🌹El chico del auto rojo 🚗 Maylor

★Bonito★

     —¿Brimmi? —llamé, llegando a la sala.

    —¿Sí, dulzura? —habló de manera encantadora como siempre, mientras dejaba su libro a un lado y me miraba.

    —Nada, sólo quería hablar contigo —admití, completamente sonrojado, a la vez que me sentaba a su lado y apoyaba mi cabeza sobre su hombro.

    —Ay, eres tan hermoso —musitó, abrazándome repentinamente.

    —Oh, tú también lo eres —dije, rodeando su torso de igual forma y colocando mi cabeza en su pecho.

    —Claro... —murmuró con ironía.

    —Hey, es verdad —dije, un tanto molesto por su respuesta—. Eres hermoso, Bri.

    —Bueno, pero tú lo eres más.

Bufé y, decidido, me senté sobre su regazo, quedando por esto ligeramente más alto que él, cosa que aproveché para tomar su rostro entre mis manos y darle un pequeño beso en sus labios.

    —Brian, ¿cuándo entenderás que todo tú eres demasiado bonito? Sólo mírate —hablé, y él me rodeó la cintura con sus brazos.

    —Pero... —intentó protestar, sin embargo coloqué un dedo sobre su boca a tiempo.

    —Escucha. Empecemos por tus ojos —dije y en su semblante se formó una mueca de confusión—, son hermosos, tienen un color único, y déjame admitir que nunca había visto unos ojos iguales a los que tienes, porque son sólo los tuyos los que desprenden ésa magia y logran enamorarme cada día aún más —declaré sonriente, y a sabiendas de que no me interrumpiría, subí la mano que cuidaba su boca hacia sus ojos, consiguiendo que él los cerrara pocos segundos después.

    —Tus pestañas son preciosas. Me encantan, así como me encantas tú —mencioné y él sonrió con un ligero sonrojo adornándole las mejillas.

    —Y tus labios —murmuré lo último colocando los míos muy cerca de los suyos, sintiendo mi rostro arder levemente por aquello—. Adoro tus labios.

    —Yo también lo hago... —susurró, ocasionando que su aliento chocara contra el mío, mientras abría sus ojos resplandecientes y me observaba.

    —¿Adoras tus labios? Vaya idolatría más inusual —dije, provocando que el riera un poco.

    —Lo que dijiste fue maravilloso, muchas... muchas gracias.

    —Sólo he dicho la verdad.

    —Quiero besarte.

    —Pues déjame recordarte que no hay nada que te lo impida.