~CAPÍTULO TREINTA Y OCHO~

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Disfruten de esta narración especial, amores♥

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║ Alexei ║
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Salí de la estancia como alma que lleva al diablo. No esperaba la presencia del consejo lobuno ni mucho menos esta noticia. ¿Kannyz y cazadores? Eso iba a ser una masacre y por primera vez no estaba seguro de para quién sería peor.

— No podemos dejar que la dañen.

— No pasará. —Gruñí ante las palabras de la bestia.

Mi lobo nunca se había identificado con un nombre, y ante su personalidad, acabé llamándolo como bestia. Era un ser sin corazón, como si fuera la personificación de la oscuridad. Por muchos años fui igual a él, hasta que llegó una humana a cambiar todos nuestros planes. Terca, orgullosa, y sin dar el brazo a torcer.

Sin darnos cuenta, Kam se había metido en el fondo de nuestras vidas, ganándose un amor que no sabíamos que teníamos. Esa humana era todo lo que quería en mi vida y estaba de acuerdo con la bestia en negarme a perderla. Ese era mi mayor miedo.

En los ataques, mi mayor preocupación es aniquilar a los enemigos, porque sé que mi familia siempre se mantiene a salvo en los refugios. Sin embargo, en el último, me dí cuenta que mi mate no es así. A ella le mueve luchar, defenderse, atacar... Y aunque ame su parte guerrera, tenía miedo.

Después de doscientos años, volvió a recorrerme el miedo. Aquel miedo que me consumió al ver a mi madre en el piso, cuando no la pude salvar. Kam era su viva imagen, y estuve demasiado tiempo buscándola, no sé qué pasaría si la perdiera. De solo pensar que la quitan de mi lado...

Mordí mi labio quitando esas imágenes de mi cabeza. Debía prepararnos para la guerra. En ningún otro ataque había visto al consejo con tal preocupación, lo que me alarmaba aún más.

Desvié mi camino, y me encamine hacia el bosque, alejándome de la casa de la bruja. Si bien sabía que eso era lo que había dicho, había alguien que podría decirme una verdad mayor, más certera y con menos dulcerías. Me transforme en la bestia, dejando que corriera a gran velocidad por el bosque. Estaba furioso, sentía a mi lobo rebosante de ira, con sed de sangre, pero con miedo a perder a nuestra mate.

Eso fue lo que nos movió a una velocidad inhumana en dirección a aquella cabaña perdida entre los árboles, la cual si no sabias que se encontraba ahí, nunca hallarías.

Volví a mi forma humana y sin pudor alguno, me encamine desnudo hacia la entrada de la posada. Sin tocar, entre de forma brusca, ganando un sobresalto por parte del hechicero el cual me miro con el ceño fruncido.

— Ya te dije que no entraras así. —gruñó de mala manera y luego me analizó de arriba hacia abajo. —Y que trajeras pantalones. —Bufó desganado e hizo aparecer ropa frente a mi, la cual tome para colocarme sin mayor importancia.— Tu aura se encuentra... oscura. ¿Qué pasa?

The Alpha's Huntress ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora