★Regalo★

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    —Gracias —dije, justo cuando comenzábamos a cruzar el jardín— por acompañarme a comprar hoy todo lo que necesito.

    —Oh, no es nada, Roger. Ah, y si no recuerdas lo que te enseñé puedes llamarme y vendré en la semana —mencionó Freddie.

    —Muchas gracias —repetí, con una sonrisa.

    —Ay, querido, deja de agradecernos tanto.

    —Es que no puedo —reí—. Espero no les moleste.

    —Por supuesto que no —dijo John.

    —Gracias —murmuré a propósito, y todos reímos.

Sí que me agradaban, ambos tenían un interesante sentido del humor y no me juzgaban en lo absoluto. Además, hacían una pareja muy linda.

Caminamos hasta llegar a la puerta, y abrí la misma emocionado por utilizar mi propio juego de llaves, el cual tenía un pequeño llavero en forma de carrito rojo que me había regalado Brian.

Entramos y la casa estaba vacía, cosa que se me hizo demasiado extraña, puesto que Brian no era de salir mucho, salvo por las compras y todo eso, aunque normalmente yo siempre le acompañaba.

Ellos tomaron asiento en la mesa y yo coloqué las bolsas sobre ésta, aunque después me dirigí a la cocina —que quedaba a unos cuantos pasos de ahí— para tomar un poco de agua.

    —¿Dónde está Brian? —preguntó John, al aire.

    —Quizás fue por lo que te dije, cielito —respondió Freddie.

    —¿Por qué cosa? —cuestionó de nuevo, susurrando.

    —¡Por lo que te dije hace rato!

    —No me dijiste nada, creo —se excusó, y en ese momento yo regresé a la mesa, fingiendo que no había escuchado nada.

Iba a decir algo, pero la puerta se abrió de nuevo, dejando ver a un precioso Brian tarareando una canción, cargando una chamarra en su antebrazo derecho y en el izquierdo sosteniendo una bolsa de papel.

Dejó lo que cargaba al lado de la puerta e instintivamente volteó hacia nuestra dirección, sorprendiéndose al encontrarnos ahí.

Me vio y se dirigió hacia mí, ante la expectante mirada de todos.

No evité sonreír cuando sus labios dejaron un suave beso en mi cabeza y uno de sus brazos se posó sobre mis hombros. Yo recargué la cabeza en el suyo.

    —¿Hace cuánto están aquí? —preguntó, acercándome tanto a él que terminó colocándose detrás mío, abrazándome.

    —Oh, hace relativamente poco —contestó John—, desde que fuimos a comprar lo que...

Entonces caí en cuenta de lo que se encontraba en la mesa. Eso que yo necesitaba para hacerle el bonito regalo de navidad a Brian.

Sin más, me separé de mi novio con velocidad, tomé el par de bolsas y subí a nuestra habitación, cerrando la puerta inmediatamente después y pensando qué lugar sería bueno para esconder todo lo que había comprado.

Decidí guardar todo debajo de la cama, y justo en el momento en que terminé de hacer aquello, escuché la puerta principal cerrarse, cosa que significaba que Brian iría justo al lugar en el que yo me encontraba.

Con la misma ropa que me puse por la mañana me recosté en la cama, me tapé hasta la frente con las cobijas y cerré los ojos, en el instante justo en que la puerta de la habitación se abría con lentitud.

Sus tranquilos pasos se dirigieron hacia mí hasta que quedó a mi altura, agachándose mientras acariciaba mi cabello con amor, cosa que me provocó una sonrisa que, estoy seguro, para él no paso desapercibido.

    —¿Por qué te fuiste corriendo nada más John habló, mi angelito? —me preguntó tiernamente, pero yo no respondí y sólo me hice una bolita más pequeña en mi lugar.

Él rio, se levantó y, también con la misma ropa puesta, se recostó en su lado de la cama, abrazándome cálidamente después.

    —Está bien —susurró, continuando con sus maravillosas caricias en mi pelo—. No es necesario que me digas. Te amo y confío en ti.

Sin poder resistir más, me di la vuelta y quedé frente a él, mas no abrí los ojos, simplemente me acurruqué en su pecho como siempre lo hacía.

    —Yo también te amo, Brimmi —susurré, y pese a que no tenía nada de sueño, fue demasiado fácil caer dormido a su lado.

Los días pasaron pronto y, antes de que lo esperara, finalmente aquella fecha había llegado.

🌹El chico del auto rojo 🚗 MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora