Kamaria es una hábil cazadora de nivel dos, la cual entrena diariamente para devolverle el favor a aquellos que la salvaron. Con este mismo fin, se interna en una misión suicida para salvar a su mejor amigo. Deja su vida con tal de que él pueda esca...
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╔═══════════╗ ║ Ｋａｍａｒｉａ ║ ╚═══════════╝
No sabía en qué momento había sido, pero Carter se había marchado para luchar con el resto de las manadas. En el refugio las mujeres embarazadas, los niños y los ancianos se mantenian en completo silencio, deseando que ningún kannyz llegara hasta nosotros.
Sin embargo, a pesar del silencio a mi alrededor, mi mente era un completo caos. No había sido de utilidad, no había podido ayudar a los lobos y avisarles. No había llegado a tiempo. Sentía como mis ojos no dejaban de llenarse de lágrimas, mas no permití que ninguna se escapara.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, impidiendo que cualquier idea surcara de forma clara en mi mente. Mordí mi labio mientras observaba mis manos temblar sin control y vi como alguien tomaba una de ellas, haciendo que levantara mi vista.
Theo me miraba con dolor y miedo en sus ojos, a su lado, Tiara parecía estar intentando decirme algo, pero como antes, no oía nada. Sentía como mi alrededor giraba sin control, y no podía hacer que mi cabeza quedara quieta en un lugar. La rubia pareció notar esto, puesto que abrió sus ojos en grande y me miró altamente preocupada.
No llegue a tiempo... Mi mente recorrió el escenario que se estaba llevando afuera y la desesperación me carcomió. No pude avisarle a los vampiros de donde y cuando se pelearía, ni pedir por la seguridad de mi mejor amigo, el cual seguramente se encontraba fuera luchando, creyendo que lo mejor era sacarme de aquí.
Sentí una punzada en mi cabeza la cual me arrancó un grito de dolor y note que todos voltearon a verme alarmados. Unas mujeres se acercaron a mi posición, intentando llamar mi atención, mas no pude dársela. Centré mi vista en el techo y poco a poco mis ojos se fueron cerrando.
Tiara tomó mis hombros y me sacudió, gritando algo con lágrimas en sus ojos. Intente sonreírle levemente para que no se preocupara, intente decirle que estaba bien, que no llorara, que pondría mal a Theo. Pero nada salió por mi boca. Y en lo último que fui consciente, es el grado de preocupación que albergaba mi interior antes de caer a lo profundo de la oscuridad.
Abrí mis ojos de sopetón y llevé una mano a mi pecho, intentando regularizar mi respiración. Observé mi alrededor y fue cuestión de segundos para reconocer el lugar en donde me encontraba.
Las paredes quebradizas y sin color me rodeaban. No había muebles ni nada en todo el lugar. Solo me encontraba yo y al final de la gran habitación, una escalera que daba al primer piso. Desvié mi vista a la ventana y note a la pelinegra a dos metros de la casa, viéndome fijamente. Ninguna se movió, hasta que algo más llamó mi atención. Nuevamente los ruidos del piso superior. Mordí mi labio y analice todo lo que estaba pasando fuera de mis sueños.
Por no afrontar mis miedos a tiempo, la manada estaba luchando sin una Luna, poniéndolos en desventaja. Por no haber prestado la suficiente atención al movimiento del enemigo, Nicholas se saldría con la suya y Alexei...
