Bostezo, mientras camino hacia la cocina. Acomodo mi cabello, me adentro.
—Günaydın —saludo a mi madre, mientras camino hacia la nevera
—Günaydın kızım.
Saco el jugo. La miro, mientras la coloco en la mesada.
— Mamá, ¿por qué hay tanta comida? —miro toda la mesada—. Parece que estuviste toda la noche.
La vuelvo a mirar. Continua amasando, mientras me mira.
—Estoy perfecta, hija — arquea las cejas
Asiento, mientras observo su cabello despeinado, junto a sus ojeras.
—¿Acaso lo olvidaste?, esta noche es la feria. Venderán comidas y muchas cosas. Y me encargare de ganarle a la tonta de Melek —entrecierra los ojos—. Se cree que su pastel de manzana es mejor que el mío.
—¿Feria? —sonrío, me acerco a ella—. Eso es hermoso. Habrá música, decoraciones, y mucha comida.
—Si, y mi comida será tan turca y deliciosa que hare que todos quieran ir a Turquía —continua amasando
—Creo que necesitas un descanso —coloco mis manos en sus hombros
—No seas ridícula, hija. ¿Quieres que te haga tostadas? —deja de amasar
—No, no —frunzo el ceño—, ¿qué tal si yo te hago tostadas?, y tu puedes sentarte —tomo sus brazos, comienza a caminar—. Y amasas después, ya que faltan como diez horas para que sea de noche.
La llevo a la mesa, mientras asiente.
—Mis manos necesitan recargar energía —se sienta, aun asintiendo
—Eso es. Tu hija te hará un rico desayuno —sonrío
—De solo pensar en tus tostadas quemadas... —niega con la cabeza
—No saldrán quemadas, tu tranquila —camino hacia la cocina. Suspiro y remuevo mis manos
Abro la nevera, frunzo levemente el ceño.
¿Como se hace un omelette?—De acuerdo —lo miro—. Gracias.
Cuelga el teléfono, suspira y me lo entrega.
—Papá me deseo buena suerte. Pero no es lo mismo. ¿Por qué tenia que viajar justo hoy?
La limosina se detiene, miro hacia la ventana. Observo la escuela, con niños ya entrando.
—Escucha —lo miro—, el primer día siempre es normal estar nervioso, pero como ya te dije, no serás el único —tomo su mochila—. De seguro muchos niños reaccionaron peor. De seguro uno vomitó —hace una mueca—. Lo se. Ahora, vamos o será tarde.
Abro la puerta, salgo y lo miro.
—Vamos —tiendo mi mano
Suspira pesadamente, se desliza y toma mi mano. Lo ayudo a bajar, cierro la puerta.
—Además, estas más chulo que un perrito —observo su uniforme
—Heidi —se detiene, me mira—, no estoy seguro —niega con la cabeza
Suspiro, muevo mis labios.
—De acuerdo —me agacho—. ¿Recuerdas ese día que jugábamos a los cantantes y hiciste de Ray Charles? —sonríe levemente y asiente—. ¿Y te pusiste esos anteojos para imitarlo mejor? —vuelve a asentir
—No podía ver, pero eso no lo detuvo a ser una estrella de rock —sonrío, asiento
—Exacto. Entonces —meto la mano en su mochila, saco los anteojos—, cuando tengas los anteojos puestos, solo escucharas, no veras —se los coloco—. Además, mira que guapo te ves, si no actúas con confianza Ray Charles se decepcionara.
—Todo luce más oscuro —mira a su alrededor—. Me siento con menos nervios —asiento
—Ahora cuando te miren, serán ellos los que sientan nervios —me mira, sonríe
Me abraza, lo rodeo.
—Te extrañaré —rio
—Yo también. Pero solo serán unas horas —me separo—. Ahora ve, o llegaras tarde.
Suspira y asiente, beso su mejilla.
Retrocede y corre, acercándose a la escuela.
Suspiro y me incorporo, froto mis manos.
Que valiente soy, no llore en frente de el. No puedo creer que tuve el honor de verlo entrar a la escuela. Ahora ya no querrá jugar a los bebés, comenzara a crecer.
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La Niñera del Embajador
RomanceHace tres años, Bastian Wang perdió lo más preciado que tenia. Haciendo que su alma quede totalmente dañada, y rota. Tiempo después, solo se mantenia en pie por su legado, y su hijo. Pero, pareció no ser suficiente. En uno de sus momentos de quebran...