~CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES~

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╔═══════════╗║  Kamaria  ║ ╚═══════════╝ 

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║  Kamaria  ║
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Caí de espalda al piso, y observé hacia arriba, notando que el libro nuevamente se había cerrado. ¿Qué había sido eso?

Mi respiración comenzó a acelerarse al mismo tiempo que el ruido de cosas cayendo empezaron a resonar a mi alrededor. El manto de oscuridad que rodeaba la habitación impedía ver que era lo que provocaba la caída de dichas cosas.

— ¿Quién está ahí? —cuestione con el corazón en la garganta. Verdaderamente me encontraba aterrada.

¿Aún no entiendes quien soy? —Un par de ojos azules me miraron desde una esquina. Mi cuerpo se congeló y me perdí en la inmensidad de ese azul cielo. La voz no había resonado en la habitación, sino que solo estaba en mi cabeza.

— No. —pronuncie por lo bajo. Mis músculos temblaban y mi intento de hacer sonar mi voz fuerte no funcionó.

¿Qué es lo que acabas de descubrir, Kam? —cuestionó la dulce voz femenina, aunque parecía que quería que me diera esa respuesta a mi misma, como si ella ya lo supiera. ¿Por qué solo hablaba en mi mente?

— La niña... —balbucee analizando todo lo que acababa de ver. —Soy la niña de la leyenda. —susurré sin creerlo. —Y Alexei es el lobo.

Y eres la hija de la Luna. —Automáticamente todas las veces que nombraron a la dichosa hija pasaron por mi mente. Tanto la leyenda que Mary me contó cómo Tiara y Alexei hablando de... la reina.

— No estoy lista para eso. —Mis ojos se abrieron espantados al caer en lo que eso significaba. ¿Cómo sería la reina de los lobos? Hace dos meses ni siquiera había conocido a uno.

Si lo estas, por algo hoy estás aquí. —pronunció y yo analice sus palabras.

Estaba ahí porque me canse de escapar de mis miedos, porque quería ayudar a mis amigos, porque quería acabar con esto para salvarlos. ¿Pero ser la hija de la Luna? Eso ya era otro tema que no estaba dispuesta a entender. —Toca la esfera.

Fruncí el ceño y note la esfera de luz blanca que flotaba sobre el libro.

— ¿Por qué? —susurré temerosa.

Lo entenderás al hacerlo. —Aún con miedo, y notando que cada vez perdía más tiempo en mis sueños, me pare decidida y toque la esfera.

Mi cuerpo comenzó a temblar al mismo tiempo que millones de recuerdos invaden mi mente. Recuerdos junto a... a mi madre. Momentos jugando en el cielo con ella o con Gabriel, mi estrella guardián. Todas las piezas empezaron a encajar y ya no había más lagunas en mi mente. En este momento tenía toda mi historia lúcida, sabiendo de donde vengo, donde estuve y a donde voy.

The Alpha's Huntress ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora