🌹El chico del auto rojo 🚗 Maylor

★Harold★

«¿Un nombre que también odia?»

Regresé a mi lugar en la mesa, curioso.

    —Mi nombre es Brian.

«Eso yo ya lo sé, mi amor»

    —¿Es el que odias? —pregunté fingiendo sorpresa, mientras él negaba para luego tomar un vaso de la mesa, servirse un poco de agua de limón y beber.

    —El nombre que odio es «Harold» —dijo.

«¿Harold? ¿Cómo puedes odiar un nombre tan hermoso?»

    —Pero si es un bonito nombre —«casi tanto como tú».

    —Lo mismo opino de Meddows —me sonrió y yo no hice otra cosa más que sonrojarme (por milésima vez), desviar la mirada y soltar algunas risitas nerviosas. ¿Por qué estaba actuando así?

    —Lamento lo de hace un rato —me atreví a hablar luego de un profundo silencio.

    —Descuida, a cualquiera le puede suceder, Meddows.

    —Claro que le puede suceder a cualquiera, Harold —me levanté de mi silla y me dirigí lentamente hacia él.

    —¿Por qué no vas a cortar dalias, Meddows? —cerca.

    —Te traigo una docena si quieres, Harold —aún más cerca.

    —Por favor, Meddows —nos encontrábamos demasiado cerca, tanto que nuestras narices se rozaban ligeramente y nuestros alientos se mezclaban.

    —Bien entonces, Harold. ¿Y mejor por qué no vas a hacer lo que sea que tengas que hacer? —tomé marcha hacia la puerta, alejándome así de la cercanía, no obstante su mano en mi muñeca me detuvo de forma suave, por lo que me di la vuelta. Él se puso de pie y la proximidad volvió.

    —Músico —susurró con lentitud—. Soy músico, Meddows.

El nombre me regresó a la realidad.

    —Y yo jardinero, Harold —le dije, sacándole una de sus más bellas sonrisas.

Me solté de su cálido agarre, le sonreí y me dirigí de espaldas torpemente a la puerta, la abrí y me salí de la cocina sin dejar de verlo, cosa que sólo hice cuando cerré la misma.

Suspire, tomé una de las dalias que se encontraban en el jardín trasero y sonreí como idiota el resto de la tarde.