~CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS~

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╔═══════════╗║  Kamaria  ║ ╚═══════════╝ 

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║  Kamaria  ║
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Pase la noche entre los brazos del Alpha, el cual no hizo más que darme calma con sus caricias en mi cabello. Sin hablar, solo mirando en silencio la luna, sumidos en nuestros pensamientos.

No podía evitar pensar en aquellos que me salvaron del bosque, y que perdieron su vida con tal de ayudarme. Las imágenes de las torturas tampoco dejaban de bañar mis pensamientos. De un momento a otro, todas las lagunas en mi mente habían sido rellenadas y entendía con más detalle cada bando.

Mire mis manos al mismo tiempo que una pregunta que no me recorria hace años volvía a mi mente, ¿dónde están mis padres? ¿Acaso me habían abandonado en el bosque? Agité mi cabeza evitando pensar en eso y contemple cómo el sol salía por el horizonte, dándole la despedida a la luna.

Este momento me hizo recordar la noche que pasé con Alexei en su despacho, apreciando la noche de la misma manera. Solo que sabía que esta vez el Alpha no se había dormido, y era por su preocupación hacia mi persona. Notaba cuando en determinados momentos apretaba su agarre en mi cuerpo, temiendo que si me suelta, me desvanezca.

Comenzó a escucharse movimiento en la casa y suspire al saber que Alexei ya debía ir a encargarse de sus asuntos. Sin embargo, se negaba a soltarme.

— Debes ir. —susurre con voz ronca, puesto que llevábamos horas en silencio.

— No quiero. —Me abrazó más fuerte y cerré mis ojos, escondiéndome en su pecho y disfrutando su aroma.

— Eso es más importante. —Sentí a Alexei tensarse, antes de alejarme un poco de sí, y verme directo a los ojos.

— Nunca va a haber nada más importante en mi vida que no seas tú, mi Luna. —Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios y lo abracé fuertemente, no queriendo que viera como mis ojos se habían aguado. Toda la situación me había dejado bastante sensible y me veía capaz de llorar si me dijeran que ya no hay más chocolate. —Te quiero.

Mi sonrisa se ensanchó y me escondí aún más en su cuello. Quería responderle, quería decirle que yo también lo quería, que deseaba estar con él. Todo lo que me ataba a negarme ya no estaba. Mis padres no murieron por los lobos, ni mis cuidadores. Al contrario, estos últimos decidieron fiarse de ellos. Ya no tenía trabas para aceptar. O así lo creía hasta que recordé a alguien, Matt... él aún no sabía la verdad.

Se escucharon suaves toques en la puerta, haciendo que acabemos el abrazo y voltearamos en esa dirección. Anna entró con la cabeza gacha e hizo una leve reverencia.

— Disculpen la interrupción. —Creo que esa frase ya se le había hecho costumbre. —Alpha, el consejo lo espera.

Alexei gruñó por lo bajo antes de responder que bajaría en unos minutos. Anna asintió y luego de otra reverencia se marchó en completo silencio. Mire al Alpha, quien me estaba observando fijamente, intentando decidir si dejarme sola seria o no correcto.

The Alpha's Huntress ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora