—Dulcecito —llamó, sacudiendo mi hombro levemente—. Cariño, despierta.
—¿Por qué siempre quieres que me despierte temprano? —le pregunté, frunciendo el ceño todavía con los ojos cerrados y él rio.
—Mi amor, sólo quería decirte que voy a salir —dijo, dándome un suave beso en la mejilla, entonces yo abrí los ojos y le miré.
—¿A dónde?
—Es un secreto —susurró, posicionando sus labios delicadamente sobre los míos.
—Pero tú y yo no tenemos secretos —mencioné tras separarnos, dándole un piquito después.
—Digamos que esta es una excepción, ¿sí? —mencionó, levantándose de la cama y dirigiéndose a la puerta.
—¡Brian! —lo intenté regañar mientras reía.
—¿Sí, mi angelito? —dijo, y no pude evitar sonreír.
—¿No quieres... darme otro beso?
—Oh, lo amaría, pero se me hace tarde.
—De acuerdo, Brian, que te vaya muy bien —dije, dándole la espalda y tapándome con las cobijas hasta la frente.
Escuché veloces pasos hacia mí y sonreí otra vez, para luego sentir que alguien me quitaba la tela de encima y me besaba dulcemente, al mismo tiempo en que se sentaba sobre la cama de nuevo.
Pasé mis manos tras su cuello y con esa forma atraerlo más hacia mí. Intentó separarse, pero por supuesto, no le permití hacer aquello, y en consecuencia continuamos besándonos.
—Estrellita, yo... —intentó hablar, pero de nuevo se lo impedí al juntar y mantener mis labios sobre los suyos.
Su cálida boca permanecía pegada a la mía, y no fue sino hasta que el aire nos fue necesario que nos separamos.
Le sonreí y besé sutil y lentamente mejilla, susurrando un «gracias» sobre su oído posteriormente.
Permaneció con los ojos cerrados y una bonita sonrisa en el rostro.
—Creí que tenías que irte porque se te hacía tarde, dulce nubecita, pero si quieres puedes quedarte todo el día conmigo como haces siempre. Nadie va a juzgarte por eso —dije, aprovechando su trance para recargar mi cabeza sobre su pecho.
—Me encantaría —susurró, acariciando mi cabello con una mano y con la otra rodeando mi cintura—. Pero de verdad no puedo. Si no voy hoy, me voy a quedar sin tiempo.
—¿Sin tiempo para qué, Brimmi bonito? —pregunté, dejando pequeños besos sobre su cuello.
—Para poder... No, no debo decirte —dijo, queriendo separarse de mí.
—Pero, Brimmi... ¿Por qué no quieres decirme? —musité, acurrucándome más entre sus cómodos brazos.
—Porque no. Y ya. Muchas preguntas por hoy, mi amor, tengo que irme.
Y después de darme unos cuantos besos más, finalmente se fue.
Me senté sobre la cama sin saber qué hacer, pues el aburrimiento que padecía en ese instante era realmente grande.
Sin embargo, recordé algo.
Tomé el teléfono de la casa, y llamé a ese número con toda confianza.
—¿Aló? —saludó, de una manera que me hizo sonreír.
—¿Freddie?
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🌹El chico del auto rojo 🚗 Maylor
FanfictionYa no sé qué me gusta más, si el auto rojo o el chico que lo conduce. ✨Ganadora en primer lugar de los Milied Awards en la categoría Fluff✨ Descripción: Una historia un poco demasiado fluff/waff, con el shipp ✨maylor✨ como principal, y en un Roger's...