Kamaria es una hábil cazadora de nivel dos, la cual entrena diariamente para devolverle el favor a aquellos que la salvaron. Con este mismo fin, se interna en una misión suicida para salvar a su mejor amigo. Deja su vida con tal de que él pueda esca...
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╔═══════════╗ ║ Ｋａｍａｒｉａ ║ ╚═══════════╝
Saliendo del lugar subimos al auto y no pronunciamos palabra alguna al arrancar. Supuse que no pregunto nada puesto que seguíamos estando en un territorio de lobos, los cuales podrían escuchar nuestra conversación. Sin embargo, al avanzar por un buen trayecto, ninguno de los dos dijo nada.
Por mi parte estaba muerta de nervios, la noche no había salido nada como esperaba y tenía miedo que los Hunt se dieran cuenta de quién era y lo peligroso que sería para ellos el que yo hablara. Tragué saliva pensando lo asqueroso que eran por pedirles a los cazadores que hicieran el trabajo sucio por ellos.
Estábamos llegando a la manada y notaba lo tenso que Alexei se encontraba desde que sus padres habían sido nombrados. El hecho de que yo le dijera lo de la traición lobuna, tampoco ayudó a mejorar su estado y una parte de mí estaba asustada por su reacción.
Estaciono fuera de la mansión y me ayudó a salir del auto sin decir palabra. Le agradecí por lo bajo y caminamos hasta el interior de la casa, perdiendo a Alexei cuando este subió rápidamente las escaleras y Nora junto con Tiara me detuvieron emocionadas.
— ¿Y como te fue? ¿Todo salió bien? ¿Tuvieron que besarse para convencerlos de la relación?
Estas y más preguntas realizaban ambas mujeres hacia mi persona, pero yo mantenía mi vista y mi atención fija por el camino que tomó el Alpha.
— Disculpen. —susurré y seguí las escaleras que había tomado el morocho. Note que las féminas me observaron extrañadas ante mi comportamiento y el de Alexei, pero ninguna dijo nada. Agradecía esto.
Llegué al segundo piso y caminé lentamente hasta la puerta donde creía que estaría el morocho. Transitando por el largo pasillo aproveche a quitarme los tacones, llevándolos en la mano y sintiendo el frío piso bajo mis pies. Abrí una de las puertas y suspire aliviada al ver que en la esquina contraria de su despacho, observando por la ventana, se encontraba ese Alpha que tantas dudas me causaba.
Sin pensarlo, cerré suavemente la puerta y me acerque a su posición. Me pare a su lado observando la hermosa noche estrellada que se contemplaba por su ventana, y sonreí levemente al ver la luna, aquella que daba los rayos suficiente para alumbrarnos en esa oscura habitación.
El silencio reinaba entre ambos, sin embargo, la compañía del otro hacia el ambiente lo suficientemente cómodo. Creí que estaríamos de esta forma hasta que decidieramos ir a descansar, pero me sorprendí al escuchar a Alexei hablar.
— Perdón por ponerme así cuando nombraron a mi... —Cerro sus puños fuertemente.
— Esta bien, descuida. —Coloque una mano en su hombro buscando tranquilizarlo y él suspiró mientras aflojaba su corbata negra.
— No tendría que haberme dejado llevar así por ese tema, aún es algo chocante... —susurro entre gruñidos y yo lo miré con cautela, con miedo a decir algo que lo dañe más.
