Capítulo 42: Una carrera en la que los frenos estaban prohibidos.

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Desconfianza.

Si tuviera que decir que vi en los ojos de Uriel cuando vino a verme a mi habitación contestaría que fue eso. Lo sentí lejos como si el decirle que le quería no hubiera importado, como si hubiera algo más en su mente que no lo dejaba disfrutar de aquel momento en el que solo existíamos nosotros.

A Uriel y a mí nos separaban muchas cosas; la clase social, la forma de ser de cada uno, el lugar del que veníamos, un amor imposible que no podía ser y una misión que llevaba el nombre del triunfo del poder y no del amor. Pero aún así creo que aquel momento, después de mirarle a los ojos lo que más nos separaba era la desconfianza infundida de Uriel hacía mí.

Porque él no decía nada, no expresaba lo que sentía y quizás ni se atrevía a ser lo suficientemente valiente para enfrentarme y exponerme que era eso que le atormentaba de mí. Pensaba, pensaba y pensaba pero no daba con nada que le hubiera hecho sentirse así, la única cosa que le había ocultado era la identidad de su verdadero padre, la traición de Fidel y las mentiras de su madre para tratar de salvarlo pero después de aquello volvimos a ser los de antes, incluso nos enamoramos sin darnos cuenta.

Era tan impredecible que a veces trataba de imaginarme lo duro que era estar y vivir en su piel. Vivir en un sitio donde no puedes decir lo que piensas, que no puedes atacar a la persona que más daño te ha hecho en la vida y sobre todo tener que aparentar que deseas todo aquello cuando él solo quería ser feliz, era lo único que anhelaba en la vida. Nunca me imaginé que lo le pasaba a Uriel nos separaría a años luz de lo que éramos en aquel instante.

La noche había caído en palacio y no lo volví a ver en todo el día. No se había pasado para ver como seguía ni le había preguntado a Dasha. Ella me había contado que lo había escuchado discutir con Fidel y que después de verme se encerró durante todo el día en sus aposentos.

¿Por qué hacías eso Uriel? ¿Por qué te encerrabas en ti mismo sin pensar en los demás? ¿Por qué preferías sufrir en silencio antes que gritar todo aquello que te torturaba por dentro? Y siempre llegaba a la misma conclusión porque eras tú. Porque preferías hacerte daño a ti mismo antes que a las personas a las que querías y tardaste tiempo en darte cuenta de que eso no podía seguir así porque antes que nadie estabas tú. Me enamoré de ti siendo así pero lo que nunca te dije es que el que de verdad me fascinaba era el Uriel fuerte y empoderado, ese que tenía una sonrisa para todo y una respuesta para todos.

Estaba pensando en todo aquello cuando de repente la ventana de mi habitación se abrió lentamente y en ese momento me di cuenta de que solo una persona podía entrar de esa manera en palacio. Y ahí estaba Nick, con su pelo revuelto, con su sonrisa descarada y con esos ojos que reflejaban la picardía que me atraía hacia él. Cuando nuestras miradas se cruzaron recordé el beso, nuestro primer beso, en el bosque. Sonreí porque había sido algo sorprendente, que no esperaba y que por encima de todas las cosas no imaginaba que a la próxima persona que besaría después de Uriel fuera él. Hasta ese instante en el que lo vi plantado en mi habitación no me di cuenta de que a lo mejor tenía otra oportunidad, una posibilidad con una persona que no fuera Uriel, algo que era más factible que aquel amor imposible que me estaba dificultando el camino y mi corazón se negaba a sentir pero yo quería abrirlo porque había algo de Nick que me hacía querer descubrirlo, conocer todas sus versiones y volverme loca con cada una de sus ocurrencias.

Me sonrió mientras apoyaba sus manos en la parte posterior de mi cama.

—Menudo susto nos has dado—comentó mirándome a los ojos.

—Ya sabes que me gusta pelear—contesté haciéndole escapar de una carcajada.

—Siempre tienes una respuesta todo—dijo acercándose a mí.

—¿Qué fue lo de anoche?

—Un disparo de uno de los hombres de Fidel—respondió serio.

—Sabes que no me refiero a eso—dije haciéndole ver que no hablaba de ese tema.

—Si te digo la verdad no lo sé—comenzó hablar sin saber como enfrentarse a mí—Solo me apeteció hacerlo porque me gusta lo que provocas en mí—declaró haciendo que a mí se me escapara una sonrisa que llevaba su nombre.

—No sabía que el descarado que me ha amenazado varias veces cuando se trata de hablar de sentimientos se convierte en un chico tímido.

—Hay muchas cosas de mí que desconoces—apuntó sentándose a mi lado.

—Te mereces una disculpa—indiqué haciendo que me mirara extrañado—Te besé cuando estábamos a solas y unos minutos después le estaba diciendo a él que le quería mientras tú nos observabas—aclaré haciendo que lo entendiera.

Se acercó a mí, puso sus manos en mis mejillas y me miró a los ojos mientras buscaba las palabras acertadas con las que responderme.

—Te besé sabiendo que le quieres, sabiendo que es el amor de tu vida y que significa muchas cosas para ti—reconoció—Pero lo hice porque siento que también sientes algo por mí, no sé que es Alaia, pero quiero que lo averigüemos—concluyó haciendo que me derritiera por la ternura del momento.

—No quiero hacerte daño—apunté mientras él negaba con la cabeza.

—Yo sé a lo que me expongo con todo esto pero déjame decidir si quiero o no que me hagas daño—me respondió mientras yo asentía.

—Está bien.

—¿Ahora me vas a dejar que te bese o vas a seguir hablando? —preguntó sonriéndome—Porque déjame decirte que cuando estabas herida yo solo podía pensar en que ya no quería una vida sin tus besos...

Sencillo. Así era todo con Nick, era fácil, envolvente, una carrera en la que los frenos estaban prohibidos, solo corríamos como si fuéramos dos niños que no le tenían miedo a nada ni nadie sin saber que en el amor no hay empates, hay un ganador y un perdedor pero éramos dos ingenuos que pensaron que iba a ser fácil quererse en tiempos revueltos.

*** 

¿Qué os ha parecido este capítulo?

Es de mis favoritos porque conocemos un poquito más la manera de ver las cosas por parte de Alaia y siempre que aparece Nick es algo refrescante.

¿Se enamorará Alaia de Nick?

Espero que os haya gustado.

¡Nos leemos!

La vengadora de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora