~CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO~

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╔═══════════╗║  Kamaria  ║ ╚═══════════╝ 

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║  Kamaria  ║
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Me senté en el suelo, dejando que Alexei quitara mis lágrimas y besara mi cabeza en muestra de apoyo. Los gritos de todas mis súplicas recorrieron mi mente, al mismo tiempo que sentía como un balde de agua fría caía sobre mí, abriéndome los ojos. ¿Por qué los cazadores me harían eso?

Sin embargo, sabía que no era un hechizo por parte de ese hechicero. Piezas que antes no encajaban, ahora lo hacían. El porqué la sede se me hacía conocida, porque cada vez eran más las cicatrices o como Marta lloraba desconsolada mientras me abrazaba por las noches, pidiendo perdón de algo que no comprendía.

Ahora entendía los sueños que tuve las últimas noches, pero continuaba sin saber donde se encontraban ellos. Note que Thoth me miraba con un cierto deje de pena, mas lo quitó rápidamente al mismo tiempo que volvió a mover sus manos para mostrar imágenes en el humo.

— Ellos sabían que eso estaba mal. —comenzó a hablar llamando mi atención. —No querían que continuaran las torturas pero no podían interponerse puesto que los acabarian asesinando a todos. Por lo tanto, les dijeron que vendrían a la manada en busca de la información que no les dabas, pero mintieron. — El humo mostraba a la pareja hablando con Arturo, antes de pasar a una escena en la que corrían por el bosque. —Solo querian consultarme acerca de cuál era tu destino. Asegurarse de que, si te traían a la manada, tú estarías bien. Y así fue.

Lobos rodearon a Marta y Juan para llevarlos a un calabozo, donde parecían estar hablando con alguien. Abrí mi boca al notar que ese alguien era Calisto. Nuevamente cambio de escena, mostrando a los tres hablando con Alexei. Ante esa imagen sentí el agarre del Alpha más fuerte en mi cintura. Posteriormente se encontraban fuera de esta casa. Mi corazón empezó a latir fuertemente y deseé con todas mis fuerzas que esa puerta se abriera y mis cuidadores entrarán diciéndome que estaban bien. Sin embargo, sabía que eso no pasaría.

— Ellos entendieron que los lobos no eran tan malos. —continuo Thoth viéndome fijamente. —Les dije que tu destino era en la manada y ellos aceptaron sin rechistar. Prometieron que te traerían al bosque lo más pronto posible, pero nunca llegaron.

— ¿Ustedes los asesinaron? —pregunté casi en un sollozo.

— No. —Interrumpió Alexei tomando mis mejillas y obligándome a verlo. —A pesar de ser cazadores, algo me impedía hacerles daño, debía dejar que trajeran a esa chica. Y ahora entiendo porque. —susurro viéndome de forma penetrante. —Ellos me estaban dando la oportunidad de tener a mi mate, y mi subconsciente lo sabía. Por lo que los protegimos hasta la salida del bosque, donde ya no tendrían más peligro. Sin embargo, nunca volvieron. —Bajo su vista brevemente, seguramente al pensar que podría haberme conocido dos años atrás. —Creímos que solo era una trampa y habiamos caido. Desde entonces, utilizamos el campo de protección, tanto en la manada como en la casa. Pero continuaba pareciendonos extraño el hecho de que no volvieran, no parecían malas personas.

The Alpha's Huntress ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora