— ¿Estas bien, Heidi?— Lo miro, terminando de acomodar las sabanas— Estuviste rara todo el dia y te fuiste.— Suspiro
— Lo siento, rubio. Tenia unos asuntos que atender, pero mañana, estare con el doble de energía.— Sonrio
— De acuerdo.— Murmura — Pero te lo hare recordar.
— Hecho.— Me inclino y beso su frente— Descansa, rubio.
Acaricio unos segundos su cabeza, me levanto y camino hacia la puerta. Salgo y camino hacia las escaleras, suspiro.
Las bajo a paso rapido, para luego girar hacia la oficina. Remuevo mis manos, mientras llego a ella. Abro lentamente la puerta, para luego golpearla.
Miro su silla, se mantiene de espalda, con vista hacia la ventana.
Cierro la puerta, para luego acercarme.
— ¿Everest? — Me acerco al escritorio, hasta acercarme a la silla
Lo miro, mantiene su mirada hacia la ventana, con las manos en su regazo.
— Lo siento.— Murmuro, me mira— Le trate mal y lo ignore todo el desayuno. No debi descargarme contigo.— Miro unos segundos al suelo
La verdad que si estuve mal, el no hace nada más que hacerme sentir bien. Luego de toda esa mala energia en esa casa, lo único que queria era volver con el, y con William.
Lo miro. Se mantiene mirandome, desenlaza sus manos y abre levemente sus brazos.
Sonrio levemente, para luego avanzar hacia el. Coloco mis piernas a cada lado de el, para luego descansar mis pies en sus piernas. Apoyo mi cabeza en su pecho, mientras rodeo su abdomen.
Suspiro, cuando sus brazos me rodean.
— ¿No quieres decirme que sucede?— Murmura
— No lo se.— Murmuro de vuelta — Creo que no. — Lo miro— Al menos no ahora.
Me mira, coloca una mano en mi cabeza, acariciandola.
— De acuerdo.— Asiente
Sonrio levemente, para luego pegar mis labios a los suyos. Acaricio mis dedos en su mejilla, me separo.
— Debo admitir, verte actuar diferente me provocó inquietud. No te mentire, tengo curiosidad.— Aprieto mis labios
— Lo se. Pero, es un tema incómodo para mi.— Juego con el cuello de su camisa
— Entiendo. ¿Hay algo que pueda hacer?— Miro mi mano en su mejilla, sonrío y lo miro
ESTÁS LEYENDO
La Niñera del Embajador
RomanceHace tres años, Bastian Wang perdió lo más preciado que tenia. Haciendo que su alma quede totalmente dañada, y rota. Tiempo después, solo se mantenia en pie por su legado, y su hijo. Pero, pareció no ser suficiente. En uno de sus momentos de quebran...