Kamaria es una hábil cazadora de nivel dos, la cual entrena diariamente para devolverle el favor a aquellos que la salvaron. Con este mismo fin, se interna en una misión suicida para salvar a su mejor amigo. Deja su vida con tal de que él pueda esca...
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╔═══════════╗ ║ Ｋａｍａｒｉａ ║ ╚═══════════╝
Cerré la puerta de la habitación frustrada y sin querer saber nada de los lobos por el resto del día. Me quite las prendas, quedando en ropa interior, puse seguro a la puerta antes de apagar la luz y corrí las cortinas para que no entrara la luz de sobremanera. Me enterré entre las sábanas y suspire más calmada, dispuesta a descansar por lo que anoche no pude.
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Me estiré en la cama haciendo sonar cada uno de mis huesos y suspire con una leve sonrisa al sentirme mejor. Solo necesitaba unas horas de sueño, puesto que no dormir solo hace que me frustre rápidamente y el malhumor ande a flor de piel.
Mirando el techo pensé en todo lo que había pasado por la mañana y bufe por el cómo se habían dado las cosas. Voltee hacia el reloj contemplando que ya eran las 10pm y me senté en la cama sin una gota de sueño recorriendome. Dormí prácticamente 12 horas...
Mi estómago sonó y gruñí al pensar que ya no tenía a los guardias para pedirles que pidieran mi comida hasta la habitación. Rindiendome con el tema comida, pensé que podría hacer para matar el tiempo, puesto que no quería salir de la habitación. En mi mente seguía el pensamiento de no cruzarme a los lobos en todo el día. Bufé al recordar que no tengo celular, ni siquiera un libro. Frene mis pensamientos ante esa última idea. El diario.
Busqué rápidamente bajo la almohada y sonreí de sobremanera. Extendí mi mano y prendí el velador para ver con claridad las páginas.
Analice la tapa rosa apagado y la rocé suavemente con mis dedos antes de abrirlo, dispuesta a averiguar porque el destino se esmeraba en que lo tuviera. Note que en la primera página se apreciaba la misma letra que la carta que le había leído a Alexei la noche anterior.
18 de Febrero de 1801
Querido diario:
Nunca fuí de escribir estas cosas, pero decidí tener un confidente de aventuras por varias razones. La mayor de ellas es el hoy haberme enterado lo que me depara el destino. Sabiendo que la muerte se acerca con el paso de los días, quiero dejar algo que en un tiempo alguien pueda leer y recordar. Porque nadie muere hasta que se lo olvida.
