~CAPÍTULO DOCE~

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╔═════════════╗║ Narradora║╚═════════════╝

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║ Narradora║
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— Dejenme ver si entendí —gruñó el mayor de los hombres. — Kamaria ingresó sin permiso al octavo piso para robar información de los cazadores.

— Confirmo. — Fue todo lo que pronunció Sergio con una sonrisa prepotente.

— ¿Acaso nadie la vio? —vociferó la mujer que siempre mantenía una conducta explosiva y frustrada.

— Y-yo... — Ricardo tartamudeaba sin saber qué hacer. Si bien en su edificio era el más respetado y que más confianza mantenía en sí mismo; en ese momento era todo lo contrario. En ese lugar era una peste más, alguien sin importancia, al que no tendrían respeto y que no dudarían en eliminar si creían que su trabajo no fue realizado como el consejo deseaba.

— ¡Habla de una vez! —Otro de los hombres levantó la voz, cansado de la situación. Ricardo suspiró y concentró todas sus energías para comenzar a hablar. Cuanto más tardara, peor le iría.

— Kamaria irrumpió en el octavo piso, robandole la tarjeta a uno de sus compañeros, Matias. — Apretó sus manos entre sí para evitar las ganas de tartamudear. —Leyó un expediente y se retiró del lugar sin dejar nada fuera del lugar. Razón por la que nadie sospechó nada... Hasta que en los siguientes días desapareció, y no volvió a trabajar.

— ¿Y cúal fue el expediente? ¿Por qué creen que era de su importancia?

— Era el expediente de la misión al bosque Foloi, de Mattwell Muller. —respondió Ricardo. La sala se quedó en un completo silencio.

— Todos sabemos por qué lo hizo. —Los presentes voltearon a ver a Sergio, el cual se paró de su asiento y comenzó a caminar por la estancia de manera tranquila.

— ¿Y cual seria esa razón? —espeto una de las mujeres.

— Quisieron controlarla, pensaron que si la mantenían en el nivel dos la tendrían bajo su poder, pero sin llegar a exponerla. Sin embargo, todos nos dimos cuenta como ella quería más. No dudo que nos haya estado mintiendo todo este tiempo y sepa toda la verdad. —El odio de Sergio hacia Kamaria venía desde el principio de los tiempos. Esa niña no era como las otras y no entendía como el consejo le daba tanta importancia. Era un arma de doble filo que debía ser destruida. Él siempre se los dijo, prefería cazar antes que ser cazado.

— Eso sería imposible. —exclamó furioso el mayor de los hombres. —Nos encargamos de hurgar en su mente, sus recuerdos no están, ni aunque lo quisiera recordaría algo.

— ¿Cómo sabes que fueron borrados? Podrían haber sido bloqueados, el tiempo necesario para infiltrarse e irse de aquí con la información necesaria. Estoy seguro que es una informante del mundo sobrenatural.

— ¿Pero qué ingeriste? ¡Sergio, por dios! — Ricardo miraba toda la situación en silencio, sin aportar nada y manteniendo un perfil bajo antes de que la atención volviera hacia su persona y su falta de atención a las acciones de la chica. Puesto que esta se encontraba bajo su responsabilidad.

The Alpha's Huntress ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora