★Tu auto★

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Después de lo sucedido aquella noche, todo cambió para bien.

Al día siguiente, al llegar a la casita de jardinería, una docena de flores apareció en el centro del lugar.

Al principio imaginé que Brian me había devuelto las dalias, sin embargo, al acercarme, pude darme cuenta de que no se trataban de ese tipo de flor, sino de rosas.

Rosas rojas.

Rojas como el auto de Brian.

Las acompañaba una pequeña nota que tenía escrito, con perfecta caligrafía un:

Este ramo de rosas no se asemeja ni un poco al de las bellas dalias de anoche, tan bellas como tus ojos, por eso, quiero decirte que mereces algo más. Piénsalo, ve a la cocina y ahí estaré yo, para darte lo que sea que me pidas, Meddows.
~B. Harold

No dudé ni un segundo y fui corriendo hacia el lugar.

Y ahí estaba.

Una sonrisa boba se dibujó en mi rostro, inevitablemente.

    —Entonces, mi querido Meddows —empezó—, serías tan amable de... —pero le interrumpí.

    —Tu auto —sonreí maliciosamente.

    —¿Qué? —su cara era tan graciosamente bonita que sin problemas hubiera podido ser un poema a la perfección.

    —Eso, Harold, quiero tu hermoso, lindo, bello, perfecto, único, precioso, fabuloso, estupendo y maravilloso auto color rubí.

🌹El chico del auto rojo 🚗 MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora