Me desperté arropado por los suaves brazos de Brian, quien dormía calmadamente.
Me removí un poco, y al tener la cabeza recargada sobre su pecho, noté que los latidos de su corazón aumentaron.
Sonreí por ello, aunque con confusión pues no sabía a qué se debía eso, sin embargo estiré mi cuello y le dejé un besito sobre el suyo.
No hizo nada, pero su ritmo cardíaco volvió a la normalidad.
Estiré mis brazos mientras bostezaba, no obstante, detuve mis movimientos cuando una de mis manos chocó contra algo.
Abrí los ojos y me topé con una bonita libreta color amarillo con brillitos.
Sabía que no debía, puesto que aquel cuaderno no era mío, sin embargo, me fue inevitable no abrirlo y mirar lo que decía.
1974, 12 de febrero
Freddie dijo que tengo una obsesión con su jardinero, pero no puede ser, ni siquiera lo conozco y, además, no nota mi existencia.
Le he pedido un centenar de ocasiones que deje de insistir al respecto, pero creo que no va a ceder nunca.
Noté que Brian se removió ligeramente, pero no le presté atención y en su lugar, continué leyendo aquella perfecta caligrafía.
1974, 8 de abril
Decidí hablarle nuevamente, sólo para asegurarme de que Sol Sonriente de verdad no quisiera tener una relación —de cualquier tipo— conmigo.
Y lo que sucedió fue sin dudas poco creíble.
Le dije «Buenas tardes» cuando pasé por su lado, y no pude evitar esbozar una sonrisa cuando él me respondió con lo mismo.
Noté que su sonrisa era preciosa, tan preciosa como su cabello.
Incluso me di cuenta de que sus ojos tomaron un pequeño brillo al verme.
Aunque claro, eso no significa que yo le guste, pues aquello no tendría nada, absolutamente nada de sentido.
Diría que el momento fue extraordinariamente perfecto, sin embargo, el único momento así que he vivido respecto a el chico del pelo rubio fue cuando aprecié su linda cabellera por primera vez.
Creo.
Sonreí y me fue imposible soltar una exclamación de ternura al leerlo, provocando que mi novio abriera los ojos y, en un rápido movimiento, me quitara la libreta.
—¿Qué leías, Roger? —preguntó, adormilado y enojado.
—Perdón —musité, haciéndome una pequeña bolita aún sobre él.
—¿Qué parte leías? —me dijo, ligeramente hostil.
—Ocho de abril —susurré, sintiendo una pequeña opresión en el pecho.
Él sólo suspiró y, más calmado, me habló.
—Lo siento, es que... Bueno... No es que no puedas leerlo, sólo... No quiero que veas lo que dice.
—Está bien —murmuré bajito, evitando cuestionarme el por qué de esa decisión.
—No debí hablarte así —dijo suavemente, rodeando mi cintura con sus brazos y dejando un beso en mi cabeza—. Es sólo que... Yo... No puedo decirte ahora, pero cuando lo sepas entenderás por qué.
—Está bien —reafirmé, acurrucándome más en él.
—Perdón, mi amor —susurró, provocando que yo inevitablemente sonriera, ahora con la cabeza entre su cuello—. Me encantaría decirte y leerte esto —mencionó, señalando su cuaderno—, pero no puedo. Te prometo que no falta mucho para que sepas de qué se trata todo esto, ¿sí?
—Sí, Brimmi —dije, besando sus labios después.
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🌹El chico del auto rojo 🚗 Maylor
FanfictionYa no sé qué me gusta más, si el auto rojo o el chico que lo conduce. ✨Ganadora en primer lugar de los Milied Awards en la categoría Fluff✨ Descripción: Una historia un poco demasiado fluff/waff, con el shipp ✨maylor✨ como principal, y en un Roger's...