desde luego que lo acepto. Lo acepto y lo apoyo, nadie debería ser discriminado por amar a alguien. Sé que ahora te parecerá  raro, pero estoy seguro de que acabarás apoyándolo, date tiempo e intenta abrirte poco a poco a las nuevas ideas -trato de convencerlo pero sin forzarlo, necesitará tiempo.
Creo que Bucky va a decir algo cuando el sonido de mi teléfono nos interrumpe.
    - Rogers, te necesitamos -Natasha, concisa como siempre, ni siquiera se molesta en saludar-. Hydra ha localizado una nueva ubicación de Shield. Debemos darnos prisa. Te recojo en tu puerta en tres minutos.
    - Ya bajo -cuelgo, sin esperar más detalles.
    - Hydra. Han atacado otra base de Shield -explico a Bucky, que me mira interrogante-. Tengo que irme, si necesitas algo llámame.
Me despido y bajo las escaleras de dos en dos. Llego a la calle y enseguida localizo el coche de Nat. Me subo rápidamente y ella nos pone en ruta con una peligrosa maniobra. Durante el corto trayecto me pone al tanto de lo que sabemos hasta ahora.
Cuando entramos en el discreto edificio gris que alberga la base pequeña de Shield, Sam ya está dentro, enfrentándose a cuatro soldados de Hydra mientras varios yacen en el suelo. Nat y yo corremos en su ayuda. Algunos agentes de Shield han conseguido reducir a un pequeño grupo, pero todos se han suicidado antes de que pudiésemos darnos cuenta.
Veo que Sam y Nat han dejado fuera de combate a todos menos al soldado contra el que me enfrento. Con un golpe certero lo hago caer de rodillas. Me dispongo a rematarlo cuando me mira a los ojos.
    - ¿Sabe Capitán? -no me gusta su tono. Quiere meterse en mi cabeza. Me obligo a permanecer firme y cuadro los hombros. Veo a Sam y a Nat acercarse para oír lo que dice-. Vuestro final está mucho más cerca de lo que pensáis. El de todos vosotros.
No se me escapa la entonación de la última frase, que parecía dirigida exclusivamente a mí. Inmediatamente pienso en Bucky, pero mantengo la calma. Cruzo una mirada llena de sospecha con Nat y, cuando vuelvo la vista de nuevo, el soldado ya está muerto.
    - Eso no ha sonado como una simple provocación -señala Sam.
    - Ese hombre sabía algo -concuerda Natasha.
    - Debemos reunirnos -sentencio-. Todos.

~

    - Así que vamos a armarnos para una guerra basándonos en una corazonada vuestra de que ese hombre sabía más de lo que dijo, ¿me equivoco? -con gesto cínico, Tony se reclina en su asiento.
- Debemos prepararnos. Incluso aunque estemos equivocados, y no lo estamos, es evidente que Hydra ha ganado poder en los últimos meses. Ya hemos pasado suficiente tiempo cruzados de brazos. Podrían lanzar un ataque de verdad cualquier día de estos -empiezo a cansarme de esperar a que Hydra intente matarnos a todos sin hacer nada al respecto.
- Steve tiene razón. Deberíamos tomar algunas medidas -admite Bruce evitando la mirada de Tony.
- Bueno, ¿y qué propones Capi? -ignoro el tono burlón de Tony.
- Debemos andar con cuidado, podrían venir a por nosotros en cualquier momento.
- Igual deberíamos volver todos a la base, de manera más o menos permanente -sugiere Clint.
- Genial, podemos hacer fiestas de pijamas. ¿Nos contarás el cuento de Robin Hood? -Tony no parece estar muy de acuerdo, pero a mí me parece buena idea.
- Si todos estamos en el mismo sitio no nos pillarán desprevenidos -concedo mientras me cruzo de brazos.
- Así también nos convertimos en un blanco fácil -señala Tony-. Píntate una diana en la espalda ya que estás.
- Unidos somos más fuertes, Tony.
El resto del grupo se mantiene al margen de nuestro duelo de miradas. Al final Tony claudica, admitiendo que tengo razón. Tenemos más probabilidades juntos que separados. Ya subestimamos a Hydra una vez, no debemos repetir ese error.
    - Iré a hacer la maleta -dice con sarcasmo mientras se levanta y abandona la sala de reuniones.
    - Yo tengo que volver al apartamento a por Bucky. No tardaré.
    - Llévate mi coche -dice Nat tendiéndome las llaves-. Yo ya tengo aquí todo lo que necesito.
    - Gracias Nat.

~

Entro en casa a toda prisa. La puerta de la habitación de Bucky está abierta y me altero al acercarme y ver que está vacía.
    - ¿Steve? -un suspiro sale de mis labios al ver a Bucky detrás de mí. ¿Qué pasa?
    - Nos vamos. Nos mudamos de forma temporal a la base. Todos.
    - ¿Es por Hydra? ¿Ha pasado algo hoy? -pese a que aparenta calma a mí no puede engañarme, está asustado.
    - Te lo explicaré más tarde. Creemos que podrían estar tramando algo gordo y queremos estar preparados. Es mejor si estamos todos juntos -Bucky asiente-. Ve a la habitación, coge la bolsa que hay en el armario y mete ropa para unos cuantos días. No sabemos cuándo se va a resolver esta situación.
Él se apresura a obedecer.
    - Bucky -lo llamo cuando ya está dentro de la habitación y él me mira-. No te preocupes, no te va a pasar nada. No mientras yo esté contigo.
Él asiente con dificultad y yo me acerco a la cómoda donde guardo mis cuadernos de dibujo. Rebusco un poco hasta encontrar lo que buscaba. Mi chapa de identificación. Hace tiempo que debería haberle devuelto a Bucky la suya, que aún cuelga de mi cuello. Pero algo en mí es reacio a esa idea. Me gustaría poder darle la mía y conservar la suya, como hacíamos en el ejército, pero estoy seguro de que ya no querrá mi chapa.
Decido que no es el momento de darle más vueltas, de modo que la cojo y, ya en mi habitación, la guardo en la misma bolsa en la que empiezo a meter mi ropa.
Cuando salgo de mi habitación Bucky ya está en el salón esperándome, con su bolsa al hombro.
    - ¿Lo tienes todo? -mis ojos vagan por el apartamento pensando en si olvido algo
Él asiente y, juntos, bajamos a la calle para subir al coche y poner rumbo a la base.

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora