★Adiós★

366 63 5
                                    

Bueno, ciertamente nunca le tuve mucho afecto a F. Bulsara, aunque debería decirle Freddie porque somos amigos ya.

Bien, quizá nunca le tuve un cariño inmenso pero sí que me ha agradado las pocas veces que hemos convivido.

Sobre todo aquella ocasión en la que nos descubrió a mi chico del auto rojo y a mí besándonos, donde me confesó que Brian había estado interesado en mí desde hacía un tiempo.

Agradezco a la vida entera porque Freddie me otorgara aquel lindo empleo de jardinero, allá por mil novecientos setenta y uno, y ahora aquí, tres años después, me encuentro en el mismo lugar por el que llegué.

Nada ha cambiado. Recuerdo esa noche lluviosa en la que toqué aquella puerta en busca de una oportunidad.

Luego de que mi madre me corriera de casa por mi orientación sexual, siendo que ella trabaja en donde de los Prenter, me encontraba solo. Solo y desamparado.

Mi hermana Claire se había casado con el menor de todos en esa frívola mansión, y repentinamente ella se volvió como ellos, por lo que perdimos contacto desde hace años.

No obstante, ahora estoy en un bonito atardecer de noviembre, apreciando los árboles y el pacífico caer de sus hojas.

No estoy solo desde luego, mi chico del auto rojo se despide de Freddie, pues éste último no sólo se irá de viaje, sino también venderá aquella casa en la que tantas cosas he vivido.

    —Adiós —dice, y noto que se dirige hacia mí.

    —Adiós, Freddie, gracias por absolutamente todo. Sé que tal vez no nos conozcamos mucho, pero...

Iba a continuar, no obstante un abrazo me interrumpió repentinamente.

Se separó e hizo lo mismo con Brian, y noté que le susurró algo que provocó que mi novio sonriera.

Después abrió el gran portón y se fue.

Entonces mi chico del auto rojo se acercó hacia mí, abrazándome y susurrando en mi oído con su cálida voz:—¿Nos vamos, amor mío?

A lo que yo le respondí un «sí».

Me separé sólo para darle un casto beso en los labios, tomar mi única mochila color carmín y colgármela en el hombro y sujetar su mano, avanzando con él entre las pequeñas flores que ahora tendrían la libertad de crecer, así como mi amor por Brian; ese amor tan especial, único, y maravilloso.

🌹El chico del auto rojo 🚗 MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora